Mientras todos los 205 países que compiten en las Olimpiadas lo hacen con su nombre, los locales lo hacen bajo ese lema que une a una veintena de territorios esparcidos en los 7 continentes, incluyendo a los 4 países del Reino Unido (Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte), a las islas franco-parlantes del Canal de la Mancha y a la de Man, y a 11 de las 14 dependencias transoceánicas de Elizabeth II (incluyendo las Malvinas).
Los británicos son la nación que más enraizado tienen el concepto de fidelidad a su reina y herencia imperial. Para ellos estas olimpiadas juegan un rol vital.
Aparte de Atenas o Paris, que han sido anfitriones de dos juegos olímpicos modernos cada una (y esto hace alrededor de un siglo atrás), Londres ha sido la sede de la mayor competencia deportiva global 3 veces (y de manera espaciada: 1908, 1948 y 2012), además de las XIII Olimpiadas de 1944 que se suspendieron debido a la II Guerra Mundial.
Con estos juegos la capital del que fuera el mayor imperio ultramarino de todos los tiempos quiere ganar el título de ser la urbe más cosmopolita que hay. Todos los 205 equipos nacionales que participan en estas Olimpiadas tienen colonias en esta metrópolis y 40 de ellas tienen al menos 10,000 nacionales suyos residentes en el Gran Londres.
Con todo ello, además, Londres busca contrarrestar la crisis económica que sacude a la Unión Europea mientras que su alcalde Boris Johnson asegura que la capital británica escapa a la recesión europea de su continente y sigue creciendo tanto en empleos, como en obras y en producción.
No obstante, Reino Unido ha entrado a su peor recesión en medio siglo, en tanto que se espera a que el 9 de septiembre acaben los para-olímpicos para que los efectos de la crisis se hagan sentir y se empiecen a aplicar medidas duras, sobre todo contra los inmigrantes. Después de esa fecha es probable que, también, se tomen acciones más severas para intervenir en la crisis siria o en Irán, aunque la crisis del Levante y las elecciones de EEUU podrían conducir a anticipaciones.
A fin de poder capitalizar todo el éxito de las Olimpiadas (las mismas que coinciden con el 60 aniversario de la monarca más poderosa que hay: Elizabeth II) y ayudar a levantar a la moral nacional ante el bajón económico, Gran Bretaña necesita tener un buen desempeño deportivo.
El Reino Unido es el único país que en todas las Olimpiadas ha participado ganando medallas, siendo su mejor desempeño en las de Londres 1908, las únicas en que quedó primera. Mientras en las anteriores olimpiadas (Beijing 2008) los británicos quedaron cuartos, esta vez, pese a ser locales, no llegan ni al decimo puesto, en tanto que sus pocas medallas de oro solo han conquistado finalizando la primera semana de los juegos.