Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Música
Etiquetas | Festivales
Charles Bradley, seductor y carismático, encandiló al público

Primavera Club: empezamos bien

|


          En plena actuación musical. /DANI RÓDENAS                          

La primera jornada del Primavera Club se desarrolló sin empujones festivaleros y un lleno progresivo de la sala Apolo. Llegamos pronto, pensando que no llegábamos a tiempo y es que Tigercats tocó más tarde de lo previsto, modificando levemente el horario. Los de Londres, que hoy tocarán en Madrid, llenaron el escenario con sus cinco componentes, aunque el protagonismo visual se lo llevaron el cantante y la chica del teclado. Él, con gafas a lo Erlend Øye, se entregó a una sala medio llena con su variedad de voces y su guitarra eléctrica. Ella, con su tono y look de niña buena, engatusó un instante cantando I´m in love en un estribillo. Punteos frenéticos y chispeantes baterías que en un momento dado llegaron a recordarme a Vampire Weekend (sólo en un momento dado).

Mientras, en la sala de abajo, otro concepto indie se desarrollaba de las manos de Villarroel. El público miraba estático la propuesta de los barceloneses, en la que la cantante emitía en ocasiones delirantes y sensuales sonidos. Subimos rápidamente para no perdernos Little Barrie. Sus tres componentes no sólo fueron más que suficiente para llenar el escenario, sino para colmar la sala de música y calor. El cantante emanó carisma y energía por todos los poros de su piel, mientras el bajo le daba al sonido un profundo y palpitante ritmo y el batería (qué decir del batería) le añadía potencia garage y contundencia a ese engranaje perfecto que es Little Barrie.

Lamentamos no poder dar crónica de Verónica Falls, tuvimos que visitar La Mala Reputación, el Apolo Diner por necesidades básicas: había que coger energías para la actuación del más esperado de la noche, Charles Bradley. Nos consta que los ingleses llenaron la sala y dieron la talla. Eso sí, podemos recomendar altamente el vasco hot dog del local, una delicia aderezada con guindillas con la que no pude evitar añadir mostaza y unas papas arrugás para el cóctel estomacal. Festival del sabor.

Entonces, llegó él. Charles Bradley llenó la Apolo: sedujo con su energía y sensualidad a lo James Brown. Los contoneos del soulman, enfundado en un mono con brillantes, lograron hipnotizar a un público embelesado son su actuación, a veces más soul, otras un poco más funk. Fascinó con su rebosante personalidad y carisma, se entregó de tal manera que el público no pudimos resistirnos a hacer lo mismo con él: nos tenía alucinados y le dimos todo. Al verlo de cerca, no supe si lo que empapaba su cara eran sudor o lágrimas, puede que ambas cosas. Y es que entregó sus vísceras a través de su voz, mientras decía: “Wait a minute, can we do it again?” y”I Love you” con pasión. Claro que podemos hacerlo otra vez, Charles, we love you too.

 

Primavera Club: empezamos bien

Charles Bradley, seductor y carismático, encandiló al público
Teresa Gascón
jueves, 24 de noviembre de 2011, 12:55 h (CET)

          En plena actuación musical. /DANI RÓDENAS                          

La primera jornada del Primavera Club se desarrolló sin empujones festivaleros y un lleno progresivo de la sala Apolo. Llegamos pronto, pensando que no llegábamos a tiempo y es que Tigercats tocó más tarde de lo previsto, modificando levemente el horario. Los de Londres, que hoy tocarán en Madrid, llenaron el escenario con sus cinco componentes, aunque el protagonismo visual se lo llevaron el cantante y la chica del teclado. Él, con gafas a lo Erlend Øye, se entregó a una sala medio llena con su variedad de voces y su guitarra eléctrica. Ella, con su tono y look de niña buena, engatusó un instante cantando I´m in love en un estribillo. Punteos frenéticos y chispeantes baterías que en un momento dado llegaron a recordarme a Vampire Weekend (sólo en un momento dado).

Mientras, en la sala de abajo, otro concepto indie se desarrollaba de las manos de Villarroel. El público miraba estático la propuesta de los barceloneses, en la que la cantante emitía en ocasiones delirantes y sensuales sonidos. Subimos rápidamente para no perdernos Little Barrie. Sus tres componentes no sólo fueron más que suficiente para llenar el escenario, sino para colmar la sala de música y calor. El cantante emanó carisma y energía por todos los poros de su piel, mientras el bajo le daba al sonido un profundo y palpitante ritmo y el batería (qué decir del batería) le añadía potencia garage y contundencia a ese engranaje perfecto que es Little Barrie.

Lamentamos no poder dar crónica de Verónica Falls, tuvimos que visitar La Mala Reputación, el Apolo Diner por necesidades básicas: había que coger energías para la actuación del más esperado de la noche, Charles Bradley. Nos consta que los ingleses llenaron la sala y dieron la talla. Eso sí, podemos recomendar altamente el vasco hot dog del local, una delicia aderezada con guindillas con la que no pude evitar añadir mostaza y unas papas arrugás para el cóctel estomacal. Festival del sabor.

Entonces, llegó él. Charles Bradley llenó la Apolo: sedujo con su energía y sensualidad a lo James Brown. Los contoneos del soulman, enfundado en un mono con brillantes, lograron hipnotizar a un público embelesado son su actuación, a veces más soul, otras un poco más funk. Fascinó con su rebosante personalidad y carisma, se entregó de tal manera que el público no pudimos resistirnos a hacer lo mismo con él: nos tenía alucinados y le dimos todo. Al verlo de cerca, no supe si lo que empapaba su cara eran sudor o lágrimas, puede que ambas cosas. Y es que entregó sus vísceras a través de su voz, mientras decía: “Wait a minute, can we do it again?” y”I Love you” con pasión. Claro que podemos hacerlo otra vez, Charles, we love you too.

 

Noticias relacionadas

El 19 de abril de 2024, el mundo de la música fue testigo de otro hito en la carrera ya icónica de Taylor Swift con el lanzamiento de su último álbum, "THE TORTURED POETS DEPARTMENT". Este nuevo trabajo discográfico, definido por Swift como "una antología de nuevas obras que reflejan eventos, opiniones y sentimientos de un momento fugaz y fatalista en el tiempo", se publicó junto a un segundo álbum doble que dejó atónitos a todos los seguidores de la artista.

Tras varios singles sobre el fin de su relación con el ex futbolista Gerard Piqué, Shakira publicó su duodécimo álbum de estudio, titulado "Las mujeres ya no lloran". Un análisis de Odds Scanner muestra que, poco menos de un mes después de su lanzamiento, el álbum de 'La Loba' ya es el más escuchado del año en Spotify, con más de 3.600 millones de streams. Por su parte, "Cowboy Carter", publicado por Beyoncé, ocupa el séptimo lugar con 750 millones de streams.

Dídac Flores es un eurofan de Eurovisión, el Festival de las televisiones públicas de la mayoría de los países europeos, desde que era un niño. Ha creado una obra musical que hace un año estrenó en Barcelona y Madrid y que ahora vuelve a escena para celebrar que dentro de muy poco, vuelve el festival eurovisivo.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto