Juliette, una joven muchacha de 14 años tenía un sueño adolescente que, por edad y circunstancias, no podía alcanzar, acudió al taller del diseñador Joaquín Pérez Valette y le explicó que aunque le pareciera algo imposible, lo que ella quería, a su temprana edad, era vivir una fiesta, una gran fiesta, una fiesta con todos los condimentos del buen gusto y la elegancia.

Juliette, que en realidad se llama María, sabía por su madre, muy relacionada con el mundo de la moda, que Joaquín es un hombre que a lo largo de su vida en su atelier y en su showroom modernista situados en el número 484 de la Diagonal de Barcelona, entre las vetustas calles de la Vía Augusta y Balmes, había creado grandes diseños para señoras maravillosas a las que les gusta vestir bien y a su manera, ajenas al protocolo de lo que se lleva, con un estilo personal.

El sueño de Juliette

Juliette, María, conocía por su madre que Joaquín se preocupa de que todos los modelos que crea, cose, escoge y dibuja, sean apropiados para la forma de ser, para la forma de pensar y para la personalidad de cada una de sus amigas clientas. Juliette, María, desde su infancia ha conocido en casa que la esencia del bien vestir no reside sólo en una tela preciosa y cara, sabe, por ejemplo, que cada modelo tiene que ser adecuado al momento y que cada historia tiene su vestido y nunca, necesariamente, tienen que ser carísimos e inapropiados.

Por esa razón y no por otra Juliette le pidió a Joaquín, cual Rey Mago capaz de convertir lo imposible en posible, una fiesta en la que ella fuera el alma y que alrededor de su mundo pudiera vivir un día especial, único e imposible.

Afrontar la vida como viene

Joaquín es un gran soñador, es un creador que no es ajeno a los días que vivimos, en su propia piel repite a cada momento la realidad de lo que pasa en su taller y a su alrededor, pero precisamente por ello se propuso convertir el sueño de Juliette en realidad, nada de malas caras, nada de pesimismos, nada de depresiones, afrontemos la vida con lo que hay y luchemos.

Pensó que para organizar esta fiesta no era suficiente estar solo en su inmenso y maravilloso taller en el que desde la terraza entra con toda intensidad la luz natural. Joaquín trabaja de sol a sol y mas si es necesario, no le importa dejar su tiempo en medio de telas únicas, de modelos impresionantes e idear nuevas creaciones en cada momento, pero para este evento creyó oportuno solicitar la colaboración de profesionales de otros ramos con el fin de conseguir una sinergia que aunara los esfuerzos de todos y así conseguir que el sueño de la adolescente Juliette se convirtiera en toda una realidad.

Equipo de trabajo

Habló con Sergi Arola, con Ruth, con los del Hotel Arts, con Cristina Serra, Fernando Boné y Virginia Senillosa de Acanto, con Oscar Villanova de Soundworks, con Mercedes Ribas de Crimons y consiguió que todos ellos le dieran el si y todo su apoyo en la preparación de un evento del que se hablará durante un tiempo en Barcelona. Conjuntamente decidieron poner al mal tiempo buena cara, como se suele decir, y desterrar del vocabulario la palabra crisis.

Con las ideas muy claras dispusieron que el taller de Joaquín se convirtiera en una fiesta non stop desde las 10 de las mañana hasta las 21 horas, once horas de buenas vibraciones.

Un jardín como en la Toscana

Todos convinieron en que el taller de Joaquín desapareciera en esa día para convertirlo en un bosque romántico de la Toscana, ¿desaparecieron los vestidos de la colección de Joaquín?, si, ¿los muebles, las fotografías, los cuadros, los piezas de decoración?, todo lo habitual quedo oculto a nuestros ojos, el taller desapareció para convertirse en un piso vacio en el que crear por un día un paisaje nuevo.

