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Almudena Negro

Amnesia totalitaria

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Esta pasada semana Don Eduardo Haro Tecglen arremetía contra la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Doña Esperanza Aguirre, a la cual el insigne gurú del Grupo Mediático del Régimen tildaba de “cristianofascista”.

La respuesta de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, vía carta al Director del periódico que había publicado los insultos, no se hizo esperar. Reta la Presidenta al totalitario a presentar una sola “declaración, actitud, gesto o decisión” de ella, por la cual pueda ser tachada de fascista. Sobre lo de cristiana, pues como bien dice Doña Esperanza, pertenece a la esfera más íntima de las personas y sólo un totalitario arremetería contra alguien por sus creencias religiosas. ¿Es que don Eduardo no conoce el artículo 14 de nuestra Constitución en base a la cual ningún español puede ser discriminado por razón, entre otras, de religión?

Hace bien Doña Esperanza en responder a este tipo de insultos. Porque ir por ahí tildando de fascista a la gente es un insulto. En el caso de don Eduardo no es más que la proyección en otros de lo propio.

En 1944 don Eduardo era falangista y fascista y así lo plasmó en el periódico “Informaciones” en su artículo titulado “Dies Irae” en el que lanzaba todo tipo de loas y alabanzas a las figuras de Franco y Jose Antonio Primo de Rivera. Por cierto, nadie obligó a este insigne "librepensador" a soltar loas a Franco. Artículos, dicho sea de paso, que este totalitario oculta en su página web. Curiosa amnesia selectiva.

Por cierto, que con el otro Primo de Rivera (el dictador, padre del por don Eduardo alabado Jose Antonio) estuvo en el Consejo de Estado sentado Largo Caballero del PSOE (figura reivindicada por nuestro ZP) y la UGT fue el único sindicato que el dictador no ilegalizó. El PSOE sustentó la dictadura de Primo de Rivera. Largo Caballero ocuparía la Consejería de Estado, los socialistas entraron en el Consejo de trabajo, en el Consejo Interventor de Cuentas, y diversos órganos del Régimen. Supongo que esto tampoco lo recuerdan o lo quieren recordar.

Bueno, a lo que iba. Pues don Eduardo elogiaba a Franco y Jose Antonio: “Se nos murió un Capitán, pero el Dios Misericordioso nos dejó otro. Y hoy, ante la tumba de José Antonio, hemos visto la figura egregia del Caudillo Franco. El mensaje recto de destino y enderezador de historia que José Antonio traía es fecundo y genial en el cerebro y en la mano del Generalísimo.” (“Dies Irae”, Informaciones, 1944, Eduardo Haro Tecglen).

Es cierto que posteriormente Don Eduardo sufrió una reconversión: pasó de elogiar al totalitario Franco a elogiar al totalitario y genocida Stalin. Así, en 1999 publicaba en “Babelia” (suplemento de El País) un artículo titulado “Gracias Stalin”: “Vi la solidaridad, de conciencia del mundo, de ayuda moral, la llegada de los intelectuales de todo el mundo: quedan las canciones de Paul Robeson reeditadas ahora y grabadas en un concierto que dio en Moscú: gracias por todo, Stalin”.

Lo que no vio don Eduardo fue el genocidio cometido por su adorado Stalin ni los millones de muertos provocados por sus purgas o hambrunas planificadas. De los Gulags mejor ni hablamos. Todo eso no lo ve don Eduardo. O lo ve pero lo oculta, porque le gusta.

La coherencia de don Eduardo es innegable: apoyo a cualquier totalitarismo. Y luego va de “reparte-carnets” de demócratas...

Aunque don Eduardo no es el único que sufre amnesia: en 1966 el inefable cantautor Víctor Manuel editaba bajo el sello de la discográfica Belter una canción titulada “Un gran hombre”, que comenzaba con la voz en off del dictador Franco y que luego era un baboseo constante de la figura del Dictador : “Otros vendrán, que el camino no habrán de labrar. El lo labró, a otros les toca sembrar, nos marcó. No han de ocultar, hacia el hombre que trajo esta paz, su admiración Y, por favor, pido siga esta paz”. El mismo Víctor Manuel que estuvo en el homenaje a Santiago Carrillo y que luego fue a ver (no se sabe si lloroso) cómo se retiraba la estatua de la Plaza de San Juan de la Cruz en Madrid. Algunos quieren hacerse perdonar su pasado.

Claro que hablando de amnesia selectiva, ahí tenemos a ZP. Recuerda y reivindica continuamente a su abuelo fusilado por los nacionales durante la Guerra Civil y olvida la figura de su otro abuelo, nacional. O a su suegro, militar franquista. O al padre de Doña María Teresa Fernández de la Vega, franquista. O a Cebrián, exfranquista. O al padre de Gregorio Peces-Barba, fiscal del “Caso Nin” (el del POUM desollado vivo y luego asesinado por la izquierda con la complicidad de Negrín y de toda la izquierda bajo el mando de Orlov, el enviado de Stalin), bajo la batuta de un Ministro de Franco (Irujo).

Esperanza Aguirre es liberal, como ella misma recuerda en su escrito y dice bien cuando afirma que el liberalismo “es la ideología que más perturba a los servidores del totalitarismo”. Pues eso, perturba y mucho a don Eduardo, a Victor Manuel y a toda esta pandilla de liberticidas. ¿Quiénes son los fascistas/totalitarios?

