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Lo que es verdad “para mí” no tiene ninguna importancia

Los cuenta cuentos y algunas tesis sencillas

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Ahora que estamos en plena campaña electoral, los mecanismos “cuenta cuentos” de los partidos políticos y de los medios de comunicación se hacen más agudos y adquieren su máxima potencia y difusión.

Un grupo sin pausa

Después de muchos años de presión política, educativa y mediática dirigida a implantar una concepción del mundo, y unas ideas y creencias determinadas, por parte de cierto todopoderoso (hasta no hace mucho) grupo de comunicación, que no tiene pausa, la visión del mundo, la capacidad de argumentación e, incluso, la comprensión lectora del español medio ya no alcanzan ni las más mínimas complejidades.

Discusión sin matices

Todo el blanco o negro, azul o rojo, conmigo o contra mí, No hay espacio para matices ni para actitudes ponderadas. No hay, por no haber, ni un poco de respeto a la complejidad de la labor del pensamiento. Como ejemplo palmario, consulten, si no están convencidos, la “propuestas” de los “indignados”, frutos típicos del sistema educativo actual y de la presión política y mediática de estos años.

En fin, nos han ido contando tantos cuentos, y tantas veces nos los han contado, que los tenemos asumidos como obvios y no nos cabe en la cabeza la posibilidad de que, efectivamente, sean cuentos y, como tales, falsos.

Exceso de información y sentido crítico

Por otro lado, con el acceso cada vez más universal a las tecnologías de la información, cualquier indocumentado tiene un blog y la potencia de amplificación de los cuentos se multiplica de modo exponencial. Porque cuesta horrores separar el grano de la paja.

Ante esto, solo nos queda, como arma personal, el sentido crítico. Se trata de informarse, siempre, a partir de más de una fuente, y fuentes de distinto signo; de no confundir la sensación casi corporal que acompaña a la lectura de un párrafo con el que estamos de acuerdo, con la verdad de ese párrafo; de no confundir lo que a cada uno de nosotros, subjetivamente, nos parece importante, con lo que es importante objetivamente, independientemente de que nos importe a nosotros o no.

Cuatro cosas bien dichas

Teniendo esto en cuenta, entiendo que no estará de más exponer “cuatro cosas bien dichas”, es decir, algunos mensajes claros, algunas cuestiones muy claras que han quedado enterradas en, o distorsionadas por, la avalancha de cuentos, o algunas cuestiones objetivamente dudosas, que nos siguen contando como si tuviesen una claridad meridiana.

Por supuesto, no tienen por qué creerme a mí, en lugar de a los contadores de cuentos habituales de su entorno político o mediático. Más aún, cuando voy a exponer tesis desnudas, sin apenas argumentos. Solo les pido que contemplen, por un momento, la posibilidad de que alguna, varias o todas estas tesis fueran ciertas y, en consecuencia, se informen ustedes mismos, sobre las cuestiones de su interés, sin detenerse en la primera fuente que les proporcione unos datos o una información con la que sientan esa sensación casi corporal.

Aquí van, sin orden, alguna de las tesis:

La Izquierda y la Derecha


1. La división política entre Izquierda y Derecha nació objetivamente durante la Revolución Francesa. En principio, se trató de una designación topográfica de la disposición de los diputados en la Asamblea. En este sentido, la Derecha se configuró como defensora del Antiguo Régimen (el Trono y el Altar), y la Izquierda, quién lo iba a decir, como defensora de la idea de nación como sujeto de la soberanía política. Por tanto, en sentido político originario, hoy ya no existen ni la Izquierda ni la Derecha. La división entre Partidos Políticos obedece, pues, a otras causas.


2. El intervencionismo estatal en la economía no distingue a la Izquierda de la Derecha, como lo prueba la existencia del anarquismo (izquierda no intervencionista) o del fascismo (derecha intervencionista).

El capitalismo salvaje

En ningún momento de la Historia, y en ningún lugar del mundo, ha existido un sistema de mercado libre, criticado por muchos como “capitalismo salvaje”. La época que más se acercó a ello, la Inglaterra del siglo XIX, tuvo, como consecuencia principal, la duplicación de la población inglesa, por el aumento de la esperanza de vida de las clases pobres. Por otra parte, un Estado como el español, donde el gasto público es el 40% del PIB, no es un Estado que permita un “capitalismo salvaje”, o “neoliberalismo”. Ni siquiera un mercado libre, en general.


