...las formaciones políticas menos favorecidas acuden raudas en busca del culpable de su fracaso pero, eso sí, echando balones fuera y dispuestos a acusar de su declive al pato Donald, antes que a cualquiera de los miembros de sus respectivos sanedrines.
Lo que está claro es que en Euskadi, ese mundo de paradojas, los resultados electorales no iban a ser una excepción y así, la victoria de la coalición PNV-EA, no deja de ser uno de los más estrepitosos fracasos del nacionalismo eternamente gobernante, mucho más cuando Ibarretxe había querido convertir estos comicios en una muestra de adhesión masiva a su plan.
¡Pues va a ser que no! Como diría Patxi López.
La cara de los consejeros del Gobierno vasco, que esperaban como agua de mayo aquella marea humana de votos que su líder espiritual había profetizado, era todo un poema. A la señora Zenarruzabeitia no le salían las cuentas, cosa que le viene pasando muy a menudo, desde que se encarga del tema del cupo; pero mucho más esclarecedor fue ver a la portavoz del Gobierno Ibarretxe, Miren Azkarate, huir de toda cámara al grito de no hay declaraciones. Y es que, sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con ella: no hay palabras para describir la bajada de 140.000 votos y, por ende cuatro escaños, que han sufrido en sus filas.
Tampoco podemos olvidar que la coalición electoralista PNV-EA, no deja de ser un simple frankenstein ideológico creado con la única intención de burlar la ley d´hont, pero que el mismo día en que se constituya el Parlamento vasco, unos y otros, formarán grupo parlamentario propio. Entonces, si ajustamos los resultados a la realidad, concluiremos con que el PNV ha obtenido 22 escaños y EA sólo 7, sin duda, algo muy alejado de la mayoría absoluta que hace escasos dos días pretendían.
Los socialistas, encabezados por Patxi López, han visto como la sociedad vasca premiaba su actitud y son, junto al PCTV, los únicos que suben en número de votos emitidos y escaños conseguidos. Tras los trece parlamentarios en los que las tesis redondianas les sumieron, ahora llegan a los 18 y rompen su techo electoral con un mensaje claro y conciso y con un candidato que ha logrado conectar con las querencias de la ciudadanía vasca.
En el lado de los perdedores, también se encuentra el PP de María San Gil con 118.000 votos menos (-4escaños) que en las elecciones autonómicas de 2001. Además, el caso de María nos puede servir como ejemplo de lo que narraba en las primeras líneas de ésta columna. La candidata popular, no tardó más que unos pocos minutos en culpar al PSOE y al presidente Zapatero, de permitir la entrada de ETA en las instituciones, siguiendo adelante con la táctica chapucera, tosca y desleal que los ciudadanos vascos y españoles venimos reprobando desde que les desalojamos del poder.
Sin embargo, parece que la cosa no va con ellos, porque una y otra vez, los dirigentes populares han empezado a repetir aquellas acusaciones como si de un mantra se tratara, desollendo el mensaje que las urnas han lanzado: ¡Están ustedes condenados a hablar!