Las marchas indignadas que llegaron a Bruselas desde Madrid el 8 de octubre tras dos meses de caminata y asambleas diarias, y fueron recogiendo por el camino apoyos e incorporaciones de nuevos miembros, realizaron en Bruselas la semana del 8 al 15 una serie de actividades de reivindicación, concienciación y puesta en común que se denominó '1er. Foro Social Europeo Indignado'.
Durante una de esas asambleas se leyó la Declaración de Soberanía Popular que había sido consensuada, y que podéis leer a continuación.
Declaración de Soberanía Popular
Nosotros, la gente del mundo, reunidos en la Asamblea Continental de Bruselas,declaramos lo siguiente:
En muchas ocasiones, a lo largo de la historia de la humanidad la sociedad se ha enfrentado a la necesidad del cambio, pero nunca antes fue el cambio tan apremiante como lo es ahora.
Nuestra sociedad es insostenible a nivel global. La explotación voraz de los recursos naturales y de los seres humanos ha creado profundas diferencias de riqueza, de libertad y de oportunidades en todo el planeta. Se ha fomentado el conflicto y se ha condenado a una mayoría de la humanidad a la pobreza o el hambre. Se ha permitido la contaminación de nuestros ríos, nuestra tierra, nuestros mares, el aire, incluso el espacio, lo cual nos dirige a un peligroso cambio de nuestro clima. Todo esto, para la comodidad de algunos y para el beneficio de unos pocos.
Acusamos a la cultura de la codicia.
Acusamos a la economía de los residuos.
Acusamos a la existencia de fronteras.
Acusamos al sistema financiero global, y a todas las empresas e instituciones que lo facilitan y sostienen, de ser responsables del estado de deterioro de nuestro planeta y de la mayoría de las especies que lo habitan. Les acusamos de imponer una hipoteca injusta en la vida de nuestros hijos. Lo acusamos de poner en peligro la supervivencia de la especie humana.
Exigimos un mundo sostenible, y tenemos fe en la capacidad humana para llevarlo a cabo.
Exigimos vivir en paz. Exigimos un mundo en el que las personas se gobiernen a sí mismas en un espíritu de cooperación y hermandad. Exigimos un mundo en el cual los individuos y las comunidades puedan ser autosuficientes en sus necesidades básicas de agua, alimentos y energía. Exigimos que cualquier persona pueda tener la oportunidad de hacer pleno uso de sus talentos para beneficio personal y por el interés de la sociedad.
Creemos en el talento humano. Creemos en la tecnología con fines pacíficos y el bien común. Creemos en el libre intercambio de información. Creemos en el libre acceso al patrimonio cultural de la humanidad. Creemos que los valores humanos no se pueden expresar en términos económicos.
Nosotros, el pueblo, reclamamos nuestro derecho a la vida.
Nosotros, el pueblo, reclamamos nuestro derecho a la libertad.
Nosotros, el pueblo, reclamamos nuestro derecho a la búsqueda de la felicidad.
Los Gobiernos se han convertido en entes destructores de estos principios, y por lo tanto es nuestro derecho, nuestra obligación, reformarlos o abolirlos.
Nosotros, el pueblo, demandamos y declaramos la soberanía popular.
Hacemos un llamamiento a todas las personas en todo el mundo, que resistan pacíficamente a través de la desobediencia civil,
a ocupar los espacios públicos,
a reunirse en asamblea,
a participar en el gobierno,
para liberar la creatividad del individuo para el beneficio de todos, y utilizar nuestra inteligencia colectiva para sentar las bases del mundo que queremos para nosotros y para nuestros descendientes.
Nosotros somos el pueblo.
Tenemos el poder de lograrlo.