Algo está cambiando en el fútbol español; hace escasa fechas se habría antojado cuando menos extraño que varios entrenadores de prestigio y currículum contrastado, con varios títulos en sus alforjas la mayoría y tampoco demasiado veteranos, engrosaran las listas del paro en pleno verano y que además, salvo sorpresas de última hora, no volverán a entrenar hasta el año que viene o, si acaso en ésta, como apagafuegos de algún proyecto en vías de fracaso.
Todos tenemos sus nombres en mente: Camacho, Del Bosque, Clemente, Víctor Fernández, Irureta, Antic, …
Los dirigentes de nuestro fútbol cada vez se dejan deslumbrar menos no solo por los cantos de sirena de misters extranjeros con buena prensa y mejor caché, sino tampoco por entrenadores nacionales de prestigio, pero que intuyen han dado ya lo mejor de sí mismo en otros clubes y su tiempo, en la elite al menos, parece pasado.
Prefieren el presente y la ilusión / progresión que se les presume a entrenadores jóvenes o noveles en primera división que apenas han apuntado esbozos de sus conocimientos:
Ejemplos … el Valencia opta por Quique tras su primera y única meritoria campaña en primera con el modesto Getafe. El Athletic ya hizo lo propio con Valverde hace dos años, ahora lo repite con Mendilibar, con escaso, pero prometedor bagaje en 2ªB con el Lanzarote y en 2ª con el Eibar. El Málaga de Antonio Tapia experimentó una mejora radical en cuanto éste se hizo cargo del equipo mediada ya la 2ª vuelta y el club, con buen criterio, apuesta por él ...
Otros clubs en cambio, apuestan por entrenadores de reconocido historial: el At. Madrid con Bianchi, el Real Madrid con Luxemburgo … el tiempo colocará a cada uno en su sitio … como siempre.