Se ha dicho que el comienzo de una historia, es epílogo de un final para muchos, y ello se comprueba al observar el triste epílogo de la aventura luguista.
El grupo de 9 partidos y movimientos (G9), que apoya la candidatura presidencial del expresentador de televisión Mario Ferreiro, se encuentra ahora con una oposición impensada: la de los seguidores del cura papá Fernando Lugo, que desean lanzar una candidatura inconstitucional por la reelección imposible de su líder.
Es evidente que para el conglomerado de partidos fantasmas y extintos (el G11) que busca promover nuevamente la candidatura del fraudulento referente moral, que acabó en un bochorno global, poco importa realizar una campaña proselitista en medio de demandas por paternidad irresponsable y pruebas de ADN.
Mario Ferreiro es un sobrino del ilustre poeta Oscar Ferreiro, ícono del Partido Revolucionario Febrerista y combatiente de la guerra civil que asoló al Paraguay en 1947. Conocido por sus actividades de presentador, poeta y periodista, Ferreiro aspira a convertirse en el nuevo Mauricio Funes de la centroizquierda latinoamericana.
Sin embargo, ahora se enfrenta a la insensata oposición de quienes pretenden seguir insistiendo con el fracasado cura papá que los llevó al desastre, los avergonzó ante el mundo y luego se mandó mudar por irresponsabilidad y cobardía sin resistir.
Los propulsores de la candidatura de Ferreiro, entre los cuales se encuentran algunos de los más cercanos colaboradores de Lugo, destituido por el Congreso por mal desempeño de sus funciones, han advertido que no darán vuelta a tras en su postulación y el 16 de agosto oficializarán la candidatura.
Los que se mantienen leales al cura papá, por su lado, son conocidos por su intransigencia e incapacidad de entrar en razón, una de las causales del epílogo de la aventura del obispo, acusado de pederastia y paternidad irresponsable por varias mujeres.
Entre ellos se encuentran algunos de los principales exponentes paraguayos del entramado de ONG vinculados a USAID y embajadas extranjeras, conocidos en la sociedad paraguaya por su actitud legionarista de realizar campañas proselitistas ante gobiernos extranjeros en lugar de hacerlo ante sus pueblo.
A pesar de ellos, el grupo que respalda a Ferreiro, entre ellos exponentes fundamentales del luguismo como Camilo Soares o López Perito, ha decidido desmarcarse del cura con hijos y seguir adelante con el nuevo candidato, aún por fuera del Frente Guasu.
Algunos de ellos han dejado entrever que están hartos de las mentiras de Lugo, a quien habían indagado durante su proselitismo si era o no cierto que tenía varios hijos, lo que el ex presidente había desmentido enfáticamente. “Ya no tengo confianza en él, me mintió durante el proselitismo cuando le pedí me confesara eso” reconoció López Perito al diario local La Nación.
Dijo Benavente que la peor verdad solo cuesta un gran disgusto, pero la mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños, y al final, un disgusto grande. El triste epílogo de la aventura luguista del Frente Guasu lo demostró una vez más.