Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Artículo opinión
¿Cómo deberían estar formados los gobiernos?

¿Políticos o tecnócratas?

|

Esta es la gran duda que ahora parece cernirse sobre el carácter o categoría de los dirigentes públicos que deben hacerse con las riendas de los gobiernos europeos para hacer frente a la grave crisis que los agobia. Planteada así la cuestión, llevaría al absurdo de despreciar la acción de los políticos en favor de “expertos” que necesariamente deben propiciar, en las actuales circunstancias, medidas de política económica y social.

Ambas visiones de estilos o formas de gobierno no son opuestas ni contradictorias, sino desde mi punto de vista, compatibles y complementarias. Italia, por ejemplo, ha estado gobernada por un personaje como Berlusconi, político inmoral y frívolo donde los haya. Durante estos últimos años de su mandato se ha dedicado más a la “dolce vita” que emplear su tiempo en trabajar con empeño y seriedad para resolver  los graves problemas de su país. Grecia, que desde los Juegos Olímpicos del 2004, sufrió una importante transformación gracias a la aportación de los fondos comunitarios, ha estado en manos de unos gobiernos derrochadores e indisciplinados. La disparatada amenaza de referéndum de Papandreu, estuvo a punto de arrastrar al euro y a la UE a un insalvable precipicio.

El Gobierno Zapatero ha ido socavando el prestigio de España, y causando la desconfianza de la UE por sus decisiones en materia económica y de política exterior. De eso dio ya muestras durante el período de Presidencia Española del Consejo de la UE. Sus llamadas “políticas sociales” sobre la inmigración, el matrimonio de los homosexuales, las demagógicas políticas de igualdad, la indisciplina y el derroche presupuestario, amén de una política exterior errática como el apoyo sin rubor a la dictadura cubana o el desequilibrio de nuestra posición en el conflicto de Oriente Medio a favor de Palestina, han perjudicado notablemente nuestra credibilidad en Europa y en el mundo.

El dilema es si esta clase de gobernantes fracasados deben ser sustituidos por tecnócratas o políticos. La respuesta entiendo que no encierra mucha dificultad. Los gobernantes incompetentes deben ser sustituidos “democráticamente” por gobernantes competentes sean economistas, abogados, funcionarios, empresarios o de cualquier profesión que tengan capacidad de liderazgo, de conformar equipos técnica y profesionalmente prestigiosos y un elevado sentido del Estado para hacer de sus pueblos naciones fuertes y respetadas.

Para ser rigurosos hay que reconocer que Europa está hoy huérfana de liderazgo político y sobrada de eurócratas, burocracia y economicistas. La profunda crisis que padecemos se debe en gran parte a la incapacidad de los líderes europeos para impulsar la Europa “política” más allá de la Europa monetaria. Una moneda común sin el soporte de unas directrices o acuerdos que coordinen la política económica y fiscal, que obliguen coercitivamente a mantener una disciplina en el gasto público, que impulsen un mercado competitivo, una fluida movilidad laboral y una política social sostenible se encontrará cada vez más debilitada para sufrir los embates de una economía global.

Jacques Delors, ex presidente de la Comisión Europea ha advertido que “el euro está al borde del abismo” y que Alemania y Francia han jugado el papel de bomberos. España, tiene que recuperar el liderazgo político perdido y colaborar con decisión en la construcción europea pero sin el seguidismo impuesto por los dos apagafuegos que quieren convertirse en los únicos capitanes del barco. Ello va a suponer una gran capacidad de sacrificio y superación para poner orden en nuestra economía, recuperar la confianza de los mercados, oxigenar y abrir a empresarios y emprendedores nuestro infectado, por activos tóxicos, sistema financiero y un mercado laboral atrayente para los trabajadores que rompa la ascendente y dramática curva de los cinco millones de desempleados que aportamos a la Unión Europea.

Estos objetivos, perfectamente alcanzables por un gobierno que no frivolice con la política del Estado, no son exclusivos de políticos o tecnócratas. Mariano Rajoy ha dado con la fórmula a aplicar, al repetir ya en varias ocasiones, que se rodeará de “ministros competentes”. La competencia, se mide por el rigor, la preparación profesional, el equilibrio personal, incluso en la vida privada y la ética o moralidad en sus actuaciones. La mayoría del pueblo español, tendrá la oportunidad dentro de pocos días de elegir a un candidato que, como Rajoy, demuestre que política y tecnocracia son perfectamente combinables en un gobierno de “ministros competentes”.

Mientras al candidato socialista solo le queda ya el fallido recurso de acudir a los impuestos y más gasto público para reactivar nuestra maltrecha economía, los españoles solo desean un gobernante que, desde el primer día, demuestre a Europa que con capacidad y decisión, España está preparada y dispuesta para afrontar sacrificios y adoptar medidas que nos ayuden a crear empleo y riqueza para distribuirla solidaria y justamente, contribuyendo así a la consolidación de una Unión Europea a la que por vocación y mutuo interés pertenecemos.

¿Políticos o tecnócratas?

¿Cómo deberían estar formados los gobiernos?
Jorge Hernández Mollar
jueves, 17 de noviembre de 2011, 07:51 h (CET)

Esta es la gran duda que ahora parece cernirse sobre el carácter o categoría de los dirigentes públicos que deben hacerse con las riendas de los gobiernos europeos para hacer frente a la grave crisis que los agobia. Planteada así la cuestión, llevaría al absurdo de despreciar la acción de los políticos en favor de “expertos” que necesariamente deben propiciar, en las actuales circunstancias, medidas de política económica y social.

