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Me parece sincero empezar el artículo confesando que soy maestro, y que actualmente ejerzo mi profesión en un colegio público. Espero que esto les sirva para situar mi opinión dentro del propio conflicto que se ha abierto entre el profesorado y el Gobierno Central.
No les negaré que el aumento de la ratio por aula, la supresión de especialidades, carreras, profesores especialistas, la agrupación de niveles y de servicios específicos, la rebaja del número de liberados sindicales, la supresión del bono libro, etc. me parece correcta y no niego que lo contemplo como un retroceso en una mejora del propio sistema que se había conseguido a lo largo de los años. Pero en ningún caso eso justifica una merma de la calidad educativa. Cabe indicar que la educación española a pesar de gozar de todo lo descrito anteriormente y más, no se sitúa entre las mejores de Europa, de hecho estamos a la cola de toda la Unión Europea, y mejor no compararla con otros países, no sea que perdamos lugares en el ranking.
La educación en España necesita una mejora sustancial
No voy a matarme mucho con este artículo. La opinión de mi madre Fisioterapeuta, mi hermana Realizadora de Tv y mía junto a la de otras aportaciones, me basta. Mi madre lo tiene claro, la carne le huele a podrido. No puede ni verla. Sólo desea ver cuerpos de animales poblados de almas. Mi hermana no puede comerla porque sería como comerse uno de sus gatos. Y a mí me alteraría los niveles de la sangre, me sentiría más pesada y con mayor malestar general.
En medio de la vorágine de la vida moderna, donde la juventud parece ser el estándar de valor y el ascensor hacia el futuro, a menudo olvidamos el invaluable tesoro que representan nuestros ancianos. Son como pozos de sabiduría, con profundas raíces que se extienden hasta los cimientos mismos de nuestra existencia. Sin embargo, en muchas ocasiones, son tratados como meros objetos de contemplación, relegados al olvido y abandonados a su suerte.
Al conocer la oferta a un anciano señor de escasos recursos, que se ganaba su sobrevivencia recolectando botellas de comprarle su perro, éste lo negó, por mucho que las ofertas se superaron de 10 hasta 150 dólares, bajo la razón: "Ni lo vendo, ni lo cambio. El me ama y me es fiel. Su dinero, lo tiene cualquiera, y se pierde como el agua que corre. El cariño de este perrito es insustituible; su cariño y fidelidad es hermoso".
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