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Etiquetas | LIGA ENDESA / SEMIFINALES | Real Madrid | CAJA LABORAL
El cuadro blanco tumbó al Caja Laboral y se medirá al Barcelona en su asalto, 19 temporadas después, a conseguir un doblete

Madrid vibra con el finalista Real Madrid (76-69)

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FICHA TÉCNICA
76- Real Madrid: Llull (7), Suárez (0), Singler (2), Velickovic (15) y Tomic (0) -quinteto titular- Reyes (10), Pocius (8), Carroll (11), Mirotic (10), Begic (2), Jorge Sanz (-) y Sergio Rodríguez (9).
69 - Caja Laboral: Prigioni (8), Teletovic (14), Nemanja Bjelica (2), Nocioni (9) y Lampe (10)-quinteto inicial- Pau Ribas (2), Heurtel (2), Van Oostrum (-), Oleson (12), Milko Bjelica (6), Colbarro (-) y San Emeterio (4).
Parciales: 14-24, 23-13, 16-14, 23-18.
Árbitros: Arteaga, Hierrezuelo y Conde.
Incidencias: Quinto encuentro correspondiente a la serie de semifinales de los ‘play-off’ de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 13.109 espectadores.

La Liga Endesa está de enhorabuena. Ya cuenta con sus dos mejores finalistas: Barcelona y Real Madrid. El vigente campeón de Liga contra su mayor adversario histórico, el club con mayores entorchados en competición doméstica (30), el actual campeón de Copa del Rey. Hacía cuatro temporadas que ambos conjuntos no se citaban a estas alturas de temporada. Aquella ocasión coronó al Real Madrid; desde entonces, agua. Los azulgranas vivirán su sexta presencia consecutiva en una final de Liga Endesa. Llegan momentos para disfrutar del baloncesto. 

 

El Barcelona, tras sellar su serie en Valencia, esperaba pacientemente a conocer el nombre de su desafiante. Será el Real Madrid. El cuadro madridista se impuso a Caja Laboral en el colofón a una apasionante serie de semifinales. Hubo de todo, desde magníficos momentos de baloncesto hasta esas necesarias dosis de emoción, y sin olvidarse de esos roces a consecuencias de determinadas decisiones arbitrales. El Real Madrid, por consiguiente, regresa a una final, algo que no vivía desde el curso 2006-2007. Eran tiempos de Joan Plaza. Eran tiempos, como serán ahora, de enfrentarse al Barcelona. Vuelven aquellos tiempos ya prehistóricos de hacer un doblete. A la Copa del Rey ganada en febrero de este 2012, podría sumarse el título de Liga. Es decir, 19 años después… está a tres victorias de un histórico doblete.

 

Los encuentros tan ajustados suelen decantarse en pequeños detalles. Lo marcan acciones no pensadas en las tácticas. Son jugadas a cargo de héroes, de esos jugadores que serán recordadas dentro de unos cuantos cursos. Este honor recayó en Sergio Rodríguez y en Jaycee Carroll. El primero porque ejerció sobresalientemente como maestro de ceremonias, amén de mostrar su buena puntería desde el exterior; el escolta estadounidense surgió en el momento oportuno para exhibir su especialidad en el triple. Ambos acabaron con un notable Caja Laboral. A falta de menos de cinco minutos, sus pases y anotaciones encumbraron al Real Madrid. Se pasó de un apretado 59-59 a un 71-63. Madrid había recuperado el baloncesto. Y un hombre, además de contribuir a la causa y ser gran pareja de un notable Mirotic en zona, había hecho historia: Reyes (12 puntos y 9 rebotes) superó a Sabonis como máximo reboteador en unos 'play-off'

 

La serie donde sonrió el Real Madrid fue para enmarcar, puesto que ambos conjuntos agotaron todos sus recursos y energías en búsqueda del triunfo. Éste recayó en el Real Madrid. Lo hizo porque mostraron su orgullo en los momentos más determinantes y encontraron cómo jugar y sobrevivir a toda la tensión que rodeó a esta eliminatoria. Un cruce que se resolvió en apenas cinco minutos. Hasta entonces, una auténtica batalla de poder a poder, donde nadie se dio por vencido antes de tiempo. A ese cuarto final, a esos momentos de héroes, se llegó tras un tercer cuarto altamente ajustado. Nadie deseaba despeñarse. Y eso que el Real Madrid salió dormido de vestuarios (39-44), pero Caja Laboral tampoco apretó el acelerador. En parte porque, nuevamente, Velickovic (otra actuación estelar) se encargó de resucitar a los suyos anotando 8 puntos casi consecutivos. Fue también un cuarto para el público. Ellos también jugaron su partido: presionaron a los árbitros, disfrutaron con los suyos e intimidaron a los vitorianos.