Algo mágico

Los de Acanto llenaron el suelo de hojas secas mientras poblaban el local de árboles con flores incipientes, desde la portería del número 484 hasta la terraza del showroom todo quedó convertido en un lugar mágico, jamás imaginado, como si alguien rodara una película, en la portería unas jóvenes te recibían con una amplia sonrisa, una larga mesa siciliana ataviada con manteles de hilo con rosas frescas y candelabros indicaba a los invitados que la fiesta empezaba nada más atravesar la puerta de la calle, en el ascensor una serie de pequeñas perchas decoradas pachworck servían de decoración del mismo, y en la entrada del atelier mullidas alfombras te dejaban andar como si estuvieses en el maravilloso país de Alicia, las alfombras cubrían el suelo hasta llegar a la terraza donde se había montado una lujosa carpa y al amparo de la misma era posible descansar sobre sillones y sofás algunos en piel y en tonos neutros, todo por gentileza de Crimons que igual que te amueblan una fiesta de cumpleaños te crean un ambiente único para una fiesta tan especial como la celebrada.

Pelo ensortijado con guirnaldas de flores

En la sala principal se agolpaban los invitados y en un espacio maravillosamente creado para ella encontrábamos a Juliette, pelo ensortijado, vestido espectacular, firmado por Joaquín Pérez Valette creado para ella para ese su día, en la cabeza una guirnalda de flores quizá a semejanza del bustier que también era confeccionado con flores una a una de distintos colores, una falda de color verde manzana con mucho volumen y una falda encima de blonda en donde había bordados destellos en plata, un vestido para soñar, único para una muchacha que hablaba poco al ver cómo transcurría el día a su alrededor, en algún momento cubrió sus hombros con una bolero blanco de piel de visón.

Sergi Arola y su equipo

El equipo de Sergi Arola estuvo desde la hora del croissant hasta el momento de las copas en que Paco, el coctelero italiano, nos dio a probar su elixir, un coctel picante, para entonarnos y poder bailar con la música del disc-jockey que impecable amenizo durante todo el día el evento para al final de la noche hacer bailar a los invitados pinchando los más conocidos éxitos de los años 60 y 70.

En el espacio donde continuamente se servía la especial fideuá preparada por el equipo de Sergi Arola la animación era continua, recién hecha hizo las delicias de los invitados así como los diversos quesos y canapés que estaban al alcance de la mano de los asistentes. Todo un éxito el catering de Arola que llegó a la hora del baile pues acaba de abrir restaurante en Paris y su trabajo no le deja respirar, Barcelona, Madrid, París, tiene casa en Madrid, en Barcelona, pero en París aún no ha tenido tiempo para buscarla, el chef está en un continuo ir y venir pero nos dio su fórmula para remediar el estrés: “Hago Pilates todos los días y me pongo música clásica cuando acabo, sea la hora que sea”.

Arola, tiene un equipo solvente y profesional que trabajó en cada momento con una sonrisa en los labios, el hermano de Sergi cocinaba en el acto convirtiendo en cocina el taller que tiene Joaquín para crear sus modelos, por un día el taller cambió las telas por los fogones.

Los datos

Gracias a Antonio Pelegrín, encargado de prensa de esta fiesta, pudimos conocer los número de la misma, unos números que demuestran que la iniciativa de Perez Valette y del resto de empresarios que con él colaboraron consiguió ser todo un éxito.

----Asistieron más de 800 invitados

----Hubo música en directo durante 14 horas

----catering all time, cocktail, barra libre

----4.000 hojas por el suelo

---700 perchas decoradas ((se agotaron las previsiones)

Entre los asistentes a la fiesta muchos nombres conocidos, sería largo darlos todos pero para que se hagan una idea citaremos a algunos de ellos a los que pudimos saludar como el bailarín Rafael Amargo, José María Peiró, diseñador y amigo de Joaquín, el fotógrafo Ugo Cámera, la interiorista Sara Folch, Lluisa Sallent que actuó de fotógrafa, Montse Garriga de Fainé, Liliana Godia, Merceditas Gaudier, Susana Palatchi, Francina y Alicia Borrás, Pedro Martorell, el cirujano que combina Barcelona con Palma de Mallorca, Mar Raventós, la dama del cava, Carmina Claret de Sentís y muchos más pues como ya se ha dicho llegaron más de ochocientos y todos tuvieron frases amables y sorprendentes.

Lo cierto es que el equipo que creó y consiguió realizar un evento de esta categoría con la que está cayendo merece más que una crónica, más que un aplauso, nosotros nos hemos quedado sin palabras para poder seguir explicando lo que sucedió, sólo desear que Juliette se sintiera recompensada, en realidad, y si se nos permite, ese día todos, un poco, nos sentimos Juliette en ese Atelier de Rêves en que Pérez Valette convirtió por un día su taller.