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El modelo de convivencia alemán goza de relativa buena salud, según se percibe en la vida diaria. Más allá de problemas puntuales, hoy en día los alemanes suelen tener más prejuicios hacia los griegos y demás ciudadanos del sur de Europa que hacia los musulmanes. Sin embargo, un estudio a cargo del ministerio del Interior ha vuelto a crear dudas sobre la voluntad de integración de los inmigrantes que profesan dicha religión.
Según dicho estudio, uno de cada cuatro musulmanes de entre 14 y 32 años rechaza abiertamente integrarse en la sociedad alemana. El ala más dura del partido de Merkel, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), ha aprovechado la coyuntura y ha manifestado que el rechazo de los musulmanes a integrarse “prepara el terreno del fanatismo religioso y el terrorismo”, como declaró el diputado Hans-Peter Uhl.
El propio ministro del Interior, el social-cristiano Hans-Peter Friedrich, declaró en la presentación del informe que “quien se enfrenta a la libertad y a la democracia no tiene futuro aquí”, lo que la prensa ha interpretado como un ataque velado contra los inmigrantes musulmanes.
Nueva brecha en el gobierno federal
Estas declaraciones de miembros de la CDU-CSU han provocado una serie de reacciones divergentes en el seno del gobierno federal, abriendo una nueva brecha entre cristiano-demócratas y liberales. Los socios de gobierno de Angela Merkel se han unido al coro de voces de la oposición y de parte de la prensa, que ha criticado el estudio de Interior por considerar que incluía preguntas sesgadas.
El semanario Die Zeit, por ejemplo, destaca que ese porcentaje corresponde a los inmigrantes musulmanes que no tienen pasaporte alemán. Cuando la pregunta se formula a los musulmanes alemanes, el porcentaje de ciudadanos partidarios de la integración alcanza el 78%.
La cuestión de la integración musulmana en Alemania | |||
Un estudio del ministerio del Interior afirma que un cuarto de los musulmanes jóvenes que viven en Alemania se niegan a integrarse | |||
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El modelo de convivencia alemán goza de relativa buena salud, según se percibe en la vida diaria. Más allá de problemas puntuales, hoy en día los alemanes suelen tener más prejuicios hacia los griegos y demás ciudadanos del sur de Europa que hacia los musulmanes. Sin embargo, un estudio a cargo del ministerio del Interior ha vuelto a crear dudas sobre la voluntad de integración de los inmigrantes que profesan dicha religión. Según dicho estudio, uno de cada cuatro musulmanes de entre 14 y 32 años rechaza abiertamente integrarse en la sociedad alemana. El ala más dura del partido de Merkel, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), ha aprovechado la coyuntura y ha manifestado que el rechazo de los musulmanes a integrarse “prepara el terreno del fanatismo religioso y el terrorismo”, como declaró el diputado Hans-Peter Uhl. El propio ministro del Interior, el social-cristiano Hans-Peter Friedrich, declaró en la presentación del informe que “quien se enfrenta a la libertad y a la democracia no tiene futuro aquí”, lo que la prensa ha interpretado como un ataque velado contra los inmigrantes musulmanes. Nueva brecha en el gobierno federal Estas declaraciones de miembros de la CDU-CSU han provocado una serie de reacciones divergentes en el seno del gobierno federal, abriendo una nueva brecha entre cristiano-demócratas y liberales. Los socios de gobierno de Angela Merkel se han unido al coro de voces de la oposición y de parte de la prensa, que ha criticado el estudio de Interior por considerar que incluía preguntas sesgadas. El semanario Die Zeit, por ejemplo, destaca que ese porcentaje corresponde a los inmigrantes musulmanes que no tienen pasaporte alemán. Cuando la pregunta se formula a los musulmanes alemanes, el porcentaje de ciudadanos partidarios de la integración alcanza el 78%. |
Las tensiones relacionadas con el agua exacerban los conflictos a escala mundial y, para preservar la paz, los Estados deben fortalecer la cooperación y los acuerdos transfronterizos, según se señala en un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Los gobiernos de América Latina y el Caribe acordaron sostener la lucha contra el hambre y mejorar la gestión agrícola con base en cuatro guías de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), al cierre de la 38 conferencia regional de la entidad en esta capital guyanesa.
Millones de personas están en situación de inseguridad alimentaria aguda, y más de 200.000 niños pueden morir por desnutrición en las próximas semanas, como consecuencia de la guerra entre facciones militares sudanesas, según han advertido esta semana las agencias de las Naciones Unidas.
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