 

Un cuarto para cada uno

Porque después de ocho meses de competición y cuatro enfrentamientos, nada se decidió en los primeros veinte minutos. Al descanso se llegó con máxima igualdad (37-37). La emoción estaba sintiéndose importante en esto del baloncesto. Lo estaba siendo porque sobre el parqué estaban dos auténticos campeones. Dos grupos con verdaderos ejecutores. Se demostró durante el primer cuarto, cuando el Caja Laboral hizo lo que debe hacerse cuando el factor ambiente está en contra: aplacarlo a base de puntos. Lo hizo, además, mostrando estrellas. Teletovic y Nocioni acabaron con 11 y 7 puntos, respectivamente. Oleson, en un visto y no visto, sumó otros 6. Consecuencia: de una ventaja testimonial de 5 puntos al ecuador del cuarto se pasó a los 10 puntos psicológicos (14-24). Ni siquiera Velickovic (7 puntos) evitó esto. El Real Madrid, sencillamente, no defendía y estaba alterado en ataque.

 

Corría, por consiguiente, el peligro de irse del encuentro a las primeras de cambio. No lo hizo. Ese orgullo siempre está presente. Renacieron. Lo hicieron con un impresionante arranque de segundo cuarto, con un contundente parcial de 11-2. No se debió a ninguna fórmula mágica elaborada desde el banquillo. Fue suficiente con ajustarse en las marcas defensivas, ser más solidarios en las ayudas, secar a las estrellas baskonistas (Teletovic, Nocioni y Oleson no volvieron a sumar) y moverse con más agilidad en ataque. A esto último contribuyó el jugar sin un referente en zona. Todo lo contrario que en la dirección. Sergio Rodríguez -con un pase NBA a Mirotic- alteró también esos biorritmos del encuentro. Remató su faena en esos cinco minutos mágicos en compañía de Carroll. Por entonces este Real Madrid era ya otro Real Madrid. Era un Real Madrid con instinto asesino. Era un Real Madrid con sabor a final.

Madrid vibra con el finalista Real Madrid (76-69)

El cuadro blanco tumbó al Caja Laboral y se medirá al Barcelona en su asalto, 19 temporadas después, a conseguir un doblete
Rafael Merino
sábado, 2 de junio de 2012, 20:20 h (CET)
FICHA TÉCNICA
76- Real Madrid: Llull (7), Suárez (0), Singler (2), Velickovic (15) y Tomic (0) -quinteto titular- Reyes (10), Pocius (8), Carroll (11), Mirotic (10), Begic (2), Jorge Sanz (-) y Sergio Rodríguez (9).
69 - Caja Laboral: Prigioni (8), Teletovic (14), Nemanja Bjelica (2), Nocioni (9) y Lampe (10)-quinteto inicial- Pau Ribas (2), Heurtel (2), Van Oostrum (-), Oleson (12), Milko Bjelica (6), Colbarro (-) y San Emeterio (4).
Parciales: 14-24, 23-13, 16-14, 23-18.
Árbitros: Arteaga, Hierrezuelo y Conde.
Incidencias: Quinto encuentro correspondiente a la serie de semifinales de los ‘play-off’ de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 13.109 espectadores.

La Liga Endesa está de enhorabuena. Ya cuenta con sus dos mejores finalistas: Barcelona y Real Madrid. El vigente campeón de Liga contra su mayor adversario histórico, el club con mayores entorchados en competición doméstica (30), el actual campeón de Copa del Rey. Hacía cuatro temporadas que ambos conjuntos no se citaban a estas alturas de temporada. Aquella ocasión coronó al Real Madrid; desde entonces, agua. Los azulgranas vivirán su sexta presencia consecutiva en una final de Liga Endesa. Llegan momentos para disfrutar del baloncesto. 

 

El Barcelona, tras sellar su serie en Valencia, esperaba pacientemente a conocer el nombre de su desafiante. Será el Real Madrid. El cuadro madridista se impuso a Caja Laboral en el colofón a una apasionante serie de semifinales. Hubo de todo, desde magníficos momentos de baloncesto hasta esas necesarias dosis de emoción, y sin olvidarse de esos roces a consecuencias de determinadas decisiones arbitrales. El Real Madrid, por consiguiente, regresa a una final, algo que no vivía desde el curso 2006-2007. Eran tiempos de Joan Plaza. Eran tiempos, como serán ahora, de enfrentarse al Barcelona. Vuelven aquellos tiempos ya prehistóricos de hacer un doblete. A la Copa del Rey ganada en febrero de este 2012, podría sumarse el título de Liga. Es decir, 19 años después… está a tres victorias de un histórico doblete.

