Eran los favoritos y los pronósticos se cumplieron. El AMPO Ordizia hizo caso omiso del número de títulos de su rival y en unos minutos finales de auténtico infarto logró su primer título en su debut en una final de Copa del Rey. Un drop a falta de tres minutos de Kroll rompía un empate que parecía llevaría a la prórroga a un choque marcado por la tensión, la emoción, pero sobre todo por el espectáculo. Un encuentro que además pasará a la historia por el récord de aficionados de uno y otro equipo que se dieron cita en el nuevo estadio de La Balastera de Palencia.

El Salvador comenzó como un auténtico ‘cohete’ y su delantera hacía añicos la inexperimentada defensa vasca. El empuje de la primera línea chamiza hacía creer en la victoria, y nada más comenzar ya disponían de un golpe de castigo que el canterano Pedro Rodríguez no era capaz de pasar. El dominio colegial daba sus frutos en el minuto 7 cuando una larga jugada de ataque del Cetransa por detrás de la línea de 22 concluía con el primer ensayo del partido. Jorge Molina posaba el oval detrás de la línea de ensayo colocando el 0-5 en el marcador del coliseo palentino y, ahora sí, Pedro Rodríguez conseguía la transformación para establecer el 0-7.

El AMPO Ordizia no tardó en reaccionar. A los 12 minutos de juego, un contragolpe parado en falta por la defensa de El Salvador  era sancionado con un golpe de castigo que pasaba, el que a la postre se convertiría en héroe del encuentro, el australiano Danny Kroll. 3 primeros puntos para el conjunto ordiciarra que hicieron que el Cetransa volviese a la carga.  Y vaya si lo hicieron. Sólo 5 minutos después una melé, aparentemente sin peligro en el medio del campo, acababa con una cabalgada de McDougall rematada con un nuevo ensayo. Otra vez, Pedro transformaba para colocar el 3-14 favorable al cuadro colegial.

Con el marcador muy favorable, El Salvador demostraba estar cómodo sobre el césped de Palencia, mientras que los vascos acusaban su falta de experiencia. Todo ello propició una nueva jugada de ataque del Cetransa. La velocidad del tercera Jorge Molina quedaba de nuevo patente con su segundo ensayo, esta vez a placer, para poner más tierra de por medio. El joven ala Pedro Rodríguez volvía a transformar con la tranquilidad que le caracteriza.

Sin embargo, pese al dominio, el Cetransa desapareció del partido, y el subcampeón de la liga regular, el AMPO Ordizia supo aprovecharlo. Poco después del último ensayo chamizo, Goia posaba la pelota tras la línea de ensayo colegial tras una larga combinación de todo el conjunto vasco, aunque Kroll fallaba su lanzamiento a palos desde una posición bastante escorada. Al descanso, 8-21 y con posibilidades para los dos, aunque con ventaja clara de los vallisoletanos.

El paso por vestuarios supuso ‘un antes y un después’. Al minuto, el guión del encuentro dio un giro radical, y Freeman conseguía el segundo ensayo para el Ordizia. Ahora sí, Kroll no fallaba en la transformación. La ‘rabieta’ de El Salvador tuvo su recompensa. El empuje de su primera línea hacía retroceder al AMPO y su defensa debía de cometer una nueva infracción para frenar el ímpetu castellano. El golpe de castigo lo pasaba Pedro para colocar el 15-24 en el electrónico del coqueto estadio de La Balastera. En ese momento, el Cetransa, que acusaba enormemente el cansancio, se despidió de manera definitiva del choque.

La delantera guipuzcoana avanzaba metros a placer, y la defensa chamiza sufría de lo lindo. Poco a poco, el Ordizia se hacía dueño y señor del partido, y el ensayo para los vascos era cuestión de tiempo. Freeman quitaba protagonismo a su homólogo chamizo Jorge Molina y se anotaba su segundo ensayo del partido. El apertura australiano Danny Kroll, fallaba por tercera vez la transformación, aunque sería la última.

Nueve minutos después la historia no se modificaba. AMPO Ordizia dominaba el juego, ganaba metros en cada melé, y lo más importante, no cometía ningún error. Una serie de circunstancias que hacía que el respetable, mayoritariamente vallisoletano, se temiese lo peor. Y así fue. En el minuto 65 el pilier Lolotonga ensayaba y Kroll sumaba dos nuevos puntos al transformar el golpe posterior. Los vascos, lo habían conseguido. Habían dado la vuelta al marcador. Parecía complicado al principio, pero la regularidad guipuzcoana obtuvo beneficio. El resultado era de 27-24 y aún faltaban 15 minutos.

Un cuarto de hora que se hizo corto. La tensión, la velocidad y alguno que otro enfrentamiento tiñó el choque de verdadero espectáculo. Y eso que aún faltaba lo mejor. El ‘Chami’ se venía arriba, y ahora eran los vascos los que tenían que defender. Después de varias oleadas de ataques castellanos con resultados positivos, el AMPO Ordizia fallaba en el momento cubre. Cuando ya no podían conceder más terreno. Golpe de castigo que Pedro Rodríguez no erraba. Era el empate a 27.

Faltaban tres minutos para el final, y con los dos conjuntos sumamente cansados, el público de La Balastera hacía previsiones de prórroga. Visión errónea. Porque en un visto y no visto, el oval llegaba a manos de Danny Kroll. El australiano había mantenido una línea muy irregular en sus ‘pateos’ pero esta vez no falló. Sin pensárselo dos veces, el apertura pisó la línea de 22 y soltó un zapatazo que se colaba entre los dos palos colegiales. Un drop válido que daba la victoria a los guipuzcoanos, que prácticamente no dejaron que se jugase más. No había tiempo material para un último ataque del Cetransa, y por eso, no se produjo.

El triunfo viajaba hasta Ordizia. Una pequeña localidad que ya es parte de la historia del rugby. Un deporte que, una vez más, demostraba los mejores valores de unos jugadores que supieron sufrir para llevarse la recompensa. Pero no sólo los ganadores. Todos los protagonistas se merecieron una mención especial por un partido difícil de olvidar. Un encuentro de eso que quedará en la retina de todos los aficionados.