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Uno de cada diez varones padece esta afección, pese a no ser muy conocida

Más de la mitad de los pacientes con curvatura de pene mejoran tras ser tratados con ondas de choque

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Más de la mitad de los hombres que padecen curvatura del pene o enfermedad de Peyronie nota mejoría tras recibir un tratamiento con ondas de choque. Así se desprende de un estudio llevado a cabo por Boston Medical Group, en el que se han analizado los resultados de 200 pacientes con esta patología, que afecta a uno de cada diez varones. Este análisis revela que el 57% de los varones que se sometieron a esta terapia tuvo mejoras en la enfermedad. Además, el 55% de los afectados también sufre disfunción eréctil, y el 10%, eyaculación precoz.

Las ondas de choque aplicadas a la curvatura peneana “resultan ser muy efectivas, sobre todo durante el primer año de la aparición del problema y contribuyen a eliminar el dolor que estos pacientes suelen sentir durante las relaciones sexuales, por lo que acaban teniendo una vida sexual de mayor calidad, al mejorar sus coitos de manera considerable”, indica el doctor José Benítez, director médico de Boston Medical Group en España. El tratamiento consiste en ondas acústicas, ricas en energía, que se transmiten a las zonas donde se encuentran formadas las placas que causan esta afección. “Estas señales aceleran los procesos de autocuración en el cuerpo, mejoran el metabolismo, aumentan la circulación sanguínea, así como regeneran y curan el tejido dañado”, añade. Este efecto es lo que se conoce como neovascularización.

La enfermedad de Peyronie consiste en una curva o acortamiento del pene, “tras sufrir éste un micro trauma que genera una cicatriz, es decir, un trastorno del tejido conectivo que afecta a la túnica albugínea de los cuerpos cavernosos”, señala el doctor Benítez. Después, se convierten en placas o bultos fibrosos, en la mayoría de los casos quistes benignos, no cancerosos, provocando una pérdida de elasticidad y acortamiento del pene. Los principales síntomas que pueden aparecer como consecuencia de esto son “curvatura, dolor durante la erección, limitando la penetración y disminuyendo la dureza, y rigidez del miembro masculino, lo que complica la práctica de relaciones sexuales”, explica.

Esta patología, que afecta a uno de cada diez hombres, puede aparecer entre los 20 y los 80 años, aunque lo más común es que se detecte a partir de los 50. “Sin embargo, no es una enfermedad muy conocida y por la que los pacientes consulten mucho con un experto en salud sexual masculina”, según el doctor Benítez. Su origen también es desconocido, “aunque hay varios factores que pueden estar implicados, como puede ser la predisposición genética o haberse sometido a cirugías locales”, afirma. Los especialistas suelen asociarlo con golpes en las relaciones sexuales o con la enfermedad de Dupuytren. También se asocia con otro tipo de patologías. De hecho, el estudio realizado por Boston Medical Group concluye que el 36% de los hombres con Peyronie padecen hipertensión arterial, el 68% consume alcohol y el 41% es fumador.

Insatisfacción en la pareja
El dolor causado por la curvatura de pene y la dificultad para mantener relaciones sexuales completas puede derivar en problemas psicológicos en el hombre, “pues tienen la sensación de no conseguir satisfacer a su pareja durante el coito, y esto, a su vez, puede derivar en insatisfacción y falta de deseo sexual, tanto por parte suya como la de su compañera o compañero”, sugiere el doctor Benítez. De hecho, según un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine realizado con parejas heterosexuales, las parejas sexuales de los hombres afectados de Peyronie están más insatisfechas sexualmente y con un estado de ánimo más bajo que el de parejas de hombres sanos.

Esta insatisfacción creada en la pareja “puede ayudar a que el hombre busque ayuda en un experto en salud sexual masculina que le puede indicar los tratamientos más adecuados para que desaparezca, como la terapia de las ondas de choque, y así conseguir una satisfacción sexual plena para ambos”, concluye el doctor Benítez.

