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Y hay espacio para más

Ya somos siete mil millones

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Según Naciones Unidas, el mundo ha alcanzado ya la mayor cifra de habitantes que han vivido en el planeta. Y de aquí para adelante hay previsiones de todo tipo.

Hay quien prevé un crecimiento exponencial de la población en los próximos 50 años y hay quien calcula que la población humana comienza a dar señales de una futura regresión numérica.

Hoy, mientras muchas personas están ocupadas eligiendo disfraz para Halloween, otros se preocupan por el hecho de que el planeta podría estar al borde de sus límites.

Estamos aumentando 10 mil personas por hora. Y la previsión de la ONU es llegar a 9,3 mil millones en 2050, cuando en 1950 éramos 2,5 mil millones de personas. Cada persona nueva necesita agua, alimentos y energia, y produce más basura y polución. Aumenta el impacto en el planeta y disminuye la cantidad de recursos disponibles. Todos los problemas ambientales son más fáciles de resolver con menos personas.

Piensa que hace 12 años el planeta alcanzó los 6 mil millones de habitantes. Había menos personas, menos coches y más espacio. La economía mundial caminaba por las calles sin amargura, el mercado de trabajo no estaba desbordado, había empleos para todos y parecían buenos tiempos.

Ahora hay más bocas que alimentar, más personas sin trabajo y, paradójicamente, cada vez más recursos son desperdiciados. Algo tendrá que cambiar. Tenemos las condiciones para caber todos en el mismo planeta. Solo falta un poco de organización. Según declaraciones a "The New York Times" del profesor Joel Cohen, de la Universidad de Rockefeller, tenemos agua, comida y otros bienes esenciales para alimentar a cada uno de los siete mil millones y que nada falte.

"El mundo es físicamente capaz de alimentar, abrigar y enriquecer muchas más personas a corto plazo. Entre 1820, en el inicio de la era industrial, y 2008, cuando la economía mundial entró en recesión, la producción económica por persona aumentó once veces". La esperanza de vida se ha triplicado en los últimos años , ascendiendo a una media mundial de 70 años. El número medio de hijos por mujer descendió a cerca de 2,5 en comparación con los 5 de 1950.

Entonces, ¿dónde está el problema?
Está en quien consume y quien produce. O en otras palabras, quien desperdicia. Muchos de los textos sobre el crecimiento de la población mundial se concentran en la África Subsahariana y en los países en desarrollo. Pero no son las personas de Uganda o Nigeria quienes están agotando los recursos. La población, especialmente de los países en desarrollo está creciendo. Algunso especialistas se centran en ello, en, por ejemplo, el aumento de la población en Kenia, donde ese crecimiento supone un problema para los más de 30 millones de kenianos, pero no influye en el resto del mundo porque los kenianos consumen muy poco. El problema del mundo es que cada una de los 300 millones de personas de los Estados Unidos consume tanto como 32 kenianos. Con una población diez veces mayor, EEUU consume 320 veces más que Kenia.

Cerca de la mitad de los alimentos producidos en todo el mundo acaban siendo desperdiciados o se pudren en los campos, supermercados o en nuestros frigoríficos. Por ello, no es un problema llegar a 7 mil millones de personas, sino como usamos los recursos que son para todos.

Ya somos siete mil millones

Y hay espacio para más
Miguel Cañigral
lunes, 31 de octubre de 2011, 08:34 h (CET)
Según Naciones Unidas, el mundo ha alcanzado ya la mayor cifra de habitantes que han vivido en el planeta. Y de aquí para adelante hay previsiones de todo tipo.

Hay quien prevé un crecimiento exponencial de la población en los próximos 50 años y hay quien calcula que la población humana comienza a dar señales de una futura regresión numérica.

Hoy, mientras muchas personas están ocupadas eligiendo disfraz para Halloween, otros se preocupan por el hecho de que el planeta podría estar al borde de sus límites.

Estamos aumentando 10 mil personas por hora. Y la previsión de la ONU es llegar a 9,3 mil millones en 2050, cuando en 1950 éramos 2,5 mil millones de personas. Cada persona nueva necesita agua, alimentos y energia, y produce más basura y polución. Aumenta el impacto en el planeta y disminuye la cantidad de recursos disponibles. Todos los problemas ambientales son más fáciles de resolver con menos personas.

Piensa que hace 12 años el planeta alcanzó los 6 mil millones de habitantes. Había menos personas, menos coches y más espacio. La economía mundial caminaba por las calles sin amargura, el mercado de trabajo no estaba desbordado, había empleos para todos y parecían buenos tiempos.

Ahora hay más bocas que alimentar, más personas sin trabajo y, paradójicamente, cada vez más recursos son desperdiciados. Algo tendrá que cambiar. Tenemos las condiciones para caber todos en el mismo planeta. Solo falta un poco de organización. Según declaraciones a "The New York Times" del profesor Joel Cohen, de la Universidad de Rockefeller, tenemos agua, comida y otros bienes esenciales para alimentar a cada uno de los siete mil millones y que nada falte.

"El mundo es físicamente capaz de alimentar, abrigar y enriquecer muchas más personas a corto plazo. Entre 1820, en el inicio de la era industrial, y 2008, cuando la economía mundial entró en recesión, la producción económica por persona aumentó once veces". La esperanza de vida se ha triplicado en los últimos años , ascendiendo a una media mundial de 70 años. El número medio de hijos por mujer descendió a cerca de 2,5 en comparación con los 5 de 1950.

Entonces, ¿dónde está el problema?
Está en quien consume y quien produce. O en otras palabras, quien desperdicia. Muchos de los textos sobre el crecimiento de la población mundial se concentran en la África Subsahariana y en los países en desarrollo. Pero no son las personas de Uganda o Nigeria quienes están agotando los recursos. La población, especialmente de los países en desarrollo está creciendo. Algunso especialistas se centran en ello, en, por ejemplo, el aumento de la población en Kenia, donde ese crecimiento supone un problema para los más de 30 millones de kenianos, pero no influye en el resto del mundo porque los kenianos consumen muy poco. El problema del mundo es que cada una de los 300 millones de personas de los Estados Unidos consume tanto como 32 kenianos. Con una población diez veces mayor, EEUU consume 320 veces más que Kenia.

Cerca de la mitad de los alimentos producidos en todo el mundo acaban siendo desperdiciados o se pudren en los campos, supermercados o en nuestros frigoríficos. Por ello, no es un problema llegar a 7 mil millones de personas, sino como usamos los recursos que son para todos.

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