Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Libros
Etiquetas | Relatos | Cultura
Un relato de Carla

Los gays

|

No soporto a los gays. Me dan asco. Si soporto a mi amigo Ignacio, que es gay, es porque me acompaña algunos sábados a comprar zapatos, bolsos, camisas y pantalones.

En el trayecto tengo que soportar los rollos sentimentales de Ignacio. Siempre tiene problemas, siempre da problemas. Alguna vez que Ignacio sale conmigo el sábado noche, no para de mirar a los tíos en los pubs, y los tíos asquerosos vienen hasta nosotros, le dan un empujón a Ignacio y se ponen a molestarme sin parar, baboseándome cerca de la cara. Por eso ya no salgo con Ignacio a los pubs ningún sábado noche.

Ahora sólo soporto a mi amigo Ignacio porque me ayuda a probarme los zapatos, bolsos, camisas y pantalones cuando llegamos a casa. Como es gay, le dejo que me los ponga y opine cómo me quedan ante el espejo.

Me ayuda a ponerme la camisa y luego a quitármela, me ayuda a ponerme el pantalón y luego a quitármelo, sentados en la cama, mejor que pasar las fatigas yo sola, y así tengo la opinión gratis de un gay profesional, mejor que una sola ante el espejo.

A veces Ignacio, cuando me ayuda a quitarme y ponerme la ropa, me roza un poco las tetas, o me toca un poco las nalgas, pero siempre por entre el sujetador y las bragas, nada de asquerosidades, y si yo le dejo es sólo porque es gay y no un tío asqueroso.

Los gays

Un relato de Carla
Manuel del Pino
lunes, 26 de junio de 2017, 00:03 h (CET)
No soporto a los gays. Me dan asco. Si soporto a mi amigo Ignacio, que es gay, es porque me acompaña algunos sábados a comprar zapatos, bolsos, camisas y pantalones.

En el trayecto tengo que soportar los rollos sentimentales de Ignacio. Siempre tiene problemas, siempre da problemas. Alguna vez que Ignacio sale conmigo el sábado noche, no para de mirar a los tíos en los pubs, y los tíos asquerosos vienen hasta nosotros, le dan un empujón a Ignacio y se ponen a molestarme sin parar, baboseándome cerca de la cara. Por eso ya no salgo con Ignacio a los pubs ningún sábado noche.

Ahora sólo soporto a mi amigo Ignacio porque me ayuda a probarme los zapatos, bolsos, camisas y pantalones cuando llegamos a casa. Como es gay, le dejo que me los ponga y opine cómo me quedan ante el espejo.

Me ayuda a ponerme la camisa y luego a quitármela, me ayuda a ponerme el pantalón y luego a quitármelo, sentados en la cama, mejor que pasar las fatigas yo sola, y así tengo la opinión gratis de un gay profesional, mejor que una sola ante el espejo.

A veces Ignacio, cuando me ayuda a quitarme y ponerme la ropa, me roza un poco las tetas, o me toca un poco las nalgas, pero siempre por entre el sujetador y las bragas, nada de asquerosidades, y si yo le dejo es sólo porque es gay y no un tío asqueroso.

Noticias relacionadas

Soneto dedicado a la Hermandad del Cristo de los Estudiantes de Córdoba que ha logrado esta imagen, tan cabal como conmovedora, que nos acerca, más aún, al Cristo Vivo del Sagrario.

A pocos días de que comience la Semana Santa, en donde se vive con especial devoción en lugares tan emblemáticos como Sevilla, cae en nuestras manos una característica novela negra del escritor Fran Ortega. Los hijos de justo comienza con el capellán de la Macarena degollado en la Basílica, en donde, además, no hay rastro de la imagen de la virgen. 

Te he mirado Señor, como otras veces, pero hoy tu rostro está más afligido. Sé que ahora te sientes muy herido por agravios que tu no te mereces.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto