En España estamos regresando a la década de los 60. Y no, no es porque se avecine un nuevo ‘baby-boom’, ni volvamos a renacer como una potencia emergente del turismo de sol y playa demandado por nuestros vecinos europeos, ni siquiera se trata de que nuestros salarios sean cada vez más parecidos a los de esa época; si no porque nuestros jóvenes están volviendo a emigrar a marchas forzadas fuera de nuestra fronteras en busca de un futuro laboral más próspero y satisfactorio del que ofrece actualmente el territorio nacional.
Y es que los datos no nos pueden dejar indiferentes. En los últimos cuatro años, más de 300.000 españoles han abandonado nuestro país dejando atrás un cúmulo de insatisfacciones laborales y económicas que nunca llegaron a cumplir.
Este éxodo ha dejado una cifra total de más de 1,5 millones de españoles fuera de nuestras fronteras. De entre los que dejan atrás familia y amigos, destaca un nuevo perfil, el del joven emigrante sobradamente preparado, o lo que ya se conoce en términos económicos y sociales como la Generación JESP.
Esta es nuestra generación, la que nos ha tocado vivir: somos la generación con más estudios superiores hasta la fecha, nos hemos formado como nos indicaron, acudimos a la universidad como se nos aconsejó y esperábamos conseguir esos puestos de trabajo que en su día se nos prometieron a la altura de nuestros estudios. Oportunidades laborales que, en la mayoría de los casos, nunca llegaron y se ve complicado que lleguen.
Estos datos, sumados al parón en la llegada de inmigrantes a nuestro país, ha hecho que nuestra población se haya estancado. Y como dato clarificador, durante el último año fueron más las personas que abandonaron nuestro país de las que entraron, - más de 400.000 ciudadanos-. España pasa poco a poco de ser un país receptor de inmigrantes a ser una nación emisora de emigrantes a países en los que la situación económica es mejor que la nuestra.
Con todos estos datos está claro que se agotan las alterativas para salir de la crisis, y una de ellas cada vez coge más fuerza: hacer las maletas e irse de España.