Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Antes muerto que en silencio
Habría que recoger dinero para levantarle un monumento. Un mártir, eso es lo que es, un mártir…

Carlos Dívar, santo varón

|

Dice Carlos Dívar que sus gastos están justificados y son una miseria, y que no se le pasa por la cabeza dimitir ya que supondría reconocer que tenía una culpabilidad, cuando no es así. Vamos, que es más inocente que San Nicolás y por ello, por no manchar su pulcro nombre, de asistir voluntario al Parlamento para explicar el por qué de sus supuestas juergas, nada de nada. Él, santo varón, opta por ser prudente y esperar.

La prudencia la marca su silencio. No ha dicho si va a aguardar los acontecimientos en su casa, o decidirá gastarse una miseria más del dinero público esperando paciente, mojito en mano, durante una pila más de fines de semana a todo tren en la Costa del Sol. A tal respecto, mira que he buscado dónde se recoge que con el cargo va incorporado el chaveo indiscriminado de la pasta ajena, y no lo he encontrado por ningún lado. Igual es que no sé ya leer.

Lo de este señor es una prueba de que, en esta España de pandereta, donde el golfo es capitán general y nadie tiene arrestos de degradarle a letrinas, cuando más arriba nos colocamos los parias a buscar, más fulero es el poderoso que encontramos y más inmune a la acción de la Ley se siente el caradura que nos recibe.

Un apunte para terminar. Con las miserias que se ha pulido el señor Dívar en la veintena de festivales que se ha dado, alguno que otro comería todo el año. Que cada uno piense lo que quiera, pero éste a mí también me sobra.

Carlos Dívar, santo varón

Habría que recoger dinero para levantarle un monumento. Un mártir, eso es lo que es, un mártir…
Tomás Salinas
jueves, 7 de junio de 2012, 07:53 h (CET)
Dice Carlos Dívar que sus gastos están justificados y son una miseria, y que no se le pasa por la cabeza dimitir ya que supondría reconocer que tenía una culpabilidad, cuando no es así. Vamos, que es más inocente que San Nicolás y por ello, por no manchar su pulcro nombre, de asistir voluntario al Parlamento para explicar el por qué de sus supuestas juergas, nada de nada. Él, santo varón, opta por ser prudente y esperar.

La prudencia la marca su silencio. No ha dicho si va a aguardar los acontecimientos en su casa, o decidirá gastarse una miseria más del dinero público esperando paciente, mojito en mano, durante una pila más de fines de semana a todo tren en la Costa del Sol. A tal respecto, mira que he buscado dónde se recoge que con el cargo va incorporado el chaveo indiscriminado de la pasta ajena, y no lo he encontrado por ningún lado. Igual es que no sé ya leer.

Lo de este señor es una prueba de que, en esta España de pandereta, donde el golfo es capitán general y nadie tiene arrestos de degradarle a letrinas, cuando más arriba nos colocamos los parias a buscar, más fulero es el poderoso que encontramos y más inmune a la acción de la Ley se siente el caradura que nos recibe.

Un apunte para terminar. Con las miserias que se ha pulido el señor Dívar en la veintena de festivales que se ha dado, alguno que otro comería todo el año. Que cada uno piense lo que quiera, pero éste a mí también me sobra.

Noticias relacionadas

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.

El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto