Después de 10 años de exitosos programas y labor social, los pilares de tan importante herramienta cultural se ven resquebrajados a raíz de los polémicos comentarios realizados por el presidente de la Junta de Extremadura, José Antonio Monago, en los que cuestionaba la continuidad de la OEX.
En parte es comprensible que hiciera tales declaraciones debido a la falta de información acerca de las arcas y gestión económica de la orquesta, sin embargo decir que con los fondos usados para que la OEX sea financiada se podría “dar de comer” a otras familias, podría catalogarse de frívolo, teniendo en cuenta no sólo el cometido social que tiene la orquesta, sino que en ella trabajan entre 50 y 60 músicos, es decir, entre 50 y 60 familias, cuyos sueldos están muy por debajo de los que perciben los responsables de gerencia… situación común en tantas orquestas de toda España, donde no se para de reducir plantilla en vez de atajar la verdadera fuente del problema.
Ante tal situación, se han movilizado músicos y simpatizantes de la orquesta con la recolecta de firmas para pedir una garantía que les asegure la continuidad de la orquesta, la cual sólo ha podido programar la mitad de esta presente temporada; además se ha ofrecido un concierto para solicitar a la Junta que aporte soluciones que aseguren el futuro de la orquesta. La consejera de educación y cultura Trinidad Nogales, se pronunció diciendo que están muy satisfechos con el trabajo artístico de la orquesta, la cual se ha convertido en un emblema de la cultura extremeña, pero también se ha referido a la opacidad y mala gestión económica de la misma.
Parece ser que la situación cultural del país sigue resintiéndose de forma proporcional a la económica y que los bolsillos de los que la provocan están blindados a prueba de crisis.