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El planteamiento de Ivanovic colapsó al cuadro blanco que cedió el factor campo

El Real Madrid se atasca ante Caja Laboral (71-81)

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FICHA TÉCNICA
71- Real Madrid: Llull (7), Suárez (6), Pocius (2), Velickovic (12) y Tomic (2) -quinteto titular- Reyes (xx), Singler (7), Carroll (8), Dani Díez (-), Begic (9), Jorge Sanz (-) y Sergio Rodríguez (10).
81 - Caja Laboral: Heurtel (0), San Emeterio (13), Teletovic (7), Nocioni (0) y Lampe (21)-quinteto inicial- Pau Ribas (2), Prigioni (6), Van Oostrum (-), Milko Bjelica (9), Oleson (8), Colbarro (-) y Nemanja Bjelica (14).
Parciales: 21-22, 23-19, 15-19, 12-21. Árbitros: Arteaga, Perea y Guirao.
Incidencias: Primer encuentro correspondiente a la serie de semifinales de los ‘play-off’ de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 7.467 espectadores.

La apertura de semifinales conllevó una clase magistral de Dusko Ivanovic. El entrenador balcánico, adorado por su carácter ganador y odiado por sus métodos, secó al Real Madrid. Sus tácticas ahogaron al cuadro de Laso. Éstos fueron incapaces de encontrar opciones a esa partida de ajedrez donde se vieron abocados a jugarse todo sin disponer de espacios en velocidad en sus transiciones, obligados siempre a jugar en estático. Después de un enorme esfuerzo para mantenerse en el encuentro, acabaron cediendo en los últimos instantes. Caja Laboral gana ahora el factor campo.

 

No siempre son esos jugadores talentosos quienes ejecutan al adversario. Más o menos como hizo Lampe. Los entrenadores, objeto de críticas, no anotan puntos, ni reparten asistencias, ni capturan rebotes, pero juegan. Ofrecen tácticas más o menos perversas hacia el enemigo. Éstas adquieren una mayor importancia cuando los encuentros son altamente equitativos en todas sus facetas. Entonces, esos planteamientos confeccionados desde el banquillo adquieren un protagonismo decisivo. Ivanovic secó al Real Madrid. Le ahogó tácticamente. Les obligó a jugar en estático, a verse con una buena defensa baskonista y entonces solventó todos los problemas de su equipo, muy feroz en ataque. El conjunto blanco se vuelve muy previsible cuando no tiene espacios y sufre hasta el punto de acabar cediendo el factor campo.

 

Todo se acabó decidiendo en los últimos seis minutos, cuando el Real Madrid acabó hincando su rodilla. Recibió un parcial de 0-9. Y se vieron 10 puntos abajo. Ya no había tiempo. Ni fuerzas. Ni un gramo de esperanza. Porque ni Laso ni los jugadores encontraron una alternativa a esos problemas antes de verse en el hoyo. Su única solución pasó por acciones individuales, penetraciones y tratar de enmendar sus porcentajes de tiro (horribles en el triple, con 2 aciertos de 16 intentos). No sólo perdió por esto el Real Madrid. Éstos necesitan un hombre fuerte en la zona: Tomic no estuvo, Begic y Reyes, cayeron con honor. Pero ninguno frenó a Lampe ni a Nemanja Bjelica, capaces de jugar dentro como fuera con una enorme tranquilidad.

 

Caja Laboral edificó su triunfo en estos aspectos, puesto que no fue el partido ni de San Emeterio ni de Teletovic. Eran sus puntales. No tuvieron su día, quizá porque también el Real Madrid se ocupó de cerrarles espacios. Como hizo Oleson con Carroll. A estos problemas se añadió que el Real Madrid echó en falta ese espíritu de Llull. Pero, ya se sabe, si no hay opciones de correr, todo es más complicado. El base tampoco estuvo tocado por sus dioses. Heurtel le amargó sus minutos en cancha y los árbitros le complicado la vida con faltas en contra. Por cierto, nuevamente, otro bochornoso recital de los árbitros. Irritaron a ambos.

 

Máxima igualdad

El comienzo estuvo caracterizado por la calma. Ataques pausados. Respetándose. Tratando de no caerse al precipicio antes de tiempo. Las muñecas estaban encogidas. Las defensas y errores gobernaban sobre ataque y efectividad. Porque después de 5 minutos de juego: 6-4. Y otros datos. Heurtel para frenar a Llull y Pocius para hacerlo lo mismo con San Emeterio. Ambos consiguieron el objetivo marcado. Los entrenadores sorprendieron en sus quinteros. El otro elemento era la defensa de Caja Laboral que evitó todo contraataque del Real Madrid. Sólo una canasta en velocidad de Llull. Las ventajas oscilaron entre los 3-4 puntos a favor del Real Madrid.

 

El segundo cuarto comenzó con un estirón de Caja Laboral, para situarse con un 23-27. El Real Madrid se despistó. Y empezó a sufrir debajo de los aros. Los hombres altos del Baskonia eran los que aportaban puntos en el cuadro de Vitoria. Teletovic se marchó al descanso con 2 puntos y San Emeterio con 5, pero sólo una canasta en juego. La reacción blanca no tardó en llegar, comenzado con Carroll (30-31). A partir de ahí vivió sus mejores momentos hasta situarse con un 37-33, aunque prontamente volveron los altibajos, que se reprodujeron durante el tercer cuarto, hasta que en los últimos minutos el Real Madrid no aguantó más. El Caja Laboral había madurado su victoria, con una buena defensa, frenando la velocidad blanca, dominando en los aros y dejando algo más que un aviso para este sábado, donde ambos volverán a verse en el Palacio de los Deportes.  

