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Dos festivales, dos culturas

Eid y Notting Hill

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En los dos fines de semana previos a los paraolímpicos que se inician este miércoles 29 Londres ha celebrado dos grandes y muy distintos festivales, los mismos que son muy contradictorios entre sí y expresan la diversidad de la cultura humana.

El último domingo y lunes de cada Agosto entre una a dos millones de almas acuden al Notting Hill (oeste londinense) al mayor carnaval del Viejo Mundo. Mientras que los diversos carnavales que hay en América Latina y el Caribe se dan entre febrero y marzo,  como antesalas de las pascuas católicas y en torno a ritmos regionales, el carnaval de Notting Hill es el más cosmopolita que haya existido y no se ata a calendario religioso alguno.

Este debería ser definido como el más diverso carnaval suramericano, pues el de Rio, si bien atrae más gente, solo tiene música brasilera. En Notting Hill, en cambio, hay, aparte de varias escuelas de samba, representaciones de al menos 20 naciones del sur de EEUU.

No obstante, a este carnaval se le define como caribeño, aunque se inspira en el de Trinidad, la mayor isla suramericana, y se basa en las Antillas menores que están más cerca de la América del Sur que de la Central o Nórdica.

En este carnaval abunda el alcohol (y en menor grado las drogas) y la gente baila ritmos tropicales con los cuerpos semi-descubiertos; sin embargo, el domingo previo unos 2 millones de musulmanes británicos (y entre 1,200 y 1,600 millones en todo el mundo) celebraron Eid, el momento cuando acaba el mes de Ramadán en el cual durante 29/30 días durante las horas de sol ningún mahometano debe comer, beber o hacer sexo.

Ninguna otra religión masiva tiene tan largo ayuno y, además, con tan alto porcentaje de fieles que lo practican (incluso, por encima de los judíos que no comen nada durante 24/25 horas en el día del perdón o de las prohibiciones alimentarias de Semana Santa católica).

Al asistir a los rezos del Eid en la mezquita solo se ven varones vestidos de punta a punta mientras que las mujeres de todas las edades deben ir a una parte anexa sin mezclarse. Esta fiesta es totalmente distinta pues allí no hay trago ni estupefacientes ni nada sexual y la mujer debe ir con la cabeza cubierta. Los jóvenes musulmanes luego pueden danzar en los parques pero sin bailes pegados o entre sexos.

Ambos festivales muestran la contradicción entre el catolicismo, cuyo pilar es las Américas, credo que tolera e integra a sus ritos a la bebida, la sensualidad y los ritmos ‘calientes’, con el Islam que mantiene un alto nivel de ortodoxia a su tradición, al dominio masculino y al conservadurismo social.

Eid y Notting Hill

Dos festivales, dos culturas
Isaac Bigio
martes, 28 de agosto de 2012, 13:24 h (CET)
En los dos fines de semana previos a los paraolímpicos que se inician este miércoles 29 Londres ha celebrado dos grandes y muy distintos festivales, los mismos que son muy contradictorios entre sí y expresan la diversidad de la cultura humana.

El último domingo y lunes de cada Agosto entre una a dos millones de almas acuden al Notting Hill (oeste londinense) al mayor carnaval del Viejo Mundo. Mientras que los diversos carnavales que hay en América Latina y el Caribe se dan entre febrero y marzo,  como antesalas de las pascuas católicas y en torno a ritmos regionales, el carnaval de Notting Hill es el más cosmopolita que haya existido y no se ata a calendario religioso alguno.

Este debería ser definido como el más diverso carnaval suramericano, pues el de Rio, si bien atrae más gente, solo tiene música brasilera. En Notting Hill, en cambio, hay, aparte de varias escuelas de samba, representaciones de al menos 20 naciones del sur de EEUU.

No obstante, a este carnaval se le define como caribeño, aunque se inspira en el de Trinidad, la mayor isla suramericana, y se basa en las Antillas menores que están más cerca de la América del Sur que de la Central o Nórdica.

En este carnaval abunda el alcohol (y en menor grado las drogas) y la gente baila ritmos tropicales con los cuerpos semi-descubiertos; sin embargo, el domingo previo unos 2 millones de musulmanes británicos (y entre 1,200 y 1,600 millones en todo el mundo) celebraron Eid, el momento cuando acaba el mes de Ramadán en el cual durante 29/30 días durante las horas de sol ningún mahometano debe comer, beber o hacer sexo.

Ninguna otra religión masiva tiene tan largo ayuno y, además, con tan alto porcentaje de fieles que lo practican (incluso, por encima de los judíos que no comen nada durante 24/25 horas en el día del perdón o de las prohibiciones alimentarias de Semana Santa católica).

Al asistir a los rezos del Eid en la mezquita solo se ven varones vestidos de punta a punta mientras que las mujeres de todas las edades deben ir a una parte anexa sin mezclarse. Esta fiesta es totalmente distinta pues allí no hay trago ni estupefacientes ni nada sexual y la mujer debe ir con la cabeza cubierta. Los jóvenes musulmanes luego pueden danzar en los parques pero sin bailes pegados o entre sexos.

Ambos festivales muestran la contradicción entre el catolicismo, cuyo pilar es las Américas, credo que tolera e integra a sus ritos a la bebida, la sensualidad y los ritmos ‘calientes’, con el Islam que mantiene un alto nivel de ortodoxia a su tradición, al dominio masculino y al conservadurismo social.

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