Aguirre, Botella, Cospedal y Santamaría llevan unos días de lo más preocupadas. No hacen más que buscar modelito que combine de lo mejor con sus respectivas mantillas. Y es aquí cuando nos explicamos que es lo que hacía Rajoy encerrado en sus despacho después de ser elegido como presidente del Gobierno, se afanaba en buscar una marcha fúnebre que acompañe a tan solemne acto, el entierro del programa electoral del PP en las pasadas elecciones.
Pero esto se veía venir, el programa electoral del Partido Popular agonizaba en las últimas semanas, llegando incluso, en los últimos consejos de ministros de la era Rajoy a rozar el encefalograma plano hasta su fatal desenlace.
La enfermedad comenzó a gestarse en el año 2009 cuando el actual presidente del Gobierno, y por entonces líder de la oposición, aseguraba en el mes de agosto que una subida de impuestos “supondría más paro y recesión” aclarando un mes después que “no es necesaria, no se justifica y es insolidaria”.
Dos años después, en diciembre de 2011el propio Rajoy aseguraba, en el debate de investidura, que no había por parte del Gobierno “intención de subir los impuestos” porque, a su entender, “no parece lo más razonable”.
Poco más de una semana después, el enfermo, un debilitado programa electoral volvía a la UVI, Soraya Sáez de Santamaría aseguraba que el Gobierno “se veía obligado a una subida temporal de determinados impuestos”. Ellos que prometían allí por donde pasaban que aseguraban que no subirían impuestos y mejorarían la situación actual del país.
Y ¿cómo iban a mejorar la situación? Pues para esto también tuvieron sus más y sus menos. Primero, en precampaña electoral el PP prometió trabajo para todos, “nosotros reduciremos el paro” se afanaban en decir desde las filas populares.
Pero el tiempo también pasó, y el discurso volvió a dar un vuelco. En campaña electoral esos empleos desaparecieron repentinamente asegurando que “no podemos ofrecer empleos para todos porque no hay dinero en el Estado”. El tiempo pasa, las promesas siguen incumpliéndose y en los primeros días de 2012 nos dejan un regalo de Reyes inesperado: España entrará en recesión previsiblemente a partir del mes de marzo, lo que supondrá más paro y otra promesa incumplida más.
El historial médico del programa electoral hacía presagiar lo peor, por eso apenas nos ha sorprendido. Mientras tanto, que en el PP tengan a mano las mantillas y las corbatas negras por lo que pueda pasar ya que, de momento, el PP está de luto, su programa electoral ha muerto.