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Como en el abril de Wisconsin el parlamento chileno fué ocupado ayer por ciudadanos de su pais cansados de ser dejados de lado

Los estudiantes chilenos toman el Parlamento

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Están pasando cosas muy interesantes este año, desde la perspectiva de las relaciones de poder entre los gobiernos y los gobernados, o más bien entre los malgobernados y los malgobernantes.

El día de ayer, rico en noticias de trascendencia como la muerte de Gadafi o el anuncio de ETA de que abandona definitivamente las armas, nos trajo una noticia sorprendente: Una treintena de estudiantes chilenos de secundaria entraron en el congreso, hasta una de las salas en la que estaban reunidos un ministro y varias personas, para continuar con la reivindicación de educación pública gratuita para todos. El ministro opto por abandonar la sala (corriendo), y ellos decidieron quedarse.


A lo largo de las más de 7 horas que duró la ocupación los estudiantes mantuvieron varias lineas de videotransmisión en directo (streaming), lo más parecido en internet a una cobertura televisiva en directo. Una de ellas se podía seguir en la dirección Twitcam.livestream.com, desde la que el estudiante de 18 años Isaac Gajardo le contaba al mundo lo que estaba pasando. Decía (entre otras muchas cosas) que se trataba de una acción de todos los chilenos, no solo estudiantes, que reclamaban una asamblea constituyente para la redacción de una nueva Constitución (Chile mantiene vigente la constitución de 1980, que se redactó durante la dictadura de Pinochet).

La ocupación fue pacífica. Vamos, que entraron andando, de forma un poco tumultuosa (si no no habrían podido entrar, claro). La acción de reivindicación delante del ministro fue ruidosa, tanto como para que se asustara algún asesor y le hicieran salir a toda prisa. Pero en todo momento se trató de una acción pacífica, donde no se produjo un solo golpe o acción intimidatoria, más allá de la determinación de entrar, de estar, y de hacerse oír.

Después de la impresionante demostración a lo largo del planeta del pasado sábado 15 de octubre en la que millones de personas salieron a la calle en más de 900 ciudades para reivindicar un cambio, un ser tenidos en cuenta por sus gobiernos, vemos que la lucha por cambiar las actuales formas de gobernar continua. Empezó Islandia, siguieron Grecia, Wisconsin, Tunez, Egipto, Libia, Chile, España, USA ... la activación de la sociedad civil oponiéndose a sus gobernantes empieza a cobrar brío.

En esta era de información instantánea la aplastante mayoría que queda fuera de la decisión política (en España, por ejemplo, solo el 25% del electorado es capaz de imponer una mayoría absoluta, con lo que el 75% de la población con derecho a voto se convierte en minoría de facto) ha decidido rebelarse y buscar un cambio.

En España el sábado 15-O después de la manifestación se produjo la ocupación y puesta en uso de dos edificios abandonados, un hotel en Madrid, y otro edificio en Barcelona. Hoy en Chile ha sido el parlamento el edificio ocupado (temporalmente). Estamos ante una forma de buscar ser tenidos en cuenta más firme, aunque igual de serena.La mayoría de los derechos que tenemos hoy fueron delitos algún tiempo atrás. La libertad de expresión o reunión, la propia libertad de decidir, el tiempo de trabajo, el voto femenino, el voto (de todos), la educación infantil. Ha llegado un nuevo tiempo de lucha por mantener los derechos que anteriormente fueron peleados, y también por conquistar nuevos derechos.

Los bancos han recibido una transfusión de dinero para que sobrevivan, pero ese dinero sale de nuestro sudor. Los ciudadanos sabemos que la opresión de quitar a los pobres para dar a los ricos debe parar, y debe parar ya. Sabemos que es nuestra forma de vida la que está en juego. Nuestra educación y la de nuestros hijos, nuestra sanidad y la de nuestros mayores, la vivienda, el trabajo, la justicia, la igualdad, la asistencia. Todo lo que le da sentido a la existencia del estado debe garantizarse, y para eso los ciudadanos hemos abandonado nuestra desidia y hemos pasado a la acción. ¡Volvemos a tener voz, todos los días!.

Agradecerle a Manuel Thunder su indisensable cobertura. Es un excelente enlace con lo que pasa por el mundo.

