Entraron mejor los vitorianos al partido, con mayor fluidez en la circulación de balón y aprovechando los numerosos desajustes que se producían en la defensa de los murcianos, especialmente en el poste bajo. Gracias a ello, Caja Laboral Vitoria disfrutaría de las primeras ventajas aprovechando que Dorsey (en el disparadero de los aficionados vitorianos de un tiempo a esta parte) campaba a sus anchas por la zona. UCAM Murcia empezó a carburar en la faceta ofensiva en el momento en el que Josep Franch tomó las riendas del juego.

El joven director de juego catalán completó durante los dos primeros cuartos sus mejores minutos desde que aterrizara en la capital del Segura, siendo incisivo de cara al aro y haciendo gala de una notable visión de juego cuando era preciso asistir a sus compañeros. Gracias a los puntos del ex de Joventut de Badalona y a la aportación desde más allá de la línea de 6,75 de Barlow y Sekulic, el equipo de Luis Guil consiguió remontar y finalizar el primer cuarto por delante en el marcador (23-19).

En el segundo cuarto se acentuó esta tendencia y UCAM Murcia iría aumentando poco a poco su renta en el electrónico gracias a un inconmensurable Josep Franch y aprovechando la inoperancia atacante del equipo vitoriano, que sumó sus primeros puntos en el segundo cuarto con más de 4 minutos consumidos del mismo. Fue en ese momento cuando Oleson y Prigioni empezaron a monopolizar el caudal ofensivo de Caja Laboral, si bien en aquellos momentos no pudieron impedir que el equipo murciano (en el que habían empezado a aparecer de forma intermitente Grimau y Augustine) se marchase al descanso con una renta de 11 puntos (42-31). En aquellos momentos nadie lo podría sospechar, pero Josep Franch no volvería a anotar un solo punto en lo que restaba de partido.

El inicio del tercer cuarto fue un calco de los primeros minutos de partido, con un Caja Laboral Vitoria mucho más enchufado que su adversario. Sin embargo, en esta ocasión los de Ivanovic si hicieron sangre en el marcador y de la mano de un parcial de 0-8 (con Brad Oleson como protagonista anotando a placer desde la línea de 3 ante la indolencia defensiva del equipo local) redujeron las distancias (42-39). Todo el trabajo que los jugadores de Luis Guil habían realizado en la primera parte se había ido por la borda de un plumazo. Es este problema, el del evidente bajón en el rendimiento del equipo en el tercer cuarto, una constante durante toda la temporada en el UCAM Murcia que ya le ha costado muy caro al club en forma de varias derrotas de partidos que parecían encarrilados. En este encuentro no sería hasta el último segundo del tercer cuarto cuando los vitorianos culminaran su remontada (53-54), con un triple libre de marca de Bjelica sobre la bocina.

Aquella canasta fue un mazazo mayor para la moral de los jugadores del club murciano de lo que nadie podría haber supuesto, ya que el equipo se diluyó completamente en el último cuarto del partido. Fue en esos momentos de desorientación cuando Prigioni aprovecho para darle la puntilla a los locales anotando desde todas las posiciones. Los jugadores de UCAM Murcia no solo tenían que hacer frente al acierto del argentino y de Oleson, también habían de enfrentarse a su inoperancia a la hora de cerrar el rebote, faceta en la que los de Ivanovic estuvieron más concentrados obteniendo como recompensa segundas, terceras y hasta cuartas oportunidades para anotar en el aro murciano.

Los vitorianos se escaparon en el marcador para dejar la diferencia final en 8 puntos (67-75). Con esta derrota los de Luis Guil caen a puestos de descenso, situación impensable a comienzos de temporada, y lo que es peor, las sensaciones son cada vez peores. La indolencia de gran parte de la plantilla, la frecuencia y recurrencia con la que aparecen en cada partidos todos los males de este equipo y la mala suerte que está teniendo en cuerpo técnico con las lesiones han llevado al grupo a una situación cuanto menos preocupante. Por su parte, los vitorianos se afianzan en la cuarta posición con este triunfo, si bien se hace evidente que la rotación interior es escasa y haría falta un refuerzo para la pintura.