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La banca pide ayudas al Estado pese a los recortes en Educación y Sanidad

El Banco de Valencia se vende en el rastro

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No negaré que tengo cierto pesar cuando veo como en el último año la Comunidad Valenciana ha perdido una a una sus entidades propias, como la CAM, Bancaja y ahora el Banco de Valencia. Peor me pongo del estómago, cuando además veo que han sido pasto de directores mediocres, un gobierno autonómico y municipal cómplice que no exige responsabilidades para aquellos que jugaron y despilfarraron el dinero de los ciudadanos a los que representan. Será seguramente, porque tanto los directores de las tres entidades como la señora Rita Barberá, el ex presidente Camps y el actual presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, tendrán favores que obligan al silencio.

Más rabia me produjeron las declaraciones de la alcaldesa de Valencia, pidiendo a los empresarios de la Comunidad que saliesen al rescate de la entidad. Que fácil es dar consejos con el dinero de otro, le diría yo a la señora Rita Barberá.

Esta semana, para colmo del circo montado alrededor de las entidades financieras rescatadas, y como guinda del pastel agridulce, el presidente del BMN, Carlos Egea, quien confirmó que su entidad ha recibido ya el cuaderno de ventas y es uno de los principales candidatos a quedarse con el banco valenciano, destacó que el sector financiero descartará comprar el Banco de Valencia y otras entidades en crisis sin ayudas públicas.

La frase de las ayudas públicas me mueve la hiel y despierta mis instintos más primarios. Con el panorama negro de la ciudadanía sin trabajo, la casa en manos de los bancos por no poder hacer frente a los pagos de la hipoteca, los padres haciendo cola en los comedores sociales… van y salen los verdugos bancarios a pedir ayudas para seguir engrosando la lista de beneficios a costa del bolsillo de los contribuyentes, la subida de impuestos y los recortes en educación y sanidad. Esto en mi tierra se dice: ser puta y pagar la cama.

Lo peor de todo es que no lo piden con la boca pequeña, sino con toda la desvergüenza, como si los ciudadanos recibiésemos ayudas a fondo perdido cuando adquirimos una vivienda. La cuestión es sencilla, sino tienes dinero, te retiras y adiós.

Desconozco la decisión que tomará el Gobierno al respecto, pero entre tanto recorte me parecería una irresponsabilidad y una falta de consideración hacia los españoles que dieron el voto al Partido Popular, si tras pedir esfuerzos a los ciudadanos, se echase la manta de las ayudas económicas a los bancos que quieran optar por la compra del Banco de Valencia.

El Banco de Valencia se vende en el rastro

La banca pide ayudas al Estado pese a los recortes en Educación y Sanidad
Jose Pérez Suria
viernes, 13 de abril de 2012, 07:19 h (CET)
No negaré que tengo cierto pesar cuando veo como en el último año la Comunidad Valenciana ha perdido una a una sus entidades propias, como la CAM, Bancaja y ahora el Banco de Valencia. Peor me pongo del estómago, cuando además veo que han sido pasto de directores mediocres, un gobierno autonómico y municipal cómplice que no exige responsabilidades para aquellos que jugaron y despilfarraron el dinero de los ciudadanos a los que representan. Será seguramente, porque tanto los directores de las tres entidades como la señora Rita Barberá, el ex presidente Camps y el actual presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, tendrán favores que obligan al silencio.

Más rabia me produjeron las declaraciones de la alcaldesa de Valencia, pidiendo a los empresarios de la Comunidad que saliesen al rescate de la entidad. Que fácil es dar consejos con el dinero de otro, le diría yo a la señora Rita Barberá.

Esta semana, para colmo del circo montado alrededor de las entidades financieras rescatadas, y como guinda del pastel agridulce, el presidente del BMN, Carlos Egea, quien confirmó que su entidad ha recibido ya el cuaderno de ventas y es uno de los principales candidatos a quedarse con el banco valenciano, destacó que el sector financiero descartará comprar el Banco de Valencia y otras entidades en crisis sin ayudas públicas.

La frase de las ayudas públicas me mueve la hiel y despierta mis instintos más primarios. Con el panorama negro de la ciudadanía sin trabajo, la casa en manos de los bancos por no poder hacer frente a los pagos de la hipoteca, los padres haciendo cola en los comedores sociales… van y salen los verdugos bancarios a pedir ayudas para seguir engrosando la lista de beneficios a costa del bolsillo de los contribuyentes, la subida de impuestos y los recortes en educación y sanidad. Esto en mi tierra se dice: ser puta y pagar la cama.

Lo peor de todo es que no lo piden con la boca pequeña, sino con toda la desvergüenza, como si los ciudadanos recibiésemos ayudas a fondo perdido cuando adquirimos una vivienda. La cuestión es sencilla, sino tienes dinero, te retiras y adiós.

Desconozco la decisión que tomará el Gobierno al respecto, pero entre tanto recorte me parecería una irresponsabilidad y una falta de consideración hacia los españoles que dieron el voto al Partido Popular, si tras pedir esfuerzos a los ciudadanos, se echase la manta de las ayudas económicas a los bancos que quieran optar por la compra del Banco de Valencia.

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