3. La economía de un país no es un juego de suma cero. Esto quiere decir, simplemente, que los ricos no tienen la culpa de que haya pobres.


4. Un empresario jamás podría explotar a un trabajador si, antes, el gobierno o los sindicatos no le hubieran dado poder para ello. En otras palabras, si el mercado laboral fuera lo suficientemente flexible, cada trabajador defendería perfectamente sus propios derechos laborales. Eso sí, no habría liberados sindicales y habría muchos menos políticos.

Liberalismo y derechos sociales


5. Es rigurosamente falso, desde cualquier punto de vista, que la existencia de los sindicatos haya sido la causa de la aparición de los “derechos laborales”. Hay que buscar esta causa, antes, en la necesidad de expandir los mercados internos, es decir, de crear demanda entre los propios trabajadores. Del mismo modo se ha producido la “liberación” de la mujer. Como dijo alguien, que ahora no recuerdo (ruego me disculpe), el sindicalismo ha sido tan perjudicial al trabajador, como el feminismo para las mujeres y como el ecologismo para la naturaleza.


6. El liberalismo es una doctrina económica que defiende que el Estado no debe hacer lo que puede hacer el individuo por sí mismo, o varios individuos agrupados y puestos de acuerdo. El neoliberalismo…, es lo mismo.

La crisis económica actual y los mercados


7. La crisis económica actual ha sido producida por la manipulación monetaria de los Bancos Centrales, alentados por lo gobiernos. Esta manipulación monetaria ha creado un entrono económico en el que los Bancos, o hacían lo que han hecho efectivamente, o desaparecían (dejando a sus trabajadores en la calle y, quizá, sin depósitos a los depositantes).


8. Los malvados mercados son, en realidad, aquellos que prestan dinero que pide el Estado, con el fin de seguir hipotecando a las generaciones futuras. Como en todos los niveles, el responsable del impago es que le pide el dinero, no el que lo presta. En cualquier caso, quien establece las condiciones para la devolución del dinero es, precisamente, quien lo está prestando.

Referéndum y Redes Sociales


9. Para hacer un referéndum, en primer lugar hay que estar seguros de que la mayor parte del pueblo será capaz de entender la pregunta y, por tanto, las consecuencias de la respuesta. (Véase, no solo el referéndum fallido de Grecia, sino también el realizado en España, sobre la adhesión al Tratado de la UE).


10. Las Redes Sociales son una forma de control social muy avanzada. Antes, casi nadie sabía de qué hablaba con mis amigos; ahora, lo saben todas las empresas y los gobiernos que se lo propongan. Por otro lado, Wikileaks ha hecho, en realidad, mucho daño a la libertad de información.

La Iglesia Católica y los derechos


11. La Iglesia Católica no es un problema político, en ningún sentido que quepa imaginar.


12. Usted no tiene derecho a fumar donde quiera; usted tampoco tiene derecho a exigir que no se fume en su presencia (a no ser que esté en su casa); usted no tiene derecho a internet; no tiene derecho a su fiesta; usted no tiene derecho a que el Estado le proporcione un trabajo, ni a una vivienda digna; no tiene usted derecho a abortar. Sus derechos fundamentales, los de verdad, son la vida, la libertad y la integridad. Como los míos y los de todos. Lo demás, son negocios estatales o de ONG.

ETA y España


13. ETA ha vencido. España pierde.

El beneficio de la duda

Finalmente, cabe la posibilidad de que lo que es “verdad para mí”, no solo no sea verdad objetivamente, sino que, además carezca de importancia. En fin, estadísticamente, dado que tengo estudios universitarios (y pasé por la Educación Secundaria anterior a la LOGSE, Enseñanza Media) y una capacidad de análisis comparable, incluso quizá superior, a la de nuestro Ministro del Interior, cabe la posibilidad de que alguna de estas tesis sea cierta. Incluso varias de ellas. Concédanme, al menos, la posibilidad.

Los cuenta cuentos y algunas tesis sencillas

Lo que es verdad “para mí” no tiene ninguna importancia
Felipe Muñoz
martes, 15 de noviembre de 2011, 08:06 h (CET)
Ahora que estamos en plena campaña electoral, los mecanismos “cuenta cuentos” de los partidos políticos y de los medios de comunicación se hacen más agudos y adquieren su máxima potencia y difusión.

Un grupo sin pausa

Después de muchos años de presión política, educativa y mediática dirigida a implantar una concepción del mundo, y unas ideas y creencias determinadas, por parte de cierto todopoderoso (hasta no hace mucho) grupo de comunicación, que no tiene pausa, la visión del mundo, la capacidad de argumentación e, incluso, la comprensión lectora del español medio ya no alcanzan ni las más mínimas complejidades.

Discusión sin matices

Todo el blanco o negro, azul o rojo, conmigo o contra mí, No hay espacio para matices ni para actitudes ponderadas. No hay, por no haber, ni un poco de respeto a la complejidad de la labor del pensamiento. Como ejemplo palmario, consulten, si no están convencidos, la “propuestas” de los “indignados”, frutos típicos del sistema educativo actual y de la presión política y mediática de estos años.

En fin, nos han ido contando tantos cuentos, y tantas veces nos los han contado, que los tenemos asumidos como obvios y no nos cabe en la cabeza la posibilidad de que, efectivamente, sean cuentos y, como tales, falsos.

Exceso de información y sentido crítico

Por otro lado, con el acceso cada vez más universal a las tecnologías de la información, cualquier indocumentado tiene un blog y la potencia de amplificación de los cuentos se multiplica de modo exponencial. Porque cuesta horrores separar el grano de la paja.

Ante esto, solo nos queda, como arma personal, el sentido crítico. Se trata de informarse, siempre, a partir de más de una fuente, y fuentes de distinto signo; de no confundir la sensación casi corporal que acompaña a la lectura de un párrafo con el que estamos de acuerdo, con la verdad de ese párrafo; de no confundir lo que a cada uno de nosotros, subjetivamente, nos parece importante, con lo que es importante objetivamente, independientemente de que nos importe a nosotros o no.

Cuatro cosas bien dichas

Teniendo esto en cuenta, entiendo que no estará de más exponer “cuatro cosas bien dichas”, es decir, algunos mensajes claros, algunas cuestiones muy claras que han quedado enterradas en, o distorsionadas por, la avalancha de cuentos, o algunas cuestiones objetivamente dudosas, que nos siguen contando como si tuviesen una claridad meridiana.

Por supuesto, no tienen por qué creerme a mí, en lugar de a los contadores de cuentos habituales de su entorno político o mediático. Más aún, cuando voy a exponer tesis desnudas, sin apenas argumentos. Solo les pido que contemplen, por un momento, la posibilidad de que alguna, varias o todas estas tesis fueran ciertas y, en consecuencia, se informen ustedes mismos, sobre las cuestiones de su interés, sin detenerse en la primera fuente que les proporcione unos datos o una información con la que sientan esa sensación casi corporal.

Aquí van, sin orden, alguna de las tesis:

La Izquierda y la Derecha


1. La división política entre Izquierda y Derecha nació objetivamente durante la Revolución Francesa. En principio, se trató de una designación topográfica de la disposición de los diputados en la Asamblea. En este sentido, la Derecha se configuró como defensora del Antiguo Régimen (el Trono y el Altar), y la Izquierda, quién lo iba a decir, como defensora de la idea de nación como sujeto de la soberanía política. Por tanto, en sentido político originario, hoy ya no existen ni la Izquierda ni la Derecha. La división entre Partidos Políticos obedece, pues, a otras causas.


2. El intervencionismo estatal en la economía no distingue a la Izquierda de la Derecha, como lo prueba la existencia del anarquismo (izquierda no intervencionista) o del fascismo (derecha intervencionista).

El capitalismo salvaje

En ningún momento de la Historia, y en ningún lugar del mundo, ha existido un sistema de mercado libre, criticado por muchos como “capitalismo salvaje”. La época que más se acercó a ello, la Inglaterra del siglo XIX, tuvo, como consecuencia principal, la duplicación de la población inglesa, por el aumento de la esperanza de vida de las clases pobres. Por otra parte, un Estado como el español, donde el gasto público es el 40% del PIB, no es un Estado que permita un “capitalismo salvaje”, o “neoliberalismo”. Ni siquiera un mercado libre, en general.


3. La economía de un país no es un juego de suma cero. Esto quiere decir, simplemente, que los ricos no tienen la culpa de que haya pobres.


4. Un empresario jamás podría explotar a un trabajador si, antes, el gobierno o los sindicatos no le hubieran dado poder para ello. En otras palabras, si el mercado laboral fuera lo suficientemente flexible, cada trabajador defendería perfectamente sus propios derechos laborales. Eso sí, no habría liberados sindicales y habría muchos menos políticos.

Liberalismo y derechos sociales


5. Es rigurosamente falso, desde cualquier punto de vista, que la existencia de los sindicatos haya sido la causa de la aparición de los “derechos laborales”. Hay que buscar esta causa, antes, en la necesidad de expandir los mercados internos, es decir, de crear demanda entre los propios trabajadores. Del mismo modo se ha producido la “liberación” de la mujer. Como dijo alguien, que ahora no recuerdo (ruego me disculpe), el sindicalismo ha sido tan perjudicial al trabajador, como el feminismo para las mujeres y como el ecologismo para la naturaleza.


6. El liberalismo es una doctrina económica que defiende que el Estado no debe hacer lo que puede hacer el individuo por sí mismo, o varios individuos agrupados y puestos de acuerdo. El neoliberalismo…, es lo mismo.

La crisis económica actual y los mercados


7. La crisis económica actual ha sido producida por la manipulación monetaria de los Bancos Centrales, alentados por lo gobiernos. Esta manipulación monetaria ha creado un entrono económico en el que los Bancos, o hacían lo que han hecho efectivamente, o desaparecían (dejando a sus trabajadores en la calle y, quizá, sin depósitos a los depositantes).


8. Los malvados mercados son, en realidad, aquellos que prestan dinero que pide el Estado, con el fin de seguir hipotecando a las generaciones futuras. Como en todos los niveles, el responsable del impago es que le pide el dinero, no el que lo presta. En cualquier caso, quien establece las condiciones para la devolución del dinero es, precisamente, quien lo está prestando.

Referéndum y Redes Sociales


9. Para hacer un referéndum, en primer lugar hay que estar seguros de que la mayor parte del pueblo será capaz de entender la pregunta y, por tanto, las consecuencias de la respuesta. (Véase, no solo el referéndum fallido de Grecia, sino también el realizado en España, sobre la adhesión al Tratado de la UE).


10. Las Redes Sociales son una forma de control social muy avanzada. Antes, casi nadie sabía de qué hablaba con mis amigos; ahora, lo saben todas las empresas y los gobiernos que se lo propongan. Por otro lado, Wikileaks ha hecho, en realidad, mucho daño a la libertad de información.

La Iglesia Católica y los derechos


11. La Iglesia Católica no es un problema político, en ningún sentido que quepa imaginar.


12. Usted no tiene derecho a fumar donde quiera; usted tampoco tiene derecho a exigir que no se fume en su presencia (a no ser que esté en su casa); usted no tiene derecho a internet; no tiene derecho a su fiesta; usted no tiene derecho a que el Estado le proporcione un trabajo, ni a una vivienda digna; no tiene usted derecho a abortar. Sus derechos fundamentales, los de verdad, son la vida, la libertad y la integridad. Como los míos y los de todos. Lo demás, son negocios estatales o de ONG.

ETA y España


13. ETA ha vencido. España pierde.

El beneficio de la duda

Finalmente, cabe la posibilidad de que lo que es “verdad para mí”, no solo no sea verdad objetivamente, sino que, además carezca de importancia. En fin, estadísticamente, dado que tengo estudios universitarios (y pasé por la Educación Secundaria anterior a la LOGSE, Enseñanza Media) y una capacidad de análisis comparable, incluso quizá superior, a la de nuestro Ministro del Interior, cabe la posibilidad de que alguna de estas tesis sea cierta. Incluso varias de ellas. Concédanme, al menos, la posibilidad.

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