Los estudiantes chilenos toman el Parlamento

Como en el abril de Wisconsin el parlamento chileno fué ocupado ayer por ciudadanos de su pais cansados de ser dejados de lado
Luis W. Sevilla
viernes, 21 de octubre de 2011, 09:12 h (CET)
Están pasando cosas muy interesantes este año, desde la perspectiva de las relaciones de poder entre los gobiernos y los gobernados, o más bien entre los malgobernados y los malgobernantes.

El día de ayer, rico en noticias de trascendencia como la muerte de Gadafi o el anuncio de ETA de que abandona definitivamente las armas, nos trajo una noticia sorprendente: Una treintena de estudiantes chilenos de secundaria entraron en el congreso, hasta una de las salas en la que estaban reunidos un ministro y varias personas, para continuar con la reivindicación de educación pública gratuita para todos. El ministro opto por abandonar la sala (corriendo), y ellos decidieron quedarse.


A lo largo de las más de 7 horas que duró la ocupación los estudiantes mantuvieron varias lineas de videotransmisión en directo (streaming), lo más parecido en internet a una cobertura televisiva en directo. Una de ellas se podía seguir en la dirección Twitcam.livestream.com, desde la que el estudiante de 18 años Isaac Gajardo le contaba al mundo lo que estaba pasando. Decía (entre otras muchas cosas) que se trataba de una acción de todos los chilenos, no solo estudiantes, que reclamaban una asamblea constituyente para la redacción de una nueva Constitución (Chile mantiene vigente la constitución de 1980, que se redactó durante la dictadura de Pinochet).

La ocupación fue pacífica. Vamos, que entraron andando, de forma un poco tumultuosa (si no no habrían podido entrar, claro). La acción de reivindicación delante del ministro fue ruidosa, tanto como para que se asustara algún asesor y le hicieran salir a toda prisa. Pero en todo momento se trató de una acción pacífica, donde no se produjo un solo golpe o acción intimidatoria, más allá de la determinación de entrar, de estar, y de hacerse oír.

Después de la impresionante demostración a lo largo del planeta del pasado sábado 15 de octubre en la que millones de personas salieron a la calle en más de 900 ciudades para reivindicar un cambio, un ser tenidos en cuenta por sus gobiernos, vemos que la lucha por cambiar las actuales formas de gobernar continua. Empezó Islandia, siguieron Grecia, Wisconsin, Tunez, Egipto, Libia, Chile, España, USA ... la activación de la sociedad civil oponiéndose a sus gobernantes empieza a cobrar brío.

En esta era de información instantánea la aplastante mayoría que queda fuera de la decisión política (en España, por ejemplo, solo el 25% del electorado es capaz de imponer una mayoría absoluta, con lo que el 75% de la población con derecho a voto se convierte en minoría de facto) ha decidido rebelarse y buscar un cambio.

En España el sábado 15-O después de la manifestación se produjo la ocupación y puesta en uso de dos edificios abandonados, un hotel en Madrid, y otro edificio en Barcelona. Hoy en Chile ha sido el parlamento el edificio ocupado (temporalmente). Estamos ante una forma de buscar ser tenidos en cuenta más firme, aunque igual de serena.La mayoría de los derechos que tenemos hoy fueron delitos algún tiempo atrás. La libertad de expresión o reunión, la propia libertad de decidir, el tiempo de trabajo, el voto femenino, el voto (de todos), la educación infantil. Ha llegado un nuevo tiempo de lucha por mantener los derechos que anteriormente fueron peleados, y también por conquistar nuevos derechos.

Los bancos han recibido una transfusión de dinero para que sobrevivan, pero ese dinero sale de nuestro sudor. Los ciudadanos sabemos que la opresión de quitar a los pobres para dar a los ricos debe parar, y debe parar ya. Sabemos que es nuestra forma de vida la que está en juego. Nuestra educación y la de nuestros hijos, nuestra sanidad y la de nuestros mayores, la vivienda, el trabajo, la justicia, la igualdad, la asistencia. Todo lo que le da sentido a la existencia del estado debe garantizarse, y para eso los ciudadanos hemos abandonado nuestra desidia y hemos pasado a la acción. ¡Volvemos a tener voz, todos los días!.

Agradecerle a Manuel Thunder su indisensable cobertura. Es un excelente enlace con lo que pasa por el mundo.

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