El Gobierno del Partido Popular en la Comunidad Valenciana, se ha quedado sin vecino al que lanzar la mierda que huele por las calles y tribunales de la capital del Turia. En definitiva, que el triunfo popular de las pasadas elecciones generales que situó a Mariano Rajoy en la presidencia de España, ha dejado al Ejecutivo valenciano en calzoncillos y con el culo al aire.
Hasta el año pasado se excusaban en la discriminada financiación autonómica que recibíamos los valencianos por parte del Gobierno del señor Rodríguez Zapatero, la exigua inversión que hacían los socialistas en la Comunidad y el poco interés que se mostraba desde Madrid por nuestra tierra.
Ahora, claro, se hace difícil echar piedras sobre el propio tejado, porque en este momento España y Valencia son populares. Ha sido necesario destapar el despilfarro que generó el anterior Gobierno del señor Camps, con el fin de justificar el tijeretazo que ha aprobado el Consell, con el único objetivo de sufragar el coste y los gastos que genera un aeropuerto sin aviones, eventos clasistas y elitistas, obras faraónicas, parques temáticos, eventos culturales, malversación de fondos, y trato de influencias, que los valencianos pagamos con recortes en educación, sanidad, subida de impuestos, y merma de los servicios públicos.
Desde el Ejecutivo valenciano se nos pide a los ciudadanos esfuerzos a golpe de Real Decreto, mientras nos desayunamos cada día con el caso Gürtel, el caso Nóos, los EREs, y las indemnizaciones millonarias de antiguos cargos en Cajas de Ahorros, que además pasean palmito de juzgado en juzgado sin vergüenza alguna.
Mi propuesta de ahorro: que todos los diputados, senadores, presidentes autonómicos, de diputaciones provinciales, consellers, delegados del Gobierno y demás cargos políticos cobrasen el salario mínimo un mes, por ejemplo este enero, ¿alguien podría decir cuánto nos ahorraríamos los españoles?