Dicen que un negocio exitoso es igual a una fiesta de cumpleaños, dado que la felicidad de su desenlace depende solo de cómo se reparte el pastel, aunque en el caso de los negocios que el cura presidente de Paraguay fue a buscar en templos budistas y monumentos funerarios asiáticos como el Taj Mahal, no exista ningún pastel que repartir.
El cura presidente Fernando Lugo, acreedor del mote de “presidente viajero”, sigue dando que hablar por sus “giras pastorales” que esta vez lo llevaron por segunda vez en un año al continente asiático.
En ese contexto, el gremio industrial paraguayo afirmó, que el periplo turístico del cura papá no tendrá resultados beneficiosos al Paraguay como el oficialismo pretende publicitar, sino más bien está destinado a saciar el afán turístico de Lugo y su comitiva. Ya previamente el diputado Sebastián Acha se había manifestado hastiado por los “viajes improductivos” de Lugo en los cuales se gastan cifras de dinero que son siderales para los rangos paraguayos.
Basta conocer que Lugo llevó consigo a la mitad de su gabinete, y hasta personeros de entes binacionales lo acompañan.
Los industriales afirmaron que basan su pesimiso en que en templos budistas o en el Taj Mahal no hay negocios que hacer, no hay grandes reuniones de empresarios. No hay nada que esperar, enfatizaron sus portavoces.
Fernando Lugo se encuentra visitando una Expo Internacional en Yeosu, donde no participa ningún empresario paraguayo, y tanto los industriales como importadores afirmaron que no existe ninguna delegación paraguaya en el lugar.
Ya la cancillería de Bangkok enfatizó el carácter turístico de la gira de Lugo, desmintiendo que su visita a Tailandia se encuentra en ninguna agenda oficial de ese país, cuyo jefe de estado, por cierto, se encuentra en Australia.
Pero Fernando Lugo no sólo aprovecha su visita al continente amarillo para satisfacer su sed de viajero y turista incansable, también lo hace para mentir a la prensa internacional. Uno de sus primeros embustes fue intentar aparecer como un gran amigo de la revolución cubana, dando las gracias a Cuba, luego de haber llegado al gobierno con ayuda de James Cason, USAID y el National Endowment for Democracly.
Hace tiempo que Lugo se encuentra reprimiendo a grupos de izquierda radicales que se organizaron entre los campesinos paraguayos, y que reivindican las revoluciones que llegaron al poder por la vía armada como la de Cuba.
Lo peor del caso es que aunque muchos de los integrantes de esa guerrilla son sus viejos conocidos, amigos de familia y hasta discípulos de seminario, Lugo pretende negar que existan. En Paraguay no hay guerrilla, mintió en ese contexto a Jor Cherian, editor del portal Frontline.it.
Ya a principios de siglo veinte un político norteamericano afirmó que la primera víctima de una guerra es la verdad, a lo que el secretario de estado George Shultz agregó para justificar esa realidad oprobiosa que en tiempos de guerra, una verdad es tan preciosa que debe ser protegida por una guardia de mentiras. En el caso de Lugo, la mentira se potencia dado que consiste en negar la misma existencia de la guerra.