 

Los encuentros tan ajustados suelen decantarse en pequeños detalles. Lo marcan acciones no pensadas en las tácticas. Son jugadas a cargo de héroes, de esos jugadores que serán recordadas dentro de unos cuantos cursos. Este honor recayó en Sergio Rodríguez y en Jaycee Carroll. El primero porque ejerció sobresalientemente como maestro de ceremonias, amén de mostrar su buena puntería desde el exterior; el escolta estadounidense surgió en el momento oportuno para exhibir su especialidad en el triple. Ambos acabaron con un notable Caja Laboral. A falta de menos de cinco minutos, sus pases y anotaciones encumbraron al Real Madrid. Se pasó de un apretado 59-59 a un 71-63. Madrid había recuperado el baloncesto. Y un hombre, además de contribuir a la causa y ser gran pareja de un notable Mirotic en zona, había hecho historia: Reyes (12 puntos y 9 rebotes) superó a Sabonis como máximo reboteador en unos 'play-off'

 

La serie donde sonrió el Real Madrid fue para enmarcar, puesto que ambos conjuntos agotaron todos sus recursos y energías en búsqueda del triunfo. Éste recayó en el Real Madrid. Lo hizo porque mostraron su orgullo en los momentos más determinantes y encontraron cómo jugar y sobrevivir a toda la tensión que rodeó a esta eliminatoria. Un cruce que se resolvió en apenas cinco minutos. Hasta entonces, una auténtica batalla de poder a poder, donde nadie se dio por vencido antes de tiempo. A ese cuarto final, a esos momentos de héroes, se llegó tras un tercer cuarto altamente ajustado. Nadie deseaba despeñarse. Y eso que el Real Madrid salió dormido de vestuarios (39-44), pero Caja Laboral tampoco apretó el acelerador. En parte porque, nuevamente, Velickovic (otra actuación estelar) se encargó de resucitar a los suyos anotando 8 puntos casi consecutivos. Fue también un cuarto para el público. Ellos también jugaron su partido: presionaron a los árbitros, disfrutaron con los suyos e intimidaron a los vitorianos.

 

Un cuarto para cada uno

Porque después de ocho meses de competición y cuatro enfrentamientos, nada se decidió en los primeros veinte minutos. Al descanso se llegó con máxima igualdad (37-37). La emoción estaba sintiéndose importante en esto del baloncesto. Lo estaba siendo porque sobre el parqué estaban dos auténticos campeones. Dos grupos con verdaderos ejecutores. Se demostró durante el primer cuarto, cuando el Caja Laboral hizo lo que debe hacerse cuando el factor ambiente está en contra: aplacarlo a base de puntos. Lo hizo, además, mostrando estrellas. Teletovic y Nocioni acabaron con 11 y 7 puntos, respectivamente. Oleson, en un visto y no visto, sumó otros 6. Consecuencia: de una ventaja testimonial de 5 puntos al ecuador del cuarto se pasó a los 10 puntos psicológicos (14-24). Ni siquiera Velickovic (7 puntos) evitó esto. El Real Madrid, sencillamente, no defendía y estaba alterado en ataque.

 

Corría, por consiguiente, el peligro de irse del encuentro a las primeras de cambio. No lo hizo. Ese orgullo siempre está presente. Renacieron. Lo hicieron con un impresionante arranque de segundo cuarto, con un contundente parcial de 11-2. No se debió a ninguna fórmula mágica elaborada desde el banquillo. Fue suficiente con ajustarse en las marcas defensivas, ser más solidarios en las ayudas, secar a las estrellas baskonistas (Teletovic, Nocioni y Oleson no volvieron a sumar) y moverse con más agilidad en ataque. A esto último contribuyó el jugar sin un referente en zona. Todo lo contrario que en la dirección. Sergio Rodríguez -con un pase NBA a Mirotic- alteró también esos biorritmos del encuentro. Remató su faena en esos cinco minutos mágicos en compañía de Carroll. Por entonces este Real Madrid era ya otro Real Madrid. Era un Real Madrid con instinto asesino. Era un Real Madrid con sabor a final.

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