Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Hablemos sin tapujos | Soberanismo
Algunas personas venderían su alma al diablo por un minuto de fama

Cuando los filósofos caen en el separatismo

|

Nadie, en este país, es ajeno a lo que está sucediendo en la autonomía catalana. Tampoco hay quien no se crea, a estas alturas, que lo que está a punto de ocurrir en tierras catalanas puede ser el principio de una situación extremadamente grave para toda la nación española y, por ello, es evidente que lo que digan los que, usando métodos belicosos y secesionistas, durante estos días que preceden al 1º de octubre, supuestamente la fecha en la que se pretende celebrar el referendo catalán declarado inconstitucional por el TC; puede llegar a ser considerar un delito de inducción a delinquir o tener, según los efectos que tengan en las muchedumbres que se han lanzado a las calles no, como intenta hacer creer este señor fanatizado, miembro de los gobernantes de la Generalitat catalana, al que se conoce como Turull, con simples intenciones festivas, como una manifestación de monjas ursulinas o, simplemente, como un grupo de pacíficos ciudadanos que sólo intentan hacer un camping en las calles de Barcelona. Nada de eso.

En realidad, los que acosaron y amenazaron gravemente a la policía nacional y la Guardia Civil en la Consejería de Economía de la Generalitat, pertenecían a dos de las agrupaciones, la ANC y el Omnium, más peligrosas, más enfatizadas en sus reclamaciones soberanistas y más dispuestas a, bajo la apariencia de niñatos y niñatas inofensivos, cometer las más alevosas fechorías, a veces usando flores para cubrir sus satánicas intenciones y acosando, apoyándose en el número, a los representantes de la autoridad que, cumpliendo órdenes del juez del Juzgado nº 13 de Barcelona, estaban realizando un registro de las dependencias, en las que se encontró material destinado a la consulta prevista para el 1º de octubre. Estos “pacíficos” personajes no tuvieron miramientos cuando se trató de destrozar tres vehículos de la Guardia Civil y obligar a los mossos a que, de mala gana, tuvieran que proteger a los agentes de la ley para que pudieran abandonar el local, algo que se vieron obligados a hacer recibiendo sobre sí los objetos que, desde la turba callejera, les lanzaban mientras huían. Lo que probablemente no tuvieron en cuenta es que, cometiendo estos actos de barbarie, le dieron la oportunidad al fiscal a acusar aquella acción de “sedición” un delito mucho más grave y con penas mucho más duras que las correspondientes a desobediencia o meras algaradas callejeras.

Si he de serles franco nunca he compartido un gran entusiasmo por los filósofos, acaso porque soy de los que prefiero aceptar la realidad tal como la percibo, como un hecho constatado, con todas sus imperfecciones e injusticias, y tengo una visión no demasiado positiva de estas personas, indudablemente especiales, que profundizan en el pensamiento para intentar descubrir lo que nos condiciona, el porqué y el para qué de nuestra existencia y sacar conclusiones ( no siempre las mismas ni con los mismos resultados) sobre nuestra existencia, la realidad en la que estamos inmersos, nuestra parte metafísica o lo que nos es inmanente. En realidad, una profesora de filosofía de la universidad de Zaragoza, seguramente tan absorbida en su oficio que se ha olvidado que la democracia se debe al cumplimiento de unas normas, que garantizan a los ciudadanos que puedan vivir en paz con el resto con los que conviven y que, sin la existencia de estos frenos, pantallas o como quieran definirlos, el caos se apoderaría de todos y la “ley del más fuerte” sería la que regiría cualquier agrupación humana.

La señora Marina Garcés, impresionada por el “honor” que se le ha hecho al encargarla de pronunciar el pregón de la Merced, se ha creído obligada a corresponder con quienes le dieron la oportunidad de hablar en público y no ha dudado en pronunciar frases como “Ante un Estado que convierte una pregunta legítima ( para ella no significa nada que exista una interlocutoria del TC advirtiendo de la ilegalidad de esta pregunta) en una acción ilegal ( se carga la función de los tribunales facultando, a quien lo desee, a aceptar o rechazar las normas según les convengan o no) ahora mismo sólo queda espacio para una respuesta colectiva y contundente”. Lo que es evidente es que esta filósofa catalana, en lugar de un pregón relativo a la virgen de la Merced, la patrona de Barcelona, prefirió hacer un mitin independentista, con todas las características propias de una inducción a votar y, en consecuencia, ha incurrido en el delito de inducir a la comisión de un delito prohibido por la Ley.

