“Pecados de juventud”. Eso es lo que significa para Sebastian Nerz, presidente del Partido Pirata alemán, la antigua filiación neonazi de algunos miembros de su agrupación política.
En una entrevista concedida al diario Die Welt, Nerz también ha afirmado que “se debe perdonar la ingenuidad adolescente”.
Mientras Nerz apoya la presencia de antiguos neonazis en sus filas, su número dos, Bernd Schlömer, se ha posicionado frontalmente en contra y en unas declaraciones al Tageszeitung ha declarado de forma tajante que “en el Partido Pirata no hay sitio para antiguos miembros del NPD”. Schlömer no cree que gente que ha apoyado previamente las tesis neonazis pueda compartir los objetivos del Partido Pirata en la actualidad.
La polémica ha saltado tras el éxito electoral del autodenominado partido de la sociedad de la información, que en las elecciones regionales celebradas en Berlín el pasado mes de septiembre obtuvo por primera vez representación en una cámara federal. Este triunfo ha provocado una avalancha de nuevos militantes, procedentes sobre todo de sectores jóvenes del antiguo Berlín Este.
