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La crisis de ideas propicia la copia y la “inspiración”

Películas de culto condenadas al remake

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La Fuga de Logan es una película que sucede en un mundo dominado por las máquinas, en el siglo 23. En ese mundo, los humanos son creados a través de clonación y están entregados a una vida de ocio y placer. Eso sí, con un pequeño inconveniente: con 30 años tienen que se someterse a una muerte voluntaria. Adornada con mucha espiritualidad y palabrería, eso sí.

La ciencia-ficción ha especulado y coqueteado muchas veces con la teoría de que acabaremos dominados por las máquinas. Para estos escenarios apocalípticos, se han ideado vestuarios futuristas de lo más imaginativos. De hecho La fuga de Logan ganó un Premio Saturn en 1977 a mejor vestuario, entre otros muchos premios. Jenny Agutter y Michael York encarnan a los protagonistas, ataviados con unos sensuales y sugerentes trajes en un mundo subterráneo plagado de luces de neón multicolor y lásers. Hay un remake programado de la mano del guionista Alex Garland y dirigido por Carl Rinsch. ¿Podrá igualar o por lo menos, este fantástico vestuario y su lograda ambientación?

Otra película amenazada con tener un remake es Barbarella. Su reconocible vestuario, realizado por el diseñador Paco Rabbane, hace de Jane Fonda una heroína de cómic sensual y bella. El argumento de la película no es lo destacable en Barbarella, se quedó en un segundo plano, no es una película “profunda”. Lo que realmente la encumbró a película de culto fue la belleza de Jane Fonda, sus escenarios y el impecable trabajo de Paco Rabbane. El nivel de su estética, a los bajos niveles de originalidad que estamos hablando actualmente, es impensable.

Blade Runner tampoco se ha escapado a las garras de la carencia imaginativa: el propio director de la original, Riddley Scott, tiene en mente hacer un remake de Blade Runner. Me surge la duda de si cambiará su afamada estética (inspirada en la visionaria Metrópolis). Esto de rehacer una película ya lo hizo Michel Haneke con su Funny Games, para conmemorar su aniversario. El resultado no fue peor. Algunas cosas mejoraron y otras se quedaron igual. Así que puedo presuponer, o eso espero, que Riddley Scott pretende “mejorar” Blade Runner.

Un remake tocado y hundido ha sido el de la serie V. No ha apasionado ni ha gustado a un público que aún tiene en la memoria a la V original. Que le gusta tal y cómo estaba, con sus imperfecciones. La crisis de ideas ha dado lugar a un empacho de secuelas, precuelas, remakes y guiones. Si hay algo bien hecho y no puedes mejorarlo, ¿qué sentido tiene rehacerlo?

Aunque estaba enmarcada en el Siglo 23, no le faltaba razón a La Fuga de Logan: estamos dominados por las máquinas. No porque nos digan lo que tenemos que hacer, sino porque estamos supeditadas a ellas. No hay ideas nuevas. Se buscan en el pasado, se copian y luego se mal llaman inspiraciones. Pero no crean que soy apocalíptica. Creo que esta humanidad es como un adolescente que va hacia la madurez: necesita superar un bache, madurar y superarse.



Películas de culto condenadas al remake

La crisis de ideas propicia la copia y la “inspiración”
Teresa Gascón
viernes, 21 de octubre de 2011, 13:12 h (CET)
La Fuga de Logan es una película que sucede en un mundo dominado por las máquinas, en el siglo 23. En ese mundo, los humanos son creados a través de clonación y están entregados a una vida de ocio y placer. Eso sí, con un pequeño inconveniente: con 30 años tienen que se someterse a una muerte voluntaria. Adornada con mucha espiritualidad y palabrería, eso sí.

La ciencia-ficción ha especulado y coqueteado muchas veces con la teoría de que acabaremos dominados por las máquinas. Para estos escenarios apocalípticos, se han ideado vestuarios futuristas de lo más imaginativos. De hecho La fuga de Logan ganó un Premio Saturn en 1977 a mejor vestuario, entre otros muchos premios. Jenny Agutter y Michael York encarnan a los protagonistas, ataviados con unos sensuales y sugerentes trajes en un mundo subterráneo plagado de luces de neón multicolor y lásers. Hay un remake programado de la mano del guionista Alex Garland y dirigido por Carl Rinsch. ¿Podrá igualar o por lo menos, este fantástico vestuario y su lograda ambientación?

Otra película amenazada con tener un remake es Barbarella. Su reconocible vestuario, realizado por el diseñador Paco Rabbane, hace de Jane Fonda una heroína de cómic sensual y bella. El argumento de la película no es lo destacable en Barbarella, se quedó en un segundo plano, no es una película “profunda”. Lo que realmente la encumbró a película de culto fue la belleza de Jane Fonda, sus escenarios y el impecable trabajo de Paco Rabbane. El nivel de su estética, a los bajos niveles de originalidad que estamos hablando actualmente, es impensable.

Blade Runner tampoco se ha escapado a las garras de la carencia imaginativa: el propio director de la original, Riddley Scott, tiene en mente hacer un remake de Blade Runner. Me surge la duda de si cambiará su afamada estética (inspirada en la visionaria Metrópolis). Esto de rehacer una película ya lo hizo Michel Haneke con su Funny Games, para conmemorar su aniversario. El resultado no fue peor. Algunas cosas mejoraron y otras se quedaron igual. Así que puedo presuponer, o eso espero, que Riddley Scott pretende “mejorar” Blade Runner.

Un remake tocado y hundido ha sido el de la serie V. No ha apasionado ni ha gustado a un público que aún tiene en la memoria a la V original. Que le gusta tal y cómo estaba, con sus imperfecciones. La crisis de ideas ha dado lugar a un empacho de secuelas, precuelas, remakes y guiones. Si hay algo bien hecho y no puedes mejorarlo, ¿qué sentido tiene rehacerlo?

Aunque estaba enmarcada en el Siglo 23, no le faltaba razón a La Fuga de Logan: estamos dominados por las máquinas. No porque nos digan lo que tenemos que hacer, sino porque estamos supeditadas a ellas. No hay ideas nuevas. Se buscan en el pasado, se copian y luego se mal llaman inspiraciones. Pero no crean que soy apocalíptica. Creo que esta humanidad es como un adolescente que va hacia la madurez: necesita superar un bache, madurar y superarse.



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