Por si no fuera suficiente el fanatismo de la pregonera y su desprecio por las leyes, esta señora demostró ser insensible ante el desastre que sufrió Barcelona, cuando unos terroristas lanzaron una furgoneta contra los pacíficos ciudadanos que paseaban por las Ramblas, provocando una matanza entre ellos. Las palabras de esta filósofa no pudieron ser más desacertadas y, seguramente, dieron una muestra palpable de la clase de persona de la que se trata cuando, hablando del suceso, dio la siguiente opinión: “Junto a ellos ( las víctimas de la matanza), también, la de unos jóvenes de Ripoll que tampoco estarán y sobre los cuales siempre tendremos la duda de si realmente querían morir matando como lo hicieron” ¡Evidentemente, cuando uno escucha un sandez semejante, no es raro que dude del juicio y la capacidad de la persona que se atreve a poner a la par, a víctimas y verdugos!. Cuando, si no es ignorancia supina, una persona que se supone ilustrada hace afirmaciones semejantes, no puede ser interpretada más que, como una insana complicidad ideológica, con aquellos terroristas que, como ha quedado demostrado, no tenían la más mínima duda sobre la intención de matar a cuantas más personas mejor. Puede que no quisieran morir, pero, de que se trataba de unos yihadistas convencidos, es algo sobre que, solo el ponerlo en duda, ya debería merecer ser sancionado.

El invento que se han sacado de la manga los soberanistas, de que la democracia es propiedad de los separatistas y que, la reacción del Estado para salvaguardar la unidad de la nación, no es una actuación democrática; ronda, de tan absurda y vergonzosa, la demencia; algo semejante a lo que les ocurrió a los nazis cuando pretendieron vender su nacional socialismo, como si fuera el único sistema capaz de hacer una Alemania grande y poderosa. Estos días, se han escrito cartas a los directores de centros educativos catalanes para que intenten que las familias accedan a que los escolares participen en el tinglado separatista, pretendiendo que sean adoctrinados y utilizados como manifestantes en favor de la posibilidad de votar el 1º de octubre. Este comportamiento del nacionalismo catalán nos recuerda las teorías del alemán nazi Rosenberg que escribió sobre la superioridad de la raza alemana “El mito del siglo XX” (1930). El adoctrinamiento que han recibido las nuevas generaciones en las escuelas de Cataluña nos recuerda los proyectos de Himmler y sus NPEA o Napolas, donde los nazis educaban a los “cachorros” que deberían perpetuar la raza aria, de los alemanes perfectos y sin taras de otras razas.

Es evidente que, el hecho de que sean los jueces los que, exigiendo el cumplimiento de la Ley, ha entorpecido lo que venían maquinando los separatistas que han estado intentando que fueran las fuerzas de orden público las que reprimieran los intentos y demostraciones públicas de apoyo al referendo, y no los tribunales y el TC, lo que les ha impedido achacar al Estado el empleo de la violencia en contra de las “legítimas” aspiraciones de los ciudadanos catalanes. No obstante, el gobierno español ha estado flojo en la información, dejando que en Cataluña toda la prensa, las TV y las radios estuvieran copadas por nacionalistas que han estado, durante años, bombardeando a los catalanes con sus intentos de adoctrinamiento, medidas que han tenido tanto éxito que ha permitido a los separatistas, que apenas representaban un 20% de los catalanes alcancen, en la actualidad, el 50%.

Es evidente que ahora ya no le queda, al actual Gobierno, otro remedio que apelar a la autoridad que le confiere la Constitución para intentar poner orden, y ello supone que ya se han acabado los paños calientes y ha llegado el momento de enseñar a todos estos secesionistas que, a pesar de las demostraciones de multitudes que intenten utilizar para amedrentar al Estado, ya no hay otra salida que imponer el orden, con los medios de que se disponga, sin descartar ninguno si llegara el caso de que, la insensatez de los secesionistas obligara a que se utilizaran los que se establece en el Art.º 8 de la Carta Magna. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, sentimos que estamos pasando por un momento histórico en el que, sin duda alguna, está en juego el futuro de España y de los españoles. No es momento de dudas ni de remilgos. Si se han de tomar medidas extremas, que se tomen. Todo antes de que se consume la división de nuestra nación y caigamos en manos de separatistas y comunistas bolivarianos.

Cuando los filósofos caen en el separatismo

Algunas personas venderían su alma al diablo por un minuto de fama
Miguel Massanet
domingo, 24 de septiembre de 2017, 10:48 h (CET)
Nadie, en este país, es ajeno a lo que está sucediendo en la autonomía catalana. Tampoco hay quien no se crea, a estas alturas, que lo que está a punto de ocurrir en tierras catalanas puede ser el principio de una situación extremadamente grave para toda la nación española y, por ello, es evidente que lo que digan los que, usando métodos belicosos y secesionistas, durante estos días que preceden al 1º de octubre, supuestamente la fecha en la que se pretende celebrar el referendo catalán declarado inconstitucional por el TC; puede llegar a ser considerar un delito de inducción a delinquir o tener, según los efectos que tengan en las muchedumbres que se han lanzado a las calles no, como intenta hacer creer este señor fanatizado, miembro de los gobernantes de la Generalitat catalana, al que se conoce como Turull, con simples intenciones festivas, como una manifestación de monjas ursulinas o, simplemente, como un grupo de pacíficos ciudadanos que sólo intentan hacer un camping en las calles de Barcelona. Nada de eso.

En realidad, los que acosaron y amenazaron gravemente a la policía nacional y la Guardia Civil en la Consejería de Economía de la Generalitat, pertenecían a dos de las agrupaciones, la ANC y el Omnium, más peligrosas, más enfatizadas en sus reclamaciones soberanistas y más dispuestas a, bajo la apariencia de niñatos y niñatas inofensivos, cometer las más alevosas fechorías, a veces usando flores para cubrir sus satánicas intenciones y acosando, apoyándose en el número, a los representantes de la autoridad que, cumpliendo órdenes del juez del Juzgado nº 13 de Barcelona, estaban realizando un registro de las dependencias, en las que se encontró material destinado a la consulta prevista para el 1º de octubre. Estos “pacíficos” personajes no tuvieron miramientos cuando se trató de destrozar tres vehículos de la Guardia Civil y obligar a los mossos a que, de mala gana, tuvieran que proteger a los agentes de la ley para que pudieran abandonar el local, algo que se vieron obligados a hacer recibiendo sobre sí los objetos que, desde la turba callejera, les lanzaban mientras huían. Lo que probablemente no tuvieron en cuenta es que, cometiendo estos actos de barbarie, le dieron la oportunidad al fiscal a acusar aquella acción de “sedición” un delito mucho más grave y con penas mucho más duras que las correspondientes a desobediencia o meras algaradas callejeras.

Si he de serles franco nunca he compartido un gran entusiasmo por los filósofos, acaso porque soy de los que prefiero aceptar la realidad tal como la percibo, como un hecho constatado, con todas sus imperfecciones e injusticias, y tengo una visión no demasiado positiva de estas personas, indudablemente especiales, que profundizan en el pensamiento para intentar descubrir lo que nos condiciona, el porqué y el para qué de nuestra existencia y sacar conclusiones ( no siempre las mismas ni con los mismos resultados) sobre nuestra existencia, la realidad en la que estamos inmersos, nuestra parte metafísica o lo que nos es inmanente. En realidad, una profesora de filosofía de la universidad de Zaragoza, seguramente tan absorbida en su oficio que se ha olvidado que la democracia se debe al cumplimiento de unas normas, que garantizan a los ciudadanos que puedan vivir en paz con el resto con los que conviven y que, sin la existencia de estos frenos, pantallas o como quieran definirlos, el caos se apoderaría de todos y la “ley del más fuerte” sería la que regiría cualquier agrupación humana.

La señora Marina Garcés, impresionada por el “honor” que se le ha hecho al encargarla de pronunciar el pregón de la Merced, se ha creído obligada a corresponder con quienes le dieron la oportunidad de hablar en público y no ha dudado en pronunciar frases como “Ante un Estado que convierte una pregunta legítima ( para ella no significa nada que exista una interlocutoria del TC advirtiendo de la ilegalidad de esta pregunta) en una acción ilegal ( se carga la función de los tribunales facultando, a quien lo desee, a aceptar o rechazar las normas según les convengan o no) ahora mismo sólo queda espacio para una respuesta colectiva y contundente”. Lo que es evidente es que esta filósofa catalana, en lugar de un pregón relativo a la virgen de la Merced, la patrona de Barcelona, prefirió hacer un mitin independentista, con todas las características propias de una inducción a votar y, en consecuencia, ha incurrido en el delito de inducir a la comisión de un delito prohibido por la Ley.

Por si no fuera suficiente el fanatismo de la pregonera y su desprecio por las leyes, esta señora demostró ser insensible ante el desastre que sufrió Barcelona, cuando unos terroristas lanzaron una furgoneta contra los pacíficos ciudadanos que paseaban por las Ramblas, provocando una matanza entre ellos. Las palabras de esta filósofa no pudieron ser más desacertadas y, seguramente, dieron una muestra palpable de la clase de persona de la que se trata cuando, hablando del suceso, dio la siguiente opinión: “Junto a ellos ( las víctimas de la matanza), también, la de unos jóvenes de Ripoll que tampoco estarán y sobre los cuales siempre tendremos la duda de si realmente querían morir matando como lo hicieron” ¡Evidentemente, cuando uno escucha un sandez semejante, no es raro que dude del juicio y la capacidad de la persona que se atreve a poner a la par, a víctimas y verdugos!. Cuando, si no es ignorancia supina, una persona que se supone ilustrada hace afirmaciones semejantes, no puede ser interpretada más que, como una insana complicidad ideológica, con aquellos terroristas que, como ha quedado demostrado, no tenían la más mínima duda sobre la intención de matar a cuantas más personas mejor. Puede que no quisieran morir, pero, de que se trataba de unos yihadistas convencidos, es algo sobre que, solo el ponerlo en duda, ya debería merecer ser sancionado.