 

 

El Real Madrid se atasca ante Caja Laboral (71-81)

El planteamiento de Ivanovic colapsó al cuadro blanco que cedió el factor campo
Rafael Merino
jueves, 24 de mayo de 2012, 19:58 h (CET)
FICHA TÉCNICA
71- Real Madrid: Llull (7), Suárez (6), Pocius (2), Velickovic (12) y Tomic (2) -quinteto titular- Reyes (xx), Singler (7), Carroll (8), Dani Díez (-), Begic (9), Jorge Sanz (-) y Sergio Rodríguez (10).
81 - Caja Laboral: Heurtel (0), San Emeterio (13), Teletovic (7), Nocioni (0) y Lampe (21)-quinteto inicial- Pau Ribas (2), Prigioni (6), Van Oostrum (-), Milko Bjelica (9), Oleson (8), Colbarro (-) y Nemanja Bjelica (14).
Parciales: 21-22, 23-19, 15-19, 12-21. Árbitros: Arteaga, Perea y Guirao.
Incidencias: Primer encuentro correspondiente a la serie de semifinales de los ‘play-off’ de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 7.467 espectadores.

La apertura de semifinales conllevó una clase magistral de Dusko Ivanovic. El entrenador balcánico, adorado por su carácter ganador y odiado por sus métodos, secó al Real Madrid. Sus tácticas ahogaron al cuadro de Laso. Éstos fueron incapaces de encontrar opciones a esa partida de ajedrez donde se vieron abocados a jugarse todo sin disponer de espacios en velocidad en sus transiciones, obligados siempre a jugar en estático. Después de un enorme esfuerzo para mantenerse en el encuentro, acabaron cediendo en los últimos instantes. Caja Laboral gana ahora el factor campo.

 

No siempre son esos jugadores talentosos quienes ejecutan al adversario. Más o menos como hizo Lampe. Los entrenadores, objeto de críticas, no anotan puntos, ni reparten asistencias, ni capturan rebotes, pero juegan. Ofrecen tácticas más o menos perversas hacia el enemigo. Éstas adquieren una mayor importancia cuando los encuentros son altamente equitativos en todas sus facetas. Entonces, esos planteamientos confeccionados desde el banquillo adquieren un protagonismo decisivo. Ivanovic secó al Real Madrid. Le ahogó tácticamente. Les obligó a jugar en estático, a verse con una buena defensa baskonista y entonces solventó todos los problemas de su equipo, muy feroz en ataque. El conjunto blanco se vuelve muy previsible cuando no tiene espacios y sufre hasta el punto de acabar cediendo el factor campo.

 

Todo se acabó decidiendo en los últimos seis minutos, cuando el Real Madrid acabó hincando su rodilla. Recibió un parcial de 0-9. Y se vieron 10 puntos abajo. Ya no había tiempo. Ni fuerzas. Ni un gramo de esperanza. Porque ni Laso ni los jugadores encontraron una alternativa a esos problemas antes de verse en el hoyo. Su única solución pasó por acciones individuales, penetraciones y tratar de enmendar sus porcentajes de tiro (horribles en el triple, con 2 aciertos de 16 intentos). No sólo perdió por esto el Real Madrid. Éstos necesitan un hombre fuerte en la zona: Tomic no estuvo, Begic y Reyes, cayeron con honor. Pero ninguno frenó a Lampe ni a Nemanja Bjelica, capaces de jugar dentro como fuera con una enorme tranquilidad.

 

Caja Laboral edificó su triunfo en estos aspectos, puesto que no fue el partido ni de San Emeterio ni de Teletovic. Eran sus puntales. No tuvieron su día, quizá porque también el Real Madrid se ocupó de cerrarles espacios. Como hizo Oleson con Carroll. A estos problemas se añadió que el Real Madrid echó en falta ese espíritu de Llull. Pero, ya se sabe, si no hay opciones de correr, todo es más complicado. El base tampoco estuvo tocado por sus dioses. Heurtel le amargó sus minutos en cancha y los árbitros le complicado la vida con faltas en contra. Por cierto, nuevamente, otro bochornoso recital de los árbitros. Irritaron a ambos.

 

Máxima igualdad

El comienzo estuvo caracterizado por la calma. Ataques pausados. Respetándose. Tratando de no caerse al precipicio antes de tiempo. Las muñecas estaban encogidas. Las defensas y errores gobernaban sobre ataque y efectividad. Porque después de 5 minutos de juego: 6-4. Y otros datos. Heurtel para frenar a Llull y Pocius para hacerlo lo mismo con San Emeterio. Ambos consiguieron el objetivo marcado. Los entrenadores sorprendieron en sus quinteros. El otro elemento era la defensa de Caja Laboral que evitó todo contraataque del Real Madrid. Sólo una canasta en velocidad de Llull. Las ventajas oscilaron entre los 3-4 puntos a favor del Real Madrid.

 

El segundo cuarto comenzó con un estirón de Caja Laboral, para situarse con un 23-27. El Real Madrid se despistó. Y empezó a sufrir debajo de los aros. Los hombres altos del Baskonia eran los que aportaban puntos en el cuadro de Vitoria. Teletovic se marchó al descanso con 2 puntos y San Emeterio con 5, pero sólo una canasta en juego. La reacción blanca no tardó en llegar, comenzado con Carroll (30-31). A partir de ahí vivió sus mejores momentos hasta situarse con un 37-33, aunque prontamente volveron los altibajos, que se reprodujeron durante el tercer cuarto, hasta que en los últimos minutos el Real Madrid no aguantó más. El Caja Laboral había madurado su victoria, con una buena defensa, frenando la velocidad blanca, dominando en los aros y dejando algo más que un aviso para este sábado, donde ambos volverán a verse en el Palacio de los Deportes.  

 

 

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