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Hay que echarle bemoles para pedir a mis lectores una sonrisa con la que está cayendo, pero hay que poner al mal tiempo… buena cara y seguir las indicaciones del día de la sonrisa que se celebró a escala mundial el pasado viernes

Sonría, por favor

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Es muy difícil conseguir una sonrisa. La risa abierta y la carcajada son consecuencias de una situación concreta que provoca la hilaridad; vienen de fuera a dentro. La sonrisa es algo más meditado, algo que surge del interior y se proyecta al exterior.

La sonrisa es una sensación, una forma de ser, una actitud abierta y solidaria. Se ríe de la gente, se sonríe con la gente. La carcajada mosquea, la sonrisa acoge y acompaña.

La pasada semana participé en una representación teatral con un grupo de aficionados al que pertenezco. Mi papel, de acuerdo con mis capacidades, era pequeño. Solo intervenía en dos pequeñas escenas del primer y tercer acto. La obra era de Buero Vallejo: “Día de fiesta”. El autor y por consiguiente, los actores, consiguen integrar al público en las vivencias de un grupo de pobres de la posguerra. Personas que mantienen sus penalidades y su hambre con dignidad: vestidos ajados, chaquetas y gorras.

La sonrisa, mezclada con alguna lagrimilla, imperó entre los espectadores, pero, sobre todo, entre los actores, a los que contemple entre bambalinas como disfrutaron siendo felices y haciendo felices a los demás. Entre verdades como puños y “morcillas”. Entre olvido de los problemas personales y sentimiento de cercanía con los espectadores. Entre sediciones y seducciones.

Una sencilla historia, como todas mis buenas noticias, pero basada en una vivencia personal. El escribir estas letras ha permitido que una sonrisa aflorara a mis labios. Y espero que a los de mis lectores. Me ha hecho recordar aquella campaña de hace muchos años: Smile please, sonría por favor.

Sonría, por favor

Hay que echarle bemoles para pedir a mis lectores una sonrisa con la que está cayendo, pero hay que poner al mal tiempo… buena cara y seguir las indicaciones del día de la sonrisa que se celebró a escala mundial el pasado viernes
Manuel Montes Cleries
lunes, 9 de octubre de 2017, 07:43 h (CET)
Es muy difícil conseguir una sonrisa. La risa abierta y la carcajada son consecuencias de una situación concreta que provoca la hilaridad; vienen de fuera a dentro. La sonrisa es algo más meditado, algo que surge del interior y se proyecta al exterior.

La sonrisa es una sensación, una forma de ser, una actitud abierta y solidaria. Se ríe de la gente, se sonríe con la gente. La carcajada mosquea, la sonrisa acoge y acompaña.

La pasada semana participé en una representación teatral con un grupo de aficionados al que pertenezco. Mi papel, de acuerdo con mis capacidades, era pequeño. Solo intervenía en dos pequeñas escenas del primer y tercer acto. La obra era de Buero Vallejo: “Día de fiesta”. El autor y por consiguiente, los actores, consiguen integrar al público en las vivencias de un grupo de pobres de la posguerra. Personas que mantienen sus penalidades y su hambre con dignidad: vestidos ajados, chaquetas y gorras.

La sonrisa, mezclada con alguna lagrimilla, imperó entre los espectadores, pero, sobre todo, entre los actores, a los que contemple entre bambalinas como disfrutaron siendo felices y haciendo felices a los demás. Entre verdades como puños y “morcillas”. Entre olvido de los problemas personales y sentimiento de cercanía con los espectadores. Entre sediciones y seducciones.

Una sencilla historia, como todas mis buenas noticias, pero basada en una vivencia personal. El escribir estas letras ha permitido que una sonrisa aflorara a mis labios. Y espero que a los de mis lectores. Me ha hecho recordar aquella campaña de hace muchos años: Smile please, sonría por favor.

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