La izquierda abertzale es consciente del trascendental papel que juega en el objetivo de conseguir un final completo de la banda terrorista ETA.

Por ello, desde que ETA anunciara el “cese definitivo de la violencia armada” han desplegado una postura más proclive al entendimiento con todas las fuerzas políticas y sociales con la idea de consolidar el fin del terrorismo etarra.

El último movimiento de la izquierda abertzale se ha concretado esta mañana con la presentación,  en el Kursaal de San Sebastián, de un documento con el nombre de Viento de solución que pretende mostrar una nueva postura abertzale sobre “el conflicto” encaminada a establecer nuevos mecanismo de reflexión.

En primer lugar, este colectivo resalta que para que se pueda conseguir los objetivos marcados considera imprescindible promover el acercamiento de los presos a las cárceles del País Vasco, algo a lo que el ejecutivo de Mariano Rajoy se opone en público.

En el texto, la izquierda abertzale reclama incluso, sin llegar a citarla por su nombre, un amnistía ("es necesaria la vuelta al hogar de todos y todas las presas y exiliadas, procediendo a adoptar las medidas necesarias para que, tras un largo periodo de ausencia, puedan adecuarse a la vida ordinaria").

El texto pida a ETA que "deshaga sus estructuras militares" y ponga sus armas "fuera de uso", pero no llega a reclamar a la banda su disolución

Por primera vez, la antigua Batasuna hace autocrítica en detalle sobre su actitud a lo largo de este medio siglo de terrorismo con las víctimas de ETA. 

Manifiesta "su profundo pesar tanto por las consecuencias derivadas de la acción armada de ETA" como por su posición política con respecto a las víctimas "en la medida en la que haya podido suponer aunque no de manera intencionada, un dolor añadido o un sentimiento de humillación" para estas.

Los radicales, a través del documento publicado esta misma mañana, aceptan que mediante sus declaraciones o actos han podido "proyectar una imagen de insensibilidad frente al dolor causado por las acciones de ETA" y que les ha "faltado hacia unas víctimas la sensibilidad mostrada con otras".

El texto exhorta a los dirigentes políticos españoles y franceses para que "deshagan" o "readecúen" los "operativos armados y represivos creados para el conflicto", alusión a la exigencia tradicional abertzale de que abandonen Euskadi el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil. Igualmente propone para ese escenario de "construcción de la paz" el final de la legislación antiterrorista.

Un apartado que los abertzale ya habían adelantado y que se recoge explícitamente en el documento, es la creación de una Comisión de la verdad similar a las puestas en marcha tras conflictos como el de Sudáfrica.

Esta comisión debería ser, según sus promotores, internacional, independiente, "políticamente imparcial, con una participación abierta y sin ningún tipo de exclusión". A ella le correspondería analizar "las causas y consecuencias del conflicto y los abusos cometidos durante el mismo".

Finalmente, el texto plantea la apertura de un diálogo entre todas las fuerzas políticas de Euskal Herria que incluya reconocer como básico el derecho de autodeterminación.

Reacciones de los distintos partidos políticos

El Partido Popular, a través de su  portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados Leopoldo Barreda, ha manifestado que en el documento presentado este domingo por la izquierda abertzale "no hay cambio, sino manipulación del lenguaje".

Barreda considera que es necesario leer el documento "en su conjunto y no sacar una frase del contexto", y ha asegurado que el pronunciamiento de la izquierda abertzale es "insuficiente" porque "no rompe definitivamente con ETA".

A juicio del dirigente popular, lo que sí significaría "un cambio de actitud" y representaría la "llegada a la democracia" de la antigua Batasuna sería "exigir a ETA su disolución definitiva e incondicional, reconocer su responsabilidad en el daño causado, exigir la entrega de las armas, la colaboración con la justicia y reconocer la legitimidad de las instituciones".

Por su parte, los socialistas vascos que la izquierda abertzale ha dado un "paso demasiado corto" en su declaración de este domingo, que no ha sido lo "suficientemente clara" en la exigencia de pedir perdón a las víctimas y de que ETA entregue las armas.

Para el dirigente socialista Txarli Prieto estas afirmaciones constituyen una "nueva maniobra de distracción" y adolecen de "excesiva retórica y falta de concreción" en la exigencia de que ETA se disuelva, entregue las armas y reconozca el daño causado.

El PSE mantiene que el texto tiene un lenguaje "antiguo" y no demuestra el "coraje que se les quería suponer a algunos miembros de los radicales que están pivotando este momento", tras el anuncio de cese de la violencia por parte de ETA, ha señalado.

El Gobierno vasco ha remitido un comunicado a los medios de comunicación en el que el consejero de Interior Rodolfo Ares, matiza que el abertzalismo radical "una vez más se refugia en la ambigüedad del lenguaje y en equiparaciones inaceptables para evitar decir lo que tiene que decir", si quiere ser creíble ante las víctimas de la banda y el conjunto de la sociedad vasca.

El partido que lidera Rosa Díez, quien se caracteriza por mostrar un férreo enfrentamiento con la izquierda abertzale, también ha valorado el comunicado.

El parlamentario de UPyD Gorka Maneiro ha considerado que la Izquierda Abertzale “no es que haya dado una imagen de insensibilidad frente al dolor causado por ETA, tal y como han reconocido este domingo en San Sebastián, sino que han dado una imagen de colaboración necesaria para que este dolor se haya producido durante décadas". Asimismo, ha calificado el comunicado de "muy falso y una   gran mentira"