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Los Insurgentes han peleado en Kabul hasta bien entrada la madrugada, en uno de los mejores golpes contra el Gobierno Afgano organizados hasta la fecha

18 horas de combates en Kabul

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ataques, guerra, kabul, parlamento
La policía afgana en la entrada del Parlamento / Foto: Amador Guallar



Una noche larga tras un día agotador. Kabul ha despertado en paz pero consternada y sorprendida por un nuevo golpe de mano Talibán. Los Insurgentes que atacaron la capital ayer han luchado hasta más allá de las tres de la mañana, agotando munición y granadas hasta ser abatidos por las Fuerzas de Seguridad Afganas.

Un ataque que el portavoz Talibán Zabihullah Mujahid calificó de “todo un éxito” y en respuesta “a la quema de los  Coranes el pasado marzo, el asesinato de 17 civiles por un soldado de la OTAN y las imágenes de soldados norteamericanos orinando sobre los cuerpos sin vida de varios Insurgentes”, según declaró a Reuters.

El ataque ha sido certero y organizado al milímetro no sólo en Kabul sino también en varias provincias al mismo tiempo –el aeropuerto de Jalalabad sufrió varios ataques, y diversos incidentes en Logar, Gardez y Patkya– demostrando  una vez más que el grupo armado extremista islámico sigue siendo capaz de organizar ataques complejos y en el corazón mismo del Gobierno Afgano, así como en frente de las narices de las fortalezas armadas donde viven en relativa seguridad los miembros de embajadas, bases militares de la OTAN y bases de Organizaciones Internacionales como la ONU.

Según el Ministerio de Interior el total de víctimas ha sido mucho menor que en el de los ataques del mismo estilo el pasado septiembre. Hasta el momento el balance oficial es de 8 policías afganos muertos y varios heridos, entre los que se encuentran diversos civiles. Por su parte, los Insurgentes han perdido a 32 guerrilleros, aunque este número todavía no ha sido confirmado.

El Parlamento bajo las granadas

La sede del símbolo máximo de la emergente democracia afgana, el Parlamento situado en la avenida de Darulaman, fue uno de los objetivos elegidos por los Talibán, que tras lograr ascender a un edificio en construcción situado a pocos metros dispararon contra el área donde también se encuentran diversos Ministerios, así como el senado, la embajada Rusa y diversas sedes de Organizaciones Internacionales como Médicos del Mundo o American University.

Diversas granadas impactaron en el edificio y uno de los parlamentarios, Naim Hamidzai Lalai, declaró haber disparado “más de 500 veces” contra el edificio donde los atacantes se parapetaban. Una brabuconada muy a la afgana que el político en cuestión ha justificado diciendo que “representa a su pueblo y por ello tiene que defenderlo”.

Una táctica casi idéntica ha sido empleada por los atacantes que se han hecho con el control de otro edificio en construcción en el céntrico enclave entre los barrios de Wair Arkbakhan y Share-Naw. En un primer momento TOLO NEWS informó de que habían atacado el Hotel Kabul Star, pero unidades del Equipo de Respuesta Inmediata del Ejército Afgano desmintieron dicha información. Los atacantes se habían parapetado en otro edificio en construcción.

Desde esa posición, a escasos doscientos metros de la entrada al Palacio Presidencial donde reside el presidente afgano, el Cuartel General de la OTAN en Kabul, y diversas embajadas, especialmente la norteamericana e inglesa, los Insurgentes combatieron durante al menos siete horas utilizando AK-47 y granadas propulsadas. Al menos una de éstas impactó en la embajada alemana, sin producir ninguna víctima.

El Comandante en Jefe de la OTAN, el General John Allen, se mostró ayer “muy orgulloso de las fuerzas afganas por su rápida y efectiva intervención”, a pesar de que una vez más la policía y ejército nacionales han necesitado la asistencia de la OTAN para acabar con los Insurgentes.

De hecho, la Fuerza Internacional ha tenido que recurrir a diversos ataques aéreos durante la madrugada para doblegar a los más que tenaces Insurgentes, los cuales parecen haber encontrado una formula perfecta para aterrorizar la capital afgana. Buscar un lugar elevado cerca de objetivos Internacionales y del Gobierno Afgano y desde allí luchar hasta que la munición se acabe, entonces esperar el momento adecuado y hacerse detonar.

Un tipo de fanatismo que posibilita que individuo en solitario tenga en jaque a toda la ciudad mientras disponga de munición. De hecho, uno de los atacantes contra el Parlamento consiguió luchar más de 15 horas sin asistencia.

Los ataques de ayer en Kabul y varias provincias son sólo el principio de una campaña que acaba de empezar, y en la que los Talibán prometen sangre y terror. Diversos analistas militares han sugerido que éste ataque sólo es la punta de lanza de una ofensiva que se centrará en objetivos Internacionales y en las sedes del Gobierno Afgano tanto en Kabul como en las provincias.

Por Amador Guallar, corresponsal en Kabul


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18 horas de combates en Kabul

Los Insurgentes han peleado en Kabul hasta bien entrada la madrugada, en uno de los mejores golpes contra el Gobierno Afgano organizados hasta la fecha
Amador Guallar
lunes, 16 de abril de 2012, 07:47 h (CET)

ataques, guerra, kabul, parlamento
La policía afgana en la entrada del Parlamento / Foto: Amador Guallar



Una noche larga tras un día agotador. Kabul ha despertado en paz pero consternada y sorprendida por un nuevo golpe de mano Talibán. Los Insurgentes que atacaron la capital ayer han luchado hasta más allá de las tres de la mañana, agotando munición y granadas hasta ser abatidos por las Fuerzas de Seguridad Afganas.

Un ataque que el portavoz Talibán Zabihullah Mujahid calificó de “todo un éxito” y en respuesta “a la quema de los  Coranes el pasado marzo, el asesinato de 17 civiles por un soldado de la OTAN y las imágenes de soldados norteamericanos orinando sobre los cuerpos sin vida de varios Insurgentes”, según declaró a Reuters.

El ataque ha sido certero y organizado al milímetro no sólo en Kabul sino también en varias provincias al mismo tiempo –el aeropuerto de Jalalabad sufrió varios ataques, y diversos incidentes en Logar, Gardez y Patkya– demostrando  una vez más que el grupo armado extremista islámico sigue siendo capaz de organizar ataques complejos y en el corazón mismo del Gobierno Afgano, así como en frente de las narices de las fortalezas armadas donde viven en relativa seguridad los miembros de embajadas, bases militares de la OTAN y bases de Organizaciones Internacionales como la ONU.

Según el Ministerio de Interior el total de víctimas ha sido mucho menor que en el de los ataques del mismo estilo el pasado septiembre. Hasta el momento el balance oficial es de 8 policías afganos muertos y varios heridos, entre los que se encuentran diversos civiles. Por su parte, los Insurgentes han perdido a 32 guerrilleros, aunque este número todavía no ha sido confirmado.

El Parlamento bajo las granadas

La sede del símbolo máximo de la emergente democracia afgana, el Parlamento situado en la avenida de Darulaman, fue uno de los objetivos elegidos por los Talibán, que tras lograr ascender a un edificio en construcción situado a pocos metros dispararon contra el área donde también se encuentran diversos Ministerios, así como el senado, la embajada Rusa y diversas sedes de Organizaciones Internacionales como Médicos del Mundo o American University.

Diversas granadas impactaron en el edificio y uno de los parlamentarios, Naim Hamidzai Lalai, declaró haber disparado “más de 500 veces” contra el edificio donde los atacantes se parapetaban. Una brabuconada muy a la afgana que el político en cuestión ha justificado diciendo que “representa a su pueblo y por ello tiene que defenderlo”.

Una táctica casi idéntica ha sido empleada por los atacantes que se han hecho con el control de otro edificio en construcción en el céntrico enclave entre los barrios de Wair Arkbakhan y Share-Naw. En un primer momento TOLO NEWS informó de que habían atacado el Hotel Kabul Star, pero unidades del Equipo de Respuesta Inmediata del Ejército Afgano desmintieron dicha información. Los atacantes se habían parapetado en otro edificio en construcción.

Desde esa posición, a escasos doscientos metros de la entrada al Palacio Presidencial donde reside el presidente afgano, el Cuartel General de la OTAN en Kabul, y diversas embajadas, especialmente la norteamericana e inglesa, los Insurgentes combatieron durante al menos siete horas utilizando AK-47 y granadas propulsadas. Al menos una de éstas impactó en la embajada alemana, sin producir ninguna víctima.

El Comandante en Jefe de la OTAN, el General John Allen, se mostró ayer “muy orgulloso de las fuerzas afganas por su rápida y efectiva intervención”, a pesar de que una vez más la policía y ejército nacionales han necesitado la asistencia de la OTAN para acabar con los Insurgentes.

De hecho, la Fuerza Internacional ha tenido que recurrir a diversos ataques aéreos durante la madrugada para doblegar a los más que tenaces Insurgentes, los cuales parecen haber encontrado una formula perfecta para aterrorizar la capital afgana. Buscar un lugar elevado cerca de objetivos Internacionales y del Gobierno Afgano y desde allí luchar hasta que la munición se acabe, entonces esperar el momento adecuado y hacerse detonar.

Un tipo de fanatismo que posibilita que individuo en solitario tenga en jaque a toda la ciudad mientras disponga de munición. De hecho, uno de los atacantes contra el Parlamento consiguió luchar más de 15 horas sin asistencia.

Los ataques de ayer en Kabul y varias provincias son sólo el principio de una campaña que acaba de empezar, y en la que los Talibán prometen sangre y terror. Diversos analistas militares han sugerido que éste ataque sólo es la punta de lanza de una ofensiva que se centrará en objetivos Internacionales y en las sedes del Gobierno Afgano tanto en Kabul como en las provincias.

Por Amador Guallar, corresponsal en Kabul


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