Sigue siendo noticia la convocatoria por parte de los sindicatos de una huelga general para el próximo 29 de marzo y siguen siendo noticia las diferentes movilizaciones. El pasado domingo tuvimos más en toda España aunque no se llegó a ese “lleno absoluto” en las calles como preveían los sindicatos. 30.000 personas decía la Policía frente al medio millón que afirmaban los sindicatos fueron las dos cifras que se barajaban en cuanto a manifestantes. Pese a la cifra de los manifestantes, lo más importante también fue la fecha escogida: el 11-M. No solo fue destacable por la fecha y ya está, sino que junto a los sindicatos se encontraba también Pilar Manjón que ha recibido varias críticas por asistir a una manifestación de los sindicatos. En su defensa, si se busca algún indicio que pueda llegar a defender su asistencia es la libertad que tiene de asistir a tal acto, pero es incomprensible mezclar terrorismo con política. No se ha preguntado a las víctimas si están de acuerdo o no la asistencia de la representante de la asociación. Y cabe preguntarse también: ¿Hubiera asistido también Pilar Manjón a una movilización de los sindicatos con un Gobierno de otro color? Quizá moleste al lector que haga esta pregunta mezclando terrorismo con política, pero igual que Pilar Majón lo ha hecho, por puro altruismo se puede permitir hoy este tipo de preguntas en el conjunto de la sociedad.
Más datos sobre los sindicatos y su actividad: conocíamos también la semana pasada que la huelga general costará a España 7.688 millones de euros. Mientras que el Gobierno busca alternativas para reducir el déficit, el próximo 29 de marzo perderemos todo ese pastón. Es el precio de parar un país, de parar todos los sectores… En Japón por ejemplo, las huelgas generales se realizan trabajando mas y por tanto creando mas producción donde también los empresarios como en el caso de España perderían ingresos, pero el exceso de productos en este tipo de huelgas en Japón hace que los precios de venta al público se reduzcan y podamos encontrar algún beneficiado en ese país.
Aquí una huelga general no beneficia a nadie. Y otro dato más que conocíamos esta semana, era el rechazo de los suizos en aumentar dos semanas más de vacaciones. Es curioso, porque allí fueron los sindicatos quienes propusieron esas dos semanas extra, y en Suiza, la mayoría de propuestas como esta se votan en referéndums populares y fueron los mismos suizos quienes dijeron no a más vacaciones, y dijeron no a sus sindicatos. ¿Se imaginan votar en referéndum las propuestas de los sindicatos españoles? De momento su único “CIS” son los asistentes a las diferentes movilizaciones, y de momento la anterior parece que no ha convencido mucho a los propios sindicatos. La participación en las calles de la próxima huelga general será como aquella encuesta al borde de unas elecciones: la que marque la conformidad o el desacuerdo con los sindicatos.