Ambas visiones de estilos o formas de gobierno no son opuestas ni contradictorias, sino desde mi punto de vista, compatibles y complementarias. Italia, por ejemplo, ha estado gobernada por un personaje como Berlusconi, político inmoral y frívolo donde los haya. Durante estos últimos años de su mandato se ha dedicado más a la “dolce vita” que emplear su tiempo en trabajar con empeño y seriedad para resolver  los graves problemas de su país. Grecia, que desde los Juegos Olímpicos del 2004, sufrió una importante transformación gracias a la aportación de los fondos comunitarios, ha estado en manos de unos gobiernos derrochadores e indisciplinados. La disparatada amenaza de referéndum de Papandreu, estuvo a punto de arrastrar al euro y a la UE a un insalvable precipicio.

El Gobierno Zapatero ha ido socavando el prestigio de España, y causando la desconfianza de la UE por sus decisiones en materia económica y de política exterior. De eso dio ya muestras durante el período de Presidencia Española del Consejo de la UE. Sus llamadas “políticas sociales” sobre la inmigración, el matrimonio de los homosexuales, las demagógicas políticas de igualdad, la indisciplina y el derroche presupuestario, amén de una política exterior errática como el apoyo sin rubor a la dictadura cubana o el desequilibrio de nuestra posición en el conflicto de Oriente Medio a favor de Palestina, han perjudicado notablemente nuestra credibilidad en Europa y en el mundo.

El dilema es si esta clase de gobernantes fracasados deben ser sustituidos por tecnócratas o políticos. La respuesta entiendo que no encierra mucha dificultad. Los gobernantes incompetentes deben ser sustituidos “democráticamente” por gobernantes competentes sean economistas, abogados, funcionarios, empresarios o de cualquier profesión que tengan capacidad de liderazgo, de conformar equipos técnica y profesionalmente prestigiosos y un elevado sentido del Estado para hacer de sus pueblos naciones fuertes y respetadas.

Para ser rigurosos hay que reconocer que Europa está hoy huérfana de liderazgo político y sobrada de eurócratas, burocracia y economicistas. La profunda crisis que padecemos se debe en gran parte a la incapacidad de los líderes europeos para impulsar la Europa “política” más allá de la Europa monetaria. Una moneda común sin el soporte de unas directrices o acuerdos que coordinen la política económica y fiscal, que obliguen coercitivamente a mantener una disciplina en el gasto público, que impulsen un mercado competitivo, una fluida movilidad laboral y una política social sostenible se encontrará cada vez más debilitada para sufrir los embates de una economía global.

Jacques Delors, ex presidente de la Comisión Europea ha advertido que “el euro está al borde del abismo” y que Alemania y Francia han jugado el papel de bomberos. España, tiene que recuperar el liderazgo político perdido y colaborar con decisión en la construcción europea pero sin el seguidismo impuesto por los dos apagafuegos que quieren convertirse en los únicos capitanes del barco. Ello va a suponer una gran capacidad de sacrificio y superación para poner orden en nuestra economía, recuperar la confianza de los mercados, oxigenar y abrir a empresarios y emprendedores nuestro infectado, por activos tóxicos, sistema financiero y un mercado laboral atrayente para los trabajadores que rompa la ascendente y dramática curva de los cinco millones de desempleados que aportamos a la Unión Europea.

Estos objetivos, perfectamente alcanzables por un gobierno que no frivolice con la política del Estado, no son exclusivos de políticos o tecnócratas. Mariano Rajoy ha dado con la fórmula a aplicar, al repetir ya en varias ocasiones, que se rodeará de “ministros competentes”. La competencia, se mide por el rigor, la preparación profesional, el equilibrio personal, incluso en la vida privada y la ética o moralidad en sus actuaciones. La mayoría del pueblo español, tendrá la oportunidad dentro de pocos días de elegir a un candidato que, como Rajoy, demuestre que política y tecnocracia son perfectamente combinables en un gobierno de “ministros competentes”.

Mientras al candidato socialista solo le queda ya el fallido recurso de acudir a los impuestos y más gasto público para reactivar nuestra maltrecha economía, los españoles solo desean un gobernante que, desde el primer día, demuestre a Europa que con capacidad y decisión, España está preparada y dispuesta para afrontar sacrificios y adoptar medidas que nos ayuden a crear empleo y riqueza para distribuirla solidaria y justamente, contribuyendo así a la consolidación de una Unión Europea a la que por vocación y mutuo interés pertenecemos.

Noticias relacionadas

Empezamos el 20 aniversario del traspaso de Juan Pablo II. El pasado 2 de abril hizo 19 años de su muerte, aquel día caía en la víspera de la fiesta de la divina misericordia (del próximo domingo, al término de la Octava de Pascua). El papa Wojtyla proclamó esta fiesta, de algún modo resumiendo su pontificado, como tenía preparado decir aquel día en cuya víspera murió.

Un 16 de abril de 1935, las tropas comandadas por Rafael Franco alcanzan finalmente Charagua, a casi mil kilómetros de distancia al norte del río Paraguay, objetivo boliviano al lanzarse a la guerra. Las fuerzas de Bolivia habían retrocedido casi ochocientos kilómetros desde las posiciones ocupadas al principio de la guerra.

Carlos Cuerpo, desde el mes de diciembre, es el ministro de Economía, Comercio y Empresa. Con respeto a ministros y conceptos, la actualidad del lunes estaba en las agendas y desayunos de los ministros Óscar Puente y Carlos Cuerpo. Europa Press o Nueva Economía Fórum como opciones en un chat de periodistas: ¿A Puente o a Cuerpo? Cuerpo, por conocerlo. Cuerpo, claro.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto