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El fotógrafo Terry Richardson le da marcha

El oso de Tous deja de ser ñoño

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Terry Richardson, el niño terrible de los fotógrafos de moda y tendencias, el amo de las modelos, de las grandes campañas y de los bloggers mas apreciados y también de los más desconocidos, ha sido contratado por los joyeros Tous para la campaña de celebración de los veinticinco años de su encuentro con ese osito que ya lleva un cuarto de siglo dando la vuelta al mundo.



Sesión de fotos en el hotel Saint Regis de NY.

Ositos de peluche durante la infancia
Los osos, esos juguetes de peluche que han acunado las noches infantiles de miles de niños en los cinco continentes, tienen una entidad difícil de explicar, los sociólogos han querido encontrar a ese peluche como un amigo infantil alejado de la malicia y buen guardián de los cándidos sueños infantiles.

Los osos de peluche, los otros están arrinconados en los zoos o en su hábitat natural lejanos de nuestras vidas y tan sólo los vemos en películas o en los documentales del National Geografic, forman parte del cotidiano vivir de los pequeños de la casa. Cuando a una niña le das un peluche en forma de oso sus ojos se le iluminan, es, hasta hoy, uno de los regalos mas apreciados, sea del color que sea, si tiene un color reluciente e impactante, mucho mejor.

El oso es ese peluche que se deja acariciar sin mostrar menosprecio alguno, es tan personal que para los niños supone tener un colega al que contarle historias que jamás serán desveladas, es un juguete en el que confiar y además produce sensaciones de placer, su suave tacto invita a la caricia, al bienestar y por eso muchas madres les dan un oso de peluche a sus hijos a la hora de dormir pues saben que sus sueños albergarán algo entrañable para que su despertar sea más equilibrado que no el del guaguau del perro o bien el cantar de un gallo mañanero.

En lugar de un peluche una tortuga llamada Matilde
De pequeña jamás tuve un oso de peluche pero si tuve una tortuga viva, Matilde, nunca entendí porque caminaba tan despacio, tenía largas conversaciones con ella y me entendía a la perfección pues con su caminar cansino parecía escucharme y nunca me llevaba la contraria como hacían mis padres.

El único juguete que entró en mi casa fue Matilde, los Reyes Magos llegaban a casa mucho antes de la noche del seis de enero, los Reyes, que no Papa Noel, traían por anticipado el Día de Navidad los turrones, pocos, y el cava que se iba a consumir en esos días tan familiares. La noche de Reyes me traían algunos dulces y al día siguiente, con puntualidad, un año más.



Modelo con joyas.
Nunca en mi infancia encontré a faltar un muñeco de peluche, supongo que porque sabía que era imposible que ese compañero llegara a nuestra casa, pero mi padre, cuidador de una bosque cercano al pueblo donde nací, me hablaba de los animales, de su procedencia, él cada día se encontraba con muchos de ellos y formaban parte de su vida y también de la mía, nunca me habló de los osos porque no los había en el bosque donde el trabajaba, crecí en otro ambiente, en casa además de Matilde habían un gallo y dos gallinas. Cuando íbamos a visitar a uno de mis tíos, que vivían en una casa de payés fuera del pueblo, ayudaba a mi tía y primos a la hora de dar de comer a los cerdos, caballos y conejos, digamos que de niña supe lo que era la compañía viva de los animales a los que siempre aprecié, me entretuve con ellos, y tengo gratos recuerdos de aquellos días.

Entre mis vivencias infantiles no está el haber dormido nunca abrazada a un osito de peluche, pero si pude ver cómo lo llevaban mis amigas que sí recibían esos regalos, nunca se me pasó por la mente cogerlos, pues creí siempre que se trataba de piezas muy frágiles.

Nace el oso Tous
Por lo tanto los osos, vivos o de peluche, llegan en mi juventud, pasan de largo en mi vida, hay otros asuntos que me interesan más y me doy cuenta de su existencia cuando hace veinticinco años Rosa Oriol de Tous los descubre para su colección de joyas en una tienda de juguetes donde dormitaban una pléyade de osos que le inspiraron para crear esa criatura en el material más apreciado en estos días, el oro, que se ha convertido en estos tiempos de crisis en el refugio de los inversores. Antes, recordémoslo, la gente invertía comprando pisos, cuando la burbuja inmobiliaria se pincha desinflándose y deja a todo el mundo, especialmente a los inversionistas, viviendo peligrosamente los ladrillos ya no sirven como refugio del dinero, sea blanco o negro, y si en cambio los lingotes de oro.

Rosa Oriol de Tous ha creado, conjuntamente con su marido y sus hijas, un imperio basado en el mundo del oso, osos de todo tipo y en materiales distintos han forjado el mundo Tous a lo largo de infinidad de países.

Cumpleaños en Nueva York
Veinticinco años para los Tous han pasado volando y su oso está en los lugares más recónditos de todos los continentes. El oso de Tous llegó en un momento en que la joyería era muy clásica y estaba encallada en los tiempos de nuestras abuelas, la perla y el diamante, en sus distintas dimensiones, eran los materiales habituales para pendientes de primera comunión, para regalo de pedida, para celebrar el nacimiento de un hijo, para una boda o para una comunión, sota, caballo y rey, nada más. Los Tous, con su oso, hicieron miles de modelos y distintas propuestas, el mercado estaba ávido de novedades y el oso era el animal que tenía más capacidad de aceptación por miles de personas, muy especialmente mujeres, de todas las edades y condiciones, los Tous democratizaron la joya con este animal precioso.

Después de veinticinco años de vicisitudes, la mayoría experiencias excitantes, ahora lo celebran con una serie de fotos realizadas en la ciudad que nunca duerme y en donde los sueños y las ilusiones si uno es constante y al pasar el tren de la oportunidad lo coge en ese preciso momento se puede conseguir lo máximo y más deseado, estoy hablando de Nueva York.



Modelos junto al oso de Tous.
Allí Terry Richardson, fotógrafo de moda que conoce bien su ciudad, les dijo a Rosa Oriol y a Rosa Tous: “Quiero conseguir un oso divertido pero con un toque transgresor” y después de esta afirmación puso a todo su equipo acompañado de las dos Rosas a rastrear esa ciudad que tanto sorprende. Fueron días de conocer y saborear el lujo y los bajos fondos que anidan y dan calor y color a las grandes ciudades. En el equipo de Terry estaban la estilista Juila von Boehm, el peluquero Bob Recine y el maquillador Frank B. y no precisamente para hacerle una “mise en plis” al oso sino al elenco variado de modelos para que lo lucieran en una estética intimista, sexy y actual, tanto en el rodaje en el Hotel St., Regis como en el resto de la ciudad de Nueva York donde trabajaron afanosamente.

El oso parece que está en paradero desconocido incluso para su creadora que en el momento de preguntarle por dónde andaba aseguró: “Le pierdo la pista, ahora creo que anda por Hong Kong pero últimamente se muestra tan travieso, me huye y creo que ya está por todo el mundo, a mi, la verdad, me encanta que esté tan arrebatadoramente divertido”. Pero seguro que en cualquier tienda Tous de cualquier parte del mundo está esperándonos.

El oso de Tous deja de ser ñoño

El fotógrafo Terry Richardson le da marcha
Teresa Berengueras
lunes, 3 de octubre de 2011, 07:21 h (CET)
Terry Richardson, el niño terrible de los fotógrafos de moda y tendencias, el amo de las modelos, de las grandes campañas y de los bloggers mas apreciados y también de los más desconocidos, ha sido contratado por los joyeros Tous para la campaña de celebración de los veinticinco años de su encuentro con ese osito que ya lleva un cuarto de siglo dando la vuelta al mundo.



Sesión de fotos en el hotel Saint Regis de NY.

Ositos de peluche durante la infancia
Los osos, esos juguetes de peluche que han acunado las noches infantiles de miles de niños en los cinco continentes, tienen una entidad difícil de explicar, los sociólogos han querido encontrar a ese peluche como un amigo infantil alejado de la malicia y buen guardián de los cándidos sueños infantiles.

Los osos de peluche, los otros están arrinconados en los zoos o en su hábitat natural lejanos de nuestras vidas y tan sólo los vemos en películas o en los documentales del National Geografic, forman parte del cotidiano vivir de los pequeños de la casa. Cuando a una niña le das un peluche en forma de oso sus ojos se le iluminan, es, hasta hoy, uno de los regalos mas apreciados, sea del color que sea, si tiene un color reluciente e impactante, mucho mejor.

El oso es ese peluche que se deja acariciar sin mostrar menosprecio alguno, es tan personal que para los niños supone tener un colega al que contarle historias que jamás serán desveladas, es un juguete en el que confiar y además produce sensaciones de placer, su suave tacto invita a la caricia, al bienestar y por eso muchas madres les dan un oso de peluche a sus hijos a la hora de dormir pues saben que sus sueños albergarán algo entrañable para que su despertar sea más equilibrado que no el del guaguau del perro o bien el cantar de un gallo mañanero.

En lugar de un peluche una tortuga llamada Matilde
De pequeña jamás tuve un oso de peluche pero si tuve una tortuga viva, Matilde, nunca entendí porque caminaba tan despacio, tenía largas conversaciones con ella y me entendía a la perfección pues con su caminar cansino parecía escucharme y nunca me llevaba la contraria como hacían mis padres.

El único juguete que entró en mi casa fue Matilde, los Reyes Magos llegaban a casa mucho antes de la noche del seis de enero, los Reyes, que no Papa Noel, traían por anticipado el Día de Navidad los turrones, pocos, y el cava que se iba a consumir en esos días tan familiares. La noche de Reyes me traían algunos dulces y al día siguiente, con puntualidad, un año más.



Modelo con joyas.
Nunca en mi infancia encontré a faltar un muñeco de peluche, supongo que porque sabía que era imposible que ese compañero llegara a nuestra casa, pero mi padre, cuidador de una bosque cercano al pueblo donde nací, me hablaba de los animales, de su procedencia, él cada día se encontraba con muchos de ellos y formaban parte de su vida y también de la mía, nunca me habló de los osos porque no los había en el bosque donde el trabajaba, crecí en otro ambiente, en casa además de Matilde habían un gallo y dos gallinas. Cuando íbamos a visitar a uno de mis tíos, que vivían en una casa de payés fuera del pueblo, ayudaba a mi tía y primos a la hora de dar de comer a los cerdos, caballos y conejos, digamos que de niña supe lo que era la compañía viva de los animales a los que siempre aprecié, me entretuve con ellos, y tengo gratos recuerdos de aquellos días.

Entre mis vivencias infantiles no está el haber dormido nunca abrazada a un osito de peluche, pero si pude ver cómo lo llevaban mis amigas que sí recibían esos regalos, nunca se me pasó por la mente cogerlos, pues creí siempre que se trataba de piezas muy frágiles.

Nace el oso Tous
Por lo tanto los osos, vivos o de peluche, llegan en mi juventud, pasan de largo en mi vida, hay otros asuntos que me interesan más y me doy cuenta de su existencia cuando hace veinticinco años Rosa Oriol de Tous los descubre para su colección de joyas en una tienda de juguetes donde dormitaban una pléyade de osos que le inspiraron para crear esa criatura en el material más apreciado en estos días, el oro, que se ha convertido en estos tiempos de crisis en el refugio de los inversores. Antes, recordémoslo, la gente invertía comprando pisos, cuando la burbuja inmobiliaria se pincha desinflándose y deja a todo el mundo, especialmente a los inversionistas, viviendo peligrosamente los ladrillos ya no sirven como refugio del dinero, sea blanco o negro, y si en cambio los lingotes de oro.

Rosa Oriol de Tous ha creado, conjuntamente con su marido y sus hijas, un imperio basado en el mundo del oso, osos de todo tipo y en materiales distintos han forjado el mundo Tous a lo largo de infinidad de países.

Cumpleaños en Nueva York
Veinticinco años para los Tous han pasado volando y su oso está en los lugares más recónditos de todos los continentes. El oso de Tous llegó en un momento en que la joyería era muy clásica y estaba encallada en los tiempos de nuestras abuelas, la perla y el diamante, en sus distintas dimensiones, eran los materiales habituales para pendientes de primera comunión, para regalo de pedida, para celebrar el nacimiento de un hijo, para una boda o para una comunión, sota, caballo y rey, nada más. Los Tous, con su oso, hicieron miles de modelos y distintas propuestas, el mercado estaba ávido de novedades y el oso era el animal que tenía más capacidad de aceptación por miles de personas, muy especialmente mujeres, de todas las edades y condiciones, los Tous democratizaron la joya con este animal precioso.

Después de veinticinco años de vicisitudes, la mayoría experiencias excitantes, ahora lo celebran con una serie de fotos realizadas en la ciudad que nunca duerme y en donde los sueños y las ilusiones si uno es constante y al pasar el tren de la oportunidad lo coge en ese preciso momento se puede conseguir lo máximo y más deseado, estoy hablando de Nueva York.



Modelos junto al oso de Tous.
Allí Terry Richardson, fotógrafo de moda que conoce bien su ciudad, les dijo a Rosa Oriol y a Rosa Tous: “Quiero conseguir un oso divertido pero con un toque transgresor” y después de esta afirmación puso a todo su equipo acompañado de las dos Rosas a rastrear esa ciudad que tanto sorprende. Fueron días de conocer y saborear el lujo y los bajos fondos que anidan y dan calor y color a las grandes ciudades. En el equipo de Terry estaban la estilista Juila von Boehm, el peluquero Bob Recine y el maquillador Frank B. y no precisamente para hacerle una “mise en plis” al oso sino al elenco variado de modelos para que lo lucieran en una estética intimista, sexy y actual, tanto en el rodaje en el Hotel St., Regis como en el resto de la ciudad de Nueva York donde trabajaron afanosamente.

El oso parece que está en paradero desconocido incluso para su creadora que en el momento de preguntarle por dónde andaba aseguró: “Le pierdo la pista, ahora creo que anda por Hong Kong pero últimamente se muestra tan travieso, me huye y creo que ya está por todo el mundo, a mi, la verdad, me encanta que esté tan arrebatadoramente divertido”. Pero seguro que en cualquier tienda Tous de cualquier parte del mundo está esperándonos.

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