La actuación de John Maus dividió a la gente entre fervientes defensores y aquellos que con cara de indignación decían “esto es una broma”. Quizá con su performance lo que buscó era precisamente no dejar a nadie indiferente, y eso, lo consiguió. Sólo en el escenario y haciendo playback mientras se golpeaba la cabeza y el pecho frenéticamente, las primeras filas se llenaron de entregados espectadores que apoyaban su propuesta. Unos 36 minutos en los que Maus emitió gritos y alaridos sobre sus propias canciones mientras evocaba con su cuerpo pura autodestrucción. Tomadura de pelo o no, todo el mundo ahora está hablando de él. Eso sí, el juego de luces en el Casino de L´aliança de Poble Nou, indiscutiblemente bellas.

Nos dirigimos en nuestro peregrinaje a la Sala Apolo para ver Superchunk, mientras la gente seguía hablando de Maus en el metro. Hizo botar al personal con sus ritmos energéticos, se les notaba las tablas, derrocharon fuerza y ganas, cómo si hubieran acabado de empezar. Sus experimentados integrantes lograron que surgiera la chispa público-banda. La sala se quedo vacía después de su actuación pero ya esperábamos la siguiente actuación, Com Truise, con muchas ganas.

Seth Haley, productor y diseñador de New Jersey, creó una atmósfera propia y personal y no decepcionó. Acompañado de una batería, lo que le añadía energía y calidez al directo, consiguió que los asistentes nos transportáramos a otro universo, el de Com Truise, dónde no es que los sueños se hagan realidad, es que la vida es un sueño. A nuestro alrededor, el buen rollo y las buenas vibraciones se hicieron patentes con sonrisas cómplices. Apostábamos que comenzaría con el tema Slow Peels, pero fue la segunda. Excitación generalizada con VHS Sex, ese tema tan erótico y sensual de damas de braga alta. Emoción con la mágica Sundriped, de ésas canciones con las que levitas, viajas.

Con el ambiente cargado, llegó James Lavelle al escenario, el personal estaba ya en la nebulosa de la felicidad y no iba a ser difícil ganárselo. Un remix del infalible Harder Better Stronger Faster, fue la inyección necesaria para narcotizar y hacer bailar en una noche sin fin. Tomó el relevo FRA, pero los bailes y los intercambios de opinión sobre John Maus impidieron que pudiéramos seguir concentrados en la actuación. La gente se preguntaba entre sí que si habían asistido y que si lo que se contaba era cierto. Quizá todo esto también formaba parte de su performance. Nosotros, continuamos en la nube Com Truise esa noche y el día siguiente. Deseamos que vuelva en el Primavera Sound para volver a soñar despiertos.