Amnesia totalitaria

Almudena Negro
Almudena Negro
lunes, 28 de marzo de 2005, 22:27 h (CET)
Esta pasada semana Don Eduardo Haro Tecglen arremetía contra la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Doña Esperanza Aguirre, a la cual el insigne gurú del Grupo Mediático del Régimen tildaba de “cristianofascista”.

La respuesta de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, vía carta al Director del periódico que había publicado los insultos, no se hizo esperar. Reta la Presidenta al totalitario a presentar una sola “declaración, actitud, gesto o decisión” de ella, por la cual pueda ser tachada de fascista. Sobre lo de cristiana, pues como bien dice Doña Esperanza, pertenece a la esfera más íntima de las personas y sólo un totalitario arremetería contra alguien por sus creencias religiosas. ¿Es que don Eduardo no conoce el artículo 14 de nuestra Constitución en base a la cual ningún español puede ser discriminado por razón, entre otras, de religión?

Hace bien Doña Esperanza en responder a este tipo de insultos. Porque ir por ahí tildando de fascista a la gente es un insulto. En el caso de don Eduardo no es más que la proyección en otros de lo propio.

En 1944 don Eduardo era falangista y fascista y así lo plasmó en el periódico “Informaciones” en su artículo titulado “Dies Irae” en el que lanzaba todo tipo de loas y alabanzas a las figuras de Franco y Jose Antonio Primo de Rivera. Por cierto, nadie obligó a este insigne "librepensador" a soltar loas a Franco. Artículos, dicho sea de paso, que este totalitario oculta en su página web. Curiosa amnesia selectiva.

Por cierto, que con el otro Primo de Rivera (el dictador, padre del por don Eduardo alabado Jose Antonio) estuvo en el Consejo de Estado sentado Largo Caballero del PSOE (figura reivindicada por nuestro ZP) y la UGT fue el único sindicato que el dictador no ilegalizó. El PSOE sustentó la dictadura de Primo de Rivera. Largo Caballero ocuparía la Consejería de Estado, los socialistas entraron en el Consejo de trabajo, en el Consejo Interventor de Cuentas, y diversos órganos del Régimen. Supongo que esto tampoco lo recuerdan o lo quieren recordar.

Bueno, a lo que iba. Pues don Eduardo elogiaba a Franco y Jose Antonio: “Se nos murió un Capitán, pero el Dios Misericordioso nos dejó otro. Y hoy, ante la tumba de José Antonio, hemos visto la figura egregia del Caudillo Franco. El mensaje recto de destino y enderezador de historia que José Antonio traía es fecundo y genial en el cerebro y en la mano del Generalísimo.” (“Dies Irae”, Informaciones, 1944, Eduardo Haro Tecglen).

Es cierto que posteriormente Don Eduardo sufrió una reconversión: pasó de elogiar al totalitario Franco a elogiar al totalitario y genocida Stalin. Así, en 1999 publicaba en “Babelia” (suplemento de El País) un artículo titulado “Gracias Stalin”: “Vi la solidaridad, de conciencia del mundo, de ayuda moral, la llegada de los intelectuales de todo el mundo: quedan las canciones de Paul Robeson reeditadas ahora y grabadas en un concierto que dio en Moscú: gracias por todo, Stalin”.

Lo que no vio don Eduardo fue el genocidio cometido por su adorado Stalin ni los millones de muertos provocados por sus purgas o hambrunas planificadas. De los Gulags mejor ni hablamos. Todo eso no lo ve don Eduardo. O lo ve pero lo oculta, porque le gusta.

La coherencia de don Eduardo es innegable: apoyo a cualquier totalitarismo. Y luego va de “reparte-carnets” de demócratas...

Aunque don Eduardo no es el único que sufre amnesia: en 1966 el inefable cantautor Víctor Manuel editaba bajo el sello de la discográfica Belter una canción titulada “Un gran hombre”, que comenzaba con la voz en off del dictador Franco y que luego era un baboseo constante de la figura del Dictador : “Otros vendrán, que el camino no habrán de labrar. El lo labró, a otros les toca sembrar, nos marcó. No han de ocultar, hacia el hombre que trajo esta paz, su admiración Y, por favor, pido siga esta paz”. El mismo Víctor Manuel que estuvo en el homenaje a Santiago Carrillo y que luego fue a ver (no se sabe si lloroso) cómo se retiraba la estatua de la Plaza de San Juan de la Cruz en Madrid. Algunos quieren hacerse perdonar su pasado.

Claro que hablando de amnesia selectiva, ahí tenemos a ZP. Recuerda y reivindica continuamente a su abuelo fusilado por los nacionales durante la Guerra Civil y olvida la figura de su otro abuelo, nacional. O a su suegro, militar franquista. O al padre de Doña María Teresa Fernández de la Vega, franquista. O a Cebrián, exfranquista. O al padre de Gregorio Peces-Barba, fiscal del “Caso Nin” (el del POUM desollado vivo y luego asesinado por la izquierda con la complicidad de Negrín y de toda la izquierda bajo el mando de Orlov, el enviado de Stalin), bajo la batuta de un Ministro de Franco (Irujo).

Esperanza Aguirre es liberal, como ella misma recuerda en su escrito y dice bien cuando afirma que el liberalismo “es la ideología que más perturba a los servidores del totalitarismo”. Pues eso, perturba y mucho a don Eduardo, a Victor Manuel y a toda esta pandilla de liberticidas. ¿Quiénes son los fascistas/totalitarios?

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