El invento que se han sacado de la manga los soberanistas, de que la democracia es propiedad de los separatistas y que, la reacción del Estado para salvaguardar la unidad de la nación, no es una actuación democrática; ronda, de tan absurda y vergonzosa, la demencia; algo semejante a lo que les ocurrió a los nazis cuando pretendieron vender su nacional socialismo, como si fuera el único sistema capaz de hacer una Alemania grande y poderosa. Estos días, se han escrito cartas a los directores de centros educativos catalanes para que intenten que las familias accedan a que los escolares participen en el tinglado separatista, pretendiendo que sean adoctrinados y utilizados como manifestantes en favor de la posibilidad de votar el 1º de octubre. Este comportamiento del nacionalismo catalán nos recuerda las teorías del alemán nazi Rosenberg que escribió sobre la superioridad de la raza alemana “El mito del siglo XX” (1930). El adoctrinamiento que han recibido las nuevas generaciones en las escuelas de Cataluña nos recuerda los proyectos de Himmler y sus NPEA o Napolas, donde los nazis educaban a los “cachorros” que deberían perpetuar la raza aria, de los alemanes perfectos y sin taras de otras razas.

Es evidente que, el hecho de que sean los jueces los que, exigiendo el cumplimiento de la Ley, ha entorpecido lo que venían maquinando los separatistas que han estado intentando que fueran las fuerzas de orden público las que reprimieran los intentos y demostraciones públicas de apoyo al referendo, y no los tribunales y el TC, lo que les ha impedido achacar al Estado el empleo de la violencia en contra de las “legítimas” aspiraciones de los ciudadanos catalanes. No obstante, el gobierno español ha estado flojo en la información, dejando que en Cataluña toda la prensa, las TV y las radios estuvieran copadas por nacionalistas que han estado, durante años, bombardeando a los catalanes con sus intentos de adoctrinamiento, medidas que han tenido tanto éxito que ha permitido a los separatistas, que apenas representaban un 20% de los catalanes alcancen, en la actualidad, el 50%.

Es evidente que ahora ya no le queda, al actual Gobierno, otro remedio que apelar a la autoridad que le confiere la Constitución para intentar poner orden, y ello supone que ya se han acabado los paños calientes y ha llegado el momento de enseñar a todos estos secesionistas que, a pesar de las demostraciones de multitudes que intenten utilizar para amedrentar al Estado, ya no hay otra salida que imponer el orden, con los medios de que se disponga, sin descartar ninguno si llegara el caso de que, la insensatez de los secesionistas obligara a que se utilizaran los que se establece en el Art.º 8 de la Carta Magna. O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, sentimos que estamos pasando por un momento histórico en el que, sin duda alguna, está en juego el futuro de España y de los españoles. No es momento de dudas ni de remilgos. Si se han de tomar medidas extremas, que se tomen. Todo antes de que se consume la división de nuestra nación y caigamos en manos de separatistas y comunistas bolivarianos.

Noticias relacionadas

La libertad de expresión es un derecho fundamental que abarca las libertades de opinión, información y prensa, es esencial para ejercer otros derechos humanos y participar activamente en una sociedad libre y democrática, pero lo mismo en España que toda Europa, este derecho se enfrenta a desafíos y tensiones debido a la censura y a las restricciones.

Tras conocer por la prensa que un juzgado ha abierto diligencias de investigación por una denuncia contra su esposa, el presidente del Gobierno ha publicado una carta abierta dirigida a la ciudadanía en el antiguo Twitter, en la que afirma que: "Vive con impotencia el fango que se esparce sobre su mujer", y se pregunta si debe continuar o renunciar, motivo por el cual cancela su agenda, y se da de plazo hasta el próximo lunes, para meditar su futuro.

Pedro Sánchez habría dado por amortizada la actual legislatura y, con un golpe de efecto, anunciará presumiblemente el 29 de abril el adelanto de las Elecciones Generales para el próximo otoño, con la esperanza de renacer cual Ave Fénix y obtener unos resultados que le permitan conformar un Gobierno en solitario tras fagocitar los restos del naufragio de la efímera candidatura unitaria de izquierdas Sumar y con apoyos externos de los grupos nacionalistas periféricos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto