Pocas veces en la historia paraguaya una corriente política oficialista, si puede llamarse así a los seguidores del cura papá Fernando Lugo, se debatió en una falta de liderazgo tan grande como la que se vive hoy. Ello queda de manifiesto ante la disyuntiva de las ONG financiadas por USAID que se aglutinan en el autodenominado “Frente Guazú” con el falso rótulo de izquierda. A estos conocidos malversadores de donaciones y referentes de organismos de penetración imperialista, desesperados ante la orfandad popular, no se les ocurrió mejor idea que presentar como principales referentes a un violador y a un disc jockey.

El violador

Uno de los “fuertes liderazgos” que defiende a capa y espada el Frente Guazú lo constituye el que ejerce el capanga de carperos Victoriano López, prófugo de la justicia tras haber violado a una menor de edad que convivía con él en la promiscuidad de las carpas de Ñacunday, una secta prebendaría financiada por el gobierno del cura papá al estilo de la que lideraban Jim Jones y Charles Manson.

A pesar de los histriónicos operativos del ministro Carlos Filizzola, heredero de enormes extensiones de tierras malhabidas adjudicadas por la dictadura de Stroessner a su padre, el prófugo violador y líder luguista sigue burlándose de las autoridades e instituciones, al punto que la población se pregunta cómo un gobierno incapaz de capturar a un simple depravado sexual podría combatir a una despiadada guerrilla marxista como el EPP.

Para empeorar las cosas, el carpero al cual la prensa adicta al gobierno arzobispal intenta de todas las maneras blanquear, ha declarado a los medios que piensa solicitar asilo político a Nicaragua, en evidente alusión a las acusaciones que hace la oposición al sandinismo a Daniel Ortega por motivos políticos. No contento con haberse prestado a la campaña anti-sandinista financiada por el National Endowment for Democracy a través de su ministra Gloria Rubin, ahora el luguismo intenta volver a ensuciar a la izquierda latinoamericana relacionando al sandinismo con el carpero violador Victoriano López.

Buscar el favor de la prensa mediática relacionada al departamento de estado norteamericano en detrimento de los presidentes progresistas de Latinoamérica ha sido una constante en el sinuoso comportamiento luguista. Así lo hizo Lugo cuando reprendió por llegada tardía a una cumbre a Cristina Fernández, buscando el favor de la prensa hegemónica de Buenos Aires enfrentada al kirchnerismo. Lo mismo intentó hacer cuando luego de una tragedia ferroviaria en el barrio Once de Buenos Aires, simuló querer solidarizarse con la presidenta argentina viajando hasta Calafate, para magnificar el incidente que la oposición instrumentaba políticamente contra el gobierno de Cristina.

En incontables oportunidades hizo lo mismo desairando a Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega y varios otros presidentes latinoamericanos.

El Disc Jockey

Otro disparate del luguismo fue lanzar la candidatura del disc Jockey Mario Ferreiro a la presidencia de la república, en un dislate que disparó burlas en las redes sociales.

Ferreiro es conocido por su adhesión incondicional a las patronales de los medios de comunicación paraguayos, es decir, a incultos y reaccionarios empresarios enriquecidos con la dictadura anticomunista de Alfredo Stroessner, postura que lo llevó a contrariar en incontables oportunidades reivindicaciones de sus colegas y compañeros de trabajo, entre ellos Andrés Caballero, Daniela Candia, José Troche, Manuel Cuenca, etc. Otras versiones también se refieren a él como uno de los célebres “padres sustituto” del luguismo.

Muchos recordaron a Ferreiro como un locutor que frecuentaba la farándula ya en tiempos de la dictadura de Stroessner, cuando animaba fiestas y conducía programas de radio y TV sin ser molestado por el régimen militar que muy por el contrario, le cedía espacios con beneplácito. Otra faceta de Ferreiro es que a pesar de haber pasado aquella época rodeado siempre de bellas damas y de fiesta en fiesta, regada siempre por sexo, drogas y rockandroll, hoy acostumbra victimizarse ridículamente y hablar de “aquellos años terribles de la dictadura”.

Hoy busca incursionar en la fiesta política más grande, la que pretenden volver a jugar las ONG que la embajada norteamericana usa como mampara para financiar a través de USAID movimientos políticos como Pmas y Tekojoja, y que son presentadas como la “izquierda”, con la complicidad de medios subsidiados por el National Endowment for Democracy.

Ya advertía el fallecido escritor paraguayo Helio Vera, si algún sentido le falta al paraguayo, es el sentido del ridículo. El gobierno del cura papá Fernando Lugo y sus escuálidos seguidores que se debaten entre un violador y un disc jockey, llegó para confirmarlo.