Más de la mitad de los pacientes con curvatura de pene mejoran tras ser tratados con ondas de choque

Uno de cada diez varones padece esta afección, pese a no ser muy conocida
Francisco Acedo
miércoles, 19 de julio de 2017, 07:38 h (CET)
Más de la mitad de los hombres que padecen curvatura del pene o enfermedad de Peyronie nota mejoría tras recibir un tratamiento con ondas de choque. Así se desprende de un estudio llevado a cabo por Boston Medical Group, en el que se han analizado los resultados de 200 pacientes con esta patología, que afecta a uno de cada diez varones. Este análisis revela que el 57% de los varones que se sometieron a esta terapia tuvo mejoras en la enfermedad. Además, el 55% de los afectados también sufre disfunción eréctil, y el 10%, eyaculación precoz.

Las ondas de choque aplicadas a la curvatura peneana “resultan ser muy efectivas, sobre todo durante el primer año de la aparición del problema y contribuyen a eliminar el dolor que estos pacientes suelen sentir durante las relaciones sexuales, por lo que acaban teniendo una vida sexual de mayor calidad, al mejorar sus coitos de manera considerable”, indica el doctor José Benítez, director médico de Boston Medical Group en España. El tratamiento consiste en ondas acústicas, ricas en energía, que se transmiten a las zonas donde se encuentran formadas las placas que causan esta afección. “Estas señales aceleran los procesos de autocuración en el cuerpo, mejoran el metabolismo, aumentan la circulación sanguínea, así como regeneran y curan el tejido dañado”, añade. Este efecto es lo que se conoce como neovascularización.

La enfermedad de Peyronie consiste en una curva o acortamiento del pene, “tras sufrir éste un micro trauma que genera una cicatriz, es decir, un trastorno del tejido conectivo que afecta a la túnica albugínea de los cuerpos cavernosos”, señala el doctor Benítez. Después, se convierten en placas o bultos fibrosos, en la mayoría de los casos quistes benignos, no cancerosos, provocando una pérdida de elasticidad y acortamiento del pene. Los principales síntomas que pueden aparecer como consecuencia de esto son “curvatura, dolor durante la erección, limitando la penetración y disminuyendo la dureza, y rigidez del miembro masculino, lo que complica la práctica de relaciones sexuales”, explica.

Esta patología, que afecta a uno de cada diez hombres, puede aparecer entre los 20 y los 80 años, aunque lo más común es que se detecte a partir de los 50. “Sin embargo, no es una enfermedad muy conocida y por la que los pacientes consulten mucho con un experto en salud sexual masculina”, según el doctor Benítez. Su origen también es desconocido, “aunque hay varios factores que pueden estar implicados, como puede ser la predisposición genética o haberse sometido a cirugías locales”, afirma. Los especialistas suelen asociarlo con golpes en las relaciones sexuales o con la enfermedad de Dupuytren. También se asocia con otro tipo de patologías. De hecho, el estudio realizado por Boston Medical Group concluye que el 36% de los hombres con Peyronie padecen hipertensión arterial, el 68% consume alcohol y el 41% es fumador.

Insatisfacción en la pareja
El dolor causado por la curvatura de pene y la dificultad para mantener relaciones sexuales completas puede derivar en problemas psicológicos en el hombre, “pues tienen la sensación de no conseguir satisfacer a su pareja durante el coito, y esto, a su vez, puede derivar en insatisfacción y falta de deseo sexual, tanto por parte suya como la de su compañera o compañero”, sugiere el doctor Benítez. De hecho, según un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine realizado con parejas heterosexuales, las parejas sexuales de los hombres afectados de Peyronie están más insatisfechas sexualmente y con un estado de ánimo más bajo que el de parejas de hombres sanos.

Esta insatisfacción creada en la pareja “puede ayudar a que el hombre busque ayuda en un experto en salud sexual masculina que le puede indicar los tratamientos más adecuados para que desaparezca, como la terapia de las ondas de choque, y así conseguir una satisfacción sexual plena para ambos”, concluye el doctor Benítez.

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