El país ahogado hasta el cuello. Ciudades repletas de deudas. Grandes preocupaciones en la mente de todos los españoles. España como está y a Ana Botella, actual alcaldesa de Madrid, pensando en dedicar una vía pública, - ya sea una calle o una plaza -, al recién falleció Manuel Fraga, uno de los pesos fuertes del Partido Popular desde su creación en el año 1989.
La sucesora de Alberto Ruiz Gallardón al frente de la Alcaldía de la capital, defiende su proposición por la “figura como ponente de la Constitución y persona fundamental en la Transición y en la Democracia” que ha supuesto el dirigente gallego.
Aquí es donde se presenta realmente el problema. Muchas personas recordarán a Manuel Fraga como uno de los padres de la Constitución Española de 1978, la que rige nuestras vidas actualmente y la que nos permite, entre otras cosas, manifestarnos libremente. También lo recordarán como clave fundamental del Partido Popular en su Galicia natal y en el Gobierno central.
Por otro lado, no serán pocos los que recuerden al señor Fraga como mano derecha de Franco desempeñando cargos como el de ministro de Información y Turismo en cuyo puesto desempeñó una férrea censura sobre los medios de comunicación de la época.
Asimismo, entre sus hazañas más recordadas como ministro de Turismo, y una de las imágenes más significativas de la dictadura franquista, es el baño de Manuel Fraga junto al embajador estadounidense de la época en la localidad almeriense de Palomares en 1966 tras producirse en ese lugar un accidente aéreo con material radioactivo que hizo saltar todas las alertas en la zona y que Fraga intentó calmar con su simbólico baño.
Además, a todo esto se une la Ley de Memoria Histórica que alegaba por eliminar todo resquicio franquista a lo largo de la geografía española, lo que suponía, entre otras, la eliminación de estatuas, bustos o cualquier elemento decorativo que aludiese a la dictadura franquista así como el cambio de nombre de calles relacionadas con el régimen. En este caso, es cuando nos hacemos la pregunta, ¿recordamos a Fraga por su etapa franquista o lo hacemos por su papel líder en el Partido Popular durante años?
Este es el verdadero problema de nombrar a las calles con personas de la más reciente actualidad ya que al estar presentes en el recuerdo vivo de la sociedad, cada ciudadano tiene su propia opinión. No obstante la situación actual no está para pensar en estas cosas. Señora Botella, la calle de Fraga no es una prioridad.