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Gran tarde de fútbol en Vallecas para recibir a un rival especial como el Athletic. El hermanamiento entre las dos aficiones dejó paso a un inicio de partido trepidante, con un Rayo que repetía alineación con respecto al partido del Mallorca y con un Athletic que reservaba en el banco a un tocado Muniain y Ander Herrera.
Los de Sandoval golpearon primero, precisamente, con la mejor arma del Athletic, el balón parado. Trashorras botó un córner que encontró a Michu para que el goleador rayista hiciese el primero de la tarde. Vallecas era una fiesta, pero Llorente iba a igualar las cosas poco después tras cabecear una falta lanzada por Íñigo López.
El Athletic llegaba poco pero con mucho peligro, lo que provocó que llegase el segundo para los de Bilbao. Llorente recogía un balón en la luna del área para cruzarlo instantes después a la portería rayista con un buen movimiento a la media vuelta. Enloquecían los más de dos mil aficionados rojiblancos que poblaban las gradas de Vallecas al ver cómo daban la vuelta al marcador.
Sin
embargo, el Rayo no iba a desistir en su búsqueda del empate, y mediante una
internada por banda derecha de Tito, llegaría el tanto del empate para los franjirrojos.
El lateral centraba el balón que no terminó de atrapar Iraizoz. Arribas
aprovechó el fallo del guardameta para marcharse al descanso con igualdad en el
marcador.
Con la reanudación, el partido pareció pasar a dominio vasco, aunque el Rayo tuvo las ocasiones más claras para adelantarse en el marcador. El Athletic, sin embargo, encontró la lucidez que le faltó al Rayo en la figura de Llorente, que tras un centro medido de Toquero, mandaba por tercera vez el balón al fondo de la portería rayista.
Finalmente,
tres puntos para el Athletic que se engancha a los puestos europeos mientras
que el Rayo comienza a asomarse al abismo de los puestos de descenso.
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.
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