Todas las mañanas me levanto conectada. Con unas tostadas y un buen tazón de leche con chocolate los días empiezan mucho mejor. Pero últimamente el buen sabor que deja el desayuno dura muy poco debido a las noticias que a esas horas ya se escuchan en el salón de mi casa. Y esta semana, por supuesto, no ha sido para menos. Paro, OTAN, recortes, protestas, huelgas... Educación y Sanidad son estos días las materias de las que más se habla. Pero permítanme que por cercanía y por interés sea la Educación en España quien protagonice estas lineas.
La Educación en nuestro país no se caracteriza precisamente por ocupar puestos altos en cuanto a calidad y resultados, y aún así, es una de las primeras materias en las que comienzan siempre a aplicarse recortes. Estos recortes no afectan a los sueldos de los dirigentes. Tampoco afectan a su nivel de vida, pues coches, teléfonos móviles y demás caprichos del día a día no se ven afectados por los temidos tijeretazos. Afectan a lo más básico, a lo que todos los ciudadanos necesitan para mejorar un futuro que se advierte ya de por sí muy negro.
Sindicatos, profesores y afectados culpabilizan a gobiernos autonómicos (generalmente del Partido Popular), por tocar lo intocable. Estos mismos gobiernos autonómicos culpabilizan al gobierno central por haber provocado esta situación que les obliga a efectuar dichos recortes. Los unos contra los otros, y los otros contra los unos. Todos ellos tan preocupados por colorear la cara del contrincante, que no alzanzan a entender algo tan básico como que con la educación no se juega.
Señores políticos de uno y otro signo y sindicalistas del mundo de la enseñanza, dejen ya de usar la Educación como arma política por el bien de aquellos a los que ustedes dicen defender, los estudiantes. Basta ya de manipular las mentes de quienes les admiran y respetan. Señores profesores, enseñen a sus alumnos más allá del partidismo, más allá de sus propios intereses como funcionarios afectados. Ayuden en la formación de mentes críticas que logren distinguir el día de mañana una buena política respecto de una mala acción, sin importar color, signo o tendencia ideológica.
Nuestro deber como ciudadanos es exigir a nuestros políticos grandes pactos en las materias de Educación y Sanidad para que temas tan serios como la enseñanza y la salud dejen de ser armas recurrentes cuando se avecinan elecciones. Por el momento sólo UPyD, liderado por la valiente Rosa Díez, propone que las competencias en materia de educación vuelvan al gobierno central para evitar así desigualdades entre estudiantes de distintas comunidades autónomas, sin duda una propuesta muy a tener en cuenta para quienes dicen preocuparse por el mundo de la eduación en España.