Ficha técnica 1 - Racing de Santander:Mario(2); Álvaro(2), Bernardo(1), Torrejón(0), Cisma(1); Tziolis(0), Colsa(1), Arana(1), Kennedy(1); Munitis(1), Stuani(0).. 1 – Mirandés: Nauzet(1); Garmendia(1), Caneda(2), Corral(1), Raul García(1); Garro(2), Martins(1), Muneta(1), Infante(2), Asier(1); Arroyo(1). Cambios: En el Racing de Santander Christian (0) por Munitis (min. 59), Jairo(1) por Arana (min. 67) y Ariel(1) por Colsa (min. 75), en el Mirandés, Mujika (1) por Barahona (min. 54), Iribas (1) por Garro (min.69), Lambarri (-) por Alain (min.77). Goles: 1-0 Munitis, min.34, 1-1 Infante (p), min.71. Árbitro: Iturralde González (colegio vasco) (0) En los locales amonestó con tarjeta amarilla a Cisma(47’), Bernardo(50’ y 55’, expulsado por doble amonestación), Stuani(76’) y Torrejón(86’). Mientras que en los visitantes amonestó a Garro(15’), Álvaro Corral(57’) y Pablo Infante(67’). Incidencias: Partido correspondiente al encuentro de vuelta de los octavos de la Copa S.M el Rey en el estadio El Sardinero ante 9.000-10.000 espectadores, aproximadamente. Datos destacables Lo mejor: 2.000 gargantas A pesar del frío y el desplazamiento, la grada del Sardinero se tiñó por unos minutos de rojinegro para disfrutar de la fiesta del Mirandés. La afición burgalés llevó en volandas a su equipo y no dejó de animar en todo momento. Un 10 para la afición del Mirandés. Lo peor: Otra vez, Iturralde Como era de esperar, el show de Iturralde tampoco pudo faltar. Si bien no hay que restar méritos a un equipo como el Mirandés, justo vencedor de la eliminatoria, el colegiado vasco determinó totalmente un encuentro con una agresión que solo vio él. El dato: Histórico. La gesta del Mirandés quedará en el recuerdo de millones de aficionados al fútbol. Un equipo modesto que 7 años después vuelve a situar a un 2ªB en los cuartos de final de la Copa del Rey .

“Que nos quiten lo bailao”. Esa fue la frase de Pouso en la previa del partido y que volvió a sonar minutos después en la zona mixta del Sardinero. Una frase que resume la fiolosofía y la mentalidad ganadora de un equipo humilde y sin complejos, que no se arruga ante nadie y que es capaz de seguir haciendo historia. Ayer, siete años después, un 2ªB, el Mirandés, logró el pase a los cuartos de final de la Copa de S.M. el Rey.

Por raro que parezca, viendo los antecedentes recientes de este equipo, a nadie le sorprende. Para evitar lo que parecía inevitable con la ventaja de la IDA (2-0 para el Mirandés) el Racing debía hacer lo que no había hecho en toda la temporada: marcar (mucho y rápido) y no encajar ningún gol. Tarea complicada a pesar de que enfrente hubiera un equipo modesto y dos categorías por debajo.

Ese orgullo herido de ver como un 2ªB pintaba la cara a un 1ª fue lo que espoleó a los cántabros desde el pitido inicial. Stuani, en el minuto 8, no pudo controlar un fabuloso pase de Arana desde 30 metros que le dejaba solo frente a Nauzet.

El arreón inicial pudo verse frenado en seco diez minutos más tarde cuando Pablo Infante, en un gran gesto técnico, dejaba en evidencia a Torrejón en una gran jugada individual. El disparo del centrocampista del Mirandés se encontró con la buena intervención de Mario en portería que salvaba el 0-1.

El "aviso" sentó como un jarro de agua fría en los jugadores racinguistas y el Mirandés empezó a gustarse dentro del terreno de juego. Pablo Infante, minutos más tarde, lo intentaba otra vez por banda pero Álvaro repelía una nueva ocasión del conjunto burgalés. Al Racing le costaba avanzar líneas y veía como sufría con el balón cuando trataba de salir de su campo.

Munitis despertó al Sardinero
Cuando mejor estaba el Mirandés llegaría la sorpresa. Un gran pase al hueco de Tziolis a la espalda de Caneda encontró la carrera de Munitis. La lucha del menudo delantero racinguista con el central del Mirandés resultó victoriosa para el del barrio pesquero que conseguía definir por bajo a Nauzet y empujar la pelota al fondo de las mallas ajustada al palo. Minuto 35, 1-0. El Sardinero despertó y con él la eliminatoria.

El Racing comenzó a creérselo y en los últimos minutos de la primera parte el equipo verdiblanco pudo llevarse el partido y prácticamente la eliminatoria. Primero en el minuto 38 cuando todos los jugadores del Racing, al unísono, pidieron mano dentro del área de Corral a centro de Cisma. La mano existió pero Iturralde decidió mirar hacia otro lado.

En el 40 Stuani pudo empatar la eliminatoria con un remate de cabeza a centro de Munitis desde la banda. El testarazo se encontró con la pierna de Corral que despejaba el balón al tiempo que mucha gente empezaba a cantar el gol en el campo. El Racing apretaba.

Ya en la segunda parte el Mirandés comenzó a tocar más el balón y el tirón del Racing a desvanecerse. En el minuto 50, Pablo infante, de nuevo tuvo en sus botas la sentencia de la eliminatoria pero esta vez no fue Torrejón si no Álvaro quien cubría al centrocampista y eso se notó. El lebaniego aguantó bien durante toda la jugada y pudo repeler el disparo.

’Iturraldazo’
Si había dudas de si la efervescencia que había mostrado el Racing tras el gol se había empezado a terminar Iturralde se ecargó disipar cualquier duda.

En el minuto 56 un forcejeo en el aire de Bernardo con Alain alteró al colegiado vasco y más aún al ver como el jugador del Mirandés se retorcía de dolor en el campo simulando una agresión que no llegó ni a roce. El colegiado vasco no lo dudó y sacó la segunda amarilla al central del Racing. Tarjeta roja injusta, pitada monumental de la grada y fin del partido para los racinguistas.

Juanjo González se veía obligado a mover ficha metiendo a Christian por Munitis para suplir la baja en defensa de Bernardo y, con un jugador más, el Mirandés comenzó a controlar el partido. El Racing ya no era ningún peligro en ataque.

El partido transcurría dubitativo, sin claro dominador, cuando en el minuto 72 una contra letal del Mirandés acabaría con un derribo de Torrejón a Pablo Infante dentro del área. Esta vez sí, por fin, acertó Iturralde González al señalar penalti a favor del Mirandés que el propio Infante no desaprovecharía para anotar el 1-1 y sentenciar la eliminatoria. El Racing, con uno menos, tenía que marcar tres goles más… misión imposible.

Los últimos minutos transcurrieron con normalidad, con tímidos acercamientos a la desesperada del Racing en ataque y el Mirandés moviendo de lado a lado el balón mientras el tiempo transcurría. Así llegaría el final del partido y con él la explosión de alegría de los jugadores del Mirandés que no dudaron en celebrarlo con la afición desplazada en masa al Sardinero. Estaban haciendo historia y había que celebrarlo por todo lo alto. Enhorabuena al Mirandés y a su afición. Se lo merecen.