Mediada la tarde del 4 de marzo una inesperada noticia venía a convulsionar una apacible tarde de viernes en el Botxo y con ello la actualidad deportiva vizcaína, donde todo gira en torno al Athletic: en rueda de prensa conjunta, el presidente del Athletic Club Fernando Lamikiz y su entrenador Ernesto Valverde, anunciaban la no continuidad de éste la próxima temporada, oficialmente por motivos personales.

A 3 meses de la despedida del técnico con mejores números del Athletic desde las últimas ligas con Javier Clemente, valgan estas líneas para ponderar en su justa medida el trabajo y los resultados de un técnico que llegó al primer equipo de tapadillo, tras la espantada del germano Heynckes, gracias a la confianza de Andoni Zubizarreta. Se va igual, ajeno a cualquier polémica, siempre en segundo plano, pero con el vestuario alineado con él sin fisuras.

Quizás algunos de los críticos con el pequeño míster de Viandar de Vera se olvidan de que éste cogió un equipo triste, navegando en zona de nadie, con varios jugadores no forjados en Lezama (9 con Heynckes, 5 hoy) y escasa ilusión en la masa social…

Con un comienzo de Liga irregular, sobre todo a domicilio, el equipo bilbaíno ha concluido su participación europea en dieciseisavos ante un rival no superior a él en, quizás, la gran decepción - “fracaso” según Lamikiz - del año, con un histórico 1-7 frente a Standard de Lieja, en semifinales de Copa con buenas opciones de llevarse “su” trofeo y en Liga aún con mucho que decir, a 5 puntos de UEFA y a 6 de Champions. El once de Valverde ha demostrado ser capaz de ganar a cualquiera (0-2 al Madrid, remontar un 0-3 en media hora frente a Osasuna…) y de pifiarla con todo a favor (1-2 frente a Getafe y Austria de Viena…), ¿acaso pecados de juventud?

En año y medio Valverde ha asentado al equipo en la zona noble de la tabla con un equipo joven (24,5 años de media entre los 16 jugadores más utilizados esta temporada), le ha dotado de un estilo definido de juego, ha consolidado como titulares con óptimo rendimiento a jugadores muy jóvenes y que por diferentes motivos aún no destacaban como Iraola, Yeste, Del Horno, Murillo… y está asentando las bases del presente y futuro inmediato con otros como Llorente, Solabarrieta, Casas, Angulo (especialmente el primero, llamado a dar tardes de gloria a la parroquia bilbaína).

En un mercado con escasa presencia vasca, el Athletic debe conciliar necesariamente la política de austeridad que preconiza su presidente con el valor de mercado de los futbolistas y atar lo antes posible a sus jóvenes perlas (Llorente, Iraola, Yeste…) manteniendo a sus pesos pesados (Orbaiz, Urzaiz, Gurpegi…), si quiere optar a ganar un título (léase Copa, UEFA, Liga, Clasificación Champions).

Nadie duda de que Mendilibar puede ser un gran entrenador para el Athletic, ni los que han trabajado ya con él, ni los que solo le conocen por referencias y por sus últimos resultados en Lanzarote y Eibar, pero de bien nacidos es ser agradecidos y …al César..o a Ernesto…lo que es de Ernesto.

Es una pena su marcha …no hay motivos …objetivos.
Que te vaya bonito míster.