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Con lo justo
A falta de un partido para
que concluya la primera vuelta, el Rayo se encuentra viviendo uno de los
mercados invernales más convulsos que se recuerdan por la Avenida de la Albufera.
Tras las salidas de Koke, Susaeta y Jordi Figueras, podrían sumarse en los
últimos días las de los brasileños Botelho y Sueliton. La gran desbandada
franjirroja y el escaso dinero en las arcas del club, ha provocado que Sandoval
haya tirado de producto joven y de la casa para rellenar los huecos libres en
la convocatoria.
Panorama complicado el que se presenta justo antes de atravesar el Ecuador de una competición que comienza a ponerse, cada vez, más cuesta arriba para los equipos con menos recursos. Es por ello que en el club franjirrojo comienzan a centrarse en la única vía de salvación, que no es otra que luchar cada partido como si de una final se tratase.
El domingo, Vallecas abrirá sus puertas para recibir a un Mallorca que poco tiene que envidiar al conjunto rayista. Una victoria separa a dos equipos que, además de compartir una delicada situación económica, se unen a la hora de luchar por un único objetivo, la salvación.
La hora de Labaka
Mientras en la oficina del club se encargan de peinar y repeinar el mercado en busca de un central zurdo de garantías, Sandoval deberá apostar ante el Mallorca por Mikel Labaka para formar pareja en la zaga con Arribas. Otra ausencia destacada será la de Lass Banghoura, que se encuentra disputando la Copa de África y la de Dani Pacheco, que sigue recuperándose de una lesión. Un plantel muy justo que el técnico madrileño deberá completar, como viene siendo habitual en los últimos partidos, con jugadores del filial.
Resaca copera
Si hay algún aspecto que
caracterice al equipo balear en esta temporada, ese es, sin duda, su
irregularidad. Los de Joaquín Caparrós vacilan entre el ostracismo y la
brillantez como de la noche a la mañana. A solo un punto por encima del
descenso y con las sufridas derrotas frente al Real Madrid y Athletic en Copa,
los bermellones aterrizan en Vallecas con la intención de llevarse hacia la
isla del Mediterráneo un resultado que permita enfriar las distancias con la
zona comprometida de la tabla.
Los últimos resultados parecen sonreír al equipo franjirrojo que todavía no conoce lo que es perder en el nuevo año. Es por ello, que una nueva victoria para los de Sandoval permitiría ahuyentar los malos augurios que parecen rondar en este mes de enero por Vallecas y centrarse, únicamente, en lo deportivo. En cambio, el Mallorca regresa a un estadio de fácil recuerdo para sus aficionados, ya que hace quince temporadas vivió su último ascenso a la máxima categoría del fútbol español.
La gabarra "Athletic" está feliz, puesto que por fin verá finalizada su inactividad de tanto tiempo. Todo ello porque los bilbaínos pusieron fin a su maldición de cuarenta años sin ser campeones de la Copa del Rey, con seis finales perdidas, cinco en los últimos 15 años. El equipo de Valverde debió esperar a la tanda de penaltis para vencer a un combativo Mallorca y alcanzar la gloria, pero esta Copa, "su" Copa más deseada, por fin podrá lucirla ante su gente por la ría de Bilbao.
Una Copa para el Madrid, la 20ª de su historia; una Copa para Rodrygo Goes, MVP y autor de los dos goles que vuelven a dar el título copero a los blancos, nueve años después de aquel recordado triunfo en Mestalla frente al Barça. Y, a la vez, un subcampeonato, el segundo de su historia, con honores de campeón para Osasuna.
El Real Betis Balompié es el campeón de la Copa del Rey. El equipo verdiblanco, en su ciudad, delante de su gente que lo sigue sin rechistar, ha salido victorioso por tercera vez después de una nueva final épica, como todas las que disputa, y en la que un rival tan sumamente digno como el Valencia y que ha merecido la Copa tanto como él solo ha claudicado en la cruel tanda de penaltis.
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