Los vestidos para esta primavera hacen gala de risueños colores pastel, de alborozados estampados mil flores o de efectos espejo y motivos hawaianos pero ninguno deja ver más muslo de la cuenta
Como todo en este universo, las modas y tendencias sufren ciclos, van y vienen. Si bien unos atribuyen este efecto a los designios de personas poderosas que imponen sus decisiones moviendo los hilos de la sociedad, otros simplemente creen que detrás de esta rueda cíclica no hay nada más que casualidad. De cualquier manera, hay un patrón que parece darse siempre y que cruza tendencias con otra ciencia cíclica: la economía. Parece que en periodos de recesión, la moda se vuelve más sobria, más lineal, menos sensual o voluptuosa. Y el largo de las faldas tiende a quedarse en la rodilla, bajar hasta la pantorrilla o, directamente, dejarse caer hasta los tobillos para no dejar nada a la vista.
Crisis como la que nos azota en estos momentos no se conocía; y parece que la “regla” del largo de las faldas ha afectado a los vestidos y las faldas que se ha impuesto esta temporada. Solo hay que echar un vistazo a los vestidos primaverales que proponen páginas como Tiendaropa. Ni un centímetro de muslamen se les puede ver a las modelos.
Vestidos y faldas tubo dejan ver nuestras rodillas; pero eso es todo. Aquellos vestidos que enseñan los principios de los muslos son de corte asimétrico, por lo que nuestra retaguardia está bien tapada. Otra de las tendencias en vestidos y faldas este año y que prevé extenderse para el próximo otoño invierno son las faldas maxi largas, bien sean de tablas o de tejidos vaporosos. Eso sí, pese a cubrirnos hasta los pies, las trasparencias podrán aportarnos ese toque de picardía que la dichosa crisis nos ha arrebatado.
Los vestidos para esta primavera hacen gala de risueños colores pastel, de alborozados estampados mil flores o de efectos espejo y motivos hawaianos pero ninguno deja ver más muslo de la cuenta
Como todo en este universo, las modas y tendencias sufren ciclos, van y vienen. Si bien unos atribuyen este efecto a los designios de personas poderosas que imponen sus decisiones moviendo los hilos de la sociedad, otros simplemente creen que detrás de esta rueda cíclica no hay nada más que casualidad. De cualquier manera, hay un patrón que parece darse siempre y que cruza tendencias con otra ciencia cíclica: la economía. Parece que en periodos de recesión, la moda se vuelve más sobria, más lineal, menos sensual o voluptuosa. Y el largo de las faldas tiende a quedarse en la rodilla, bajar hasta la pantorrilla o, directamente, dejarse caer hasta los tobillos para no dejar nada a la vista.
Crisis como la que nos azota en estos momentos no se conocía; y parece que la “regla” del largo de las faldas ha afectado a los vestidos y las faldas que se ha impuesto esta temporada. Solo hay que echar un vistazo a los vestidos primaverales que proponen páginas como Tiendaropa. Ni un centímetro de muslamen se les puede ver a las modelos.
Vestidos y faldas tubo dejan ver nuestras rodillas; pero eso es todo. Aquellos vestidos que enseñan los principios de los muslos son de corte asimétrico, por lo que nuestra retaguardia está bien tapada. Otra de las tendencias en vestidos y faldas este año y que prevé extenderse para el próximo otoño invierno son las faldas maxi largas, bien sean de tablas o de tejidos vaporosos. Eso sí, pese a cubrirnos hasta los pies, las trasparencias podrán aportarnos ese toque de picardía que la dichosa crisis nos ha arrebatado.
Si hay una estación que sea sinónimo de renovación y color, esa es, sin duda, la primavera. Como puerta de entrada a la época más esperada, el verano, la primavera irradia luz y alegría. ¿Cómo trasladar ese espíritu a la decoración del hogar? A través de los colores de la temporada.
El Mediterráneo siempre ha sido una fuente de inspiración para diseñadores de interiores y arquitectos, gracias a su combinación única de colores vibrantes, luz natural abundante y materiales autóctonos que reflejan la belleza y la tranquilidad del entorno. En Valencia, una ciudad que abraza el mar, las tendencias de interiorismo están evolucionando para ofrecer espacios que no solo son estéticamente agradables, sino también funcionales y relajantes.
El mes de abril es uno de los favoritos para casarse, y para la novia, la madrina y las invitadas, una de las máximas preocupaciones para ese día son el vestido, el peinado que llevarán o la manicura. Especialistas nos dan las mejores opciones si tenemos dudas, por ejemplo, entre un moño ‘top knot’ y una trenza, o entre una manicura francesa nude y otra en tonos coral, rosa o lavanda.