Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | PENSIONES
Cobrar dos pensiones públicas está bien, porque se ha pagado para poder disponer de ellas

Pensión de viudedad

|

El hecho de que existan más de un millón de personas en España que están recibiendo dos pensiones tiene su justificación lógica. Que el 72% de los pensionistas las perciban es lo justo y racional por muchas razones. Las pensiones de jubilación y viudedad son prestaciones para poder vivir con dignidad.

Aunque son consideradas también como prestaciones de supervivencia, algo perfectamente entendible, si pensamos en lo que suben los precios de los productos anualmente. En efecto, las subidas de las pensiones son simbólicas y se está causando a los beneficiarios de las mismas una bajada muy considerable del poder adquisitivo o de compra.

En consecuencia, no es justo ni coherente pretender reformar la pensión de viudedad. Está bien como está. Ya que propicia e impulsa, de un modo decisivo, la justicia social y aporta una asistencia económica y social imprescindible.

Aunque el sistema de pensiones se encuentre con un déficit de más de 18.000 millones de euros el año pasado, esto no supone que en el futuro haya que limitar o suprimir la prestación de viudedad. Existen soluciones viables como subir un poco los impuestos u otras medidas complementarias a través de tributos indirectos o con el Presupuesto del Estado.

Más del 90% de quienes reciben la pensión de viudedad son mujeres en nuestro país. Ya que tienen mayor esperanza de vida que los hombres desde un punto de vista estadístico. Además, la tasa de empleo femenino era menor hace unos años.

Ahora bien, pensar que la solución al enorme gasto de la Seguridad Social en pensiones pasa por la limitación del cobro de la prestación de viudedad durante un número reducido de años me parece mezquino y completamente injusto. A mi juicio, incumple los principios constitucionales y los derechos humanos entendidos e interpretados de modo correcto, desde un planteamiento jurídico profundo.

Y considerar que la pensión de viudedad se pudiera capitalizar en un pago único, al igual que se puede hacer con el seguro de desempleo, es otra propuesta política indefendible, si se quiere vivir en un estado social de derecho.

En el territorio español Galicia, Cataluña, Islas Baleares y Asturias son las Comunidades Autónomas en las que existe mayor proporción de pensionistas que perciben dos pensiones.

Por otra parte, el número de mujeres trabajadoras está aumentando, lo que está muy bien y es algo a celebrar. Esto significa que al incrementarse la longevidad y también el gasto en pensiones también habrá con el paso de los años más prestaciones de viudedad y de jubilación durante más tiempo.

Esto no supone que deba eliminarse el pago por viudedad, que es una prestación contributiva, en el futuro próximo, por una decisión política. Estoy convencido que, si algo funciona razonablemente bien, no hay razón para reformarlo o cambiarlo. La pensión de viudedad está perfectamente justificada y es esencial e insustituible para muchas personas y familias. Habría que pensar en aumentar el poder adquisitivo de todas las pensiones para que los ciudadanos puedan vivir con dignidad y con un cierto bienestar.

Y, si toda la sociedad civil tiene que realizar algo más de esfuerzo económico a través de impuestos, el beneficio será para todos, porque todos podemos llegar a mayores. Y la convivencia en un estado se fundamenta, al menos teóricamente, en la justicia y la solidaridad respecto a todos los ciudadanos. Por tanto, el Gobierno y los partidos políticos, en mi opinión, deben apoyar sin vacilación y sin ninguna duda el derecho a cobrar la pensión de viudedad hasta que la persona que la percibe fallece. Es lo mínimo que se debe hacer.

Pensión de viudedad

Cobrar dos pensiones públicas está bien, porque se ha pagado para poder disponer de ellas
José Manuel López García
martes, 30 de mayo de 2017, 00:00 h (CET)
El hecho de que existan más de un millón de personas en España que están recibiendo dos pensiones tiene su justificación lógica. Que el 72% de los pensionistas las perciban es lo justo y racional por muchas razones. Las pensiones de jubilación y viudedad son prestaciones para poder vivir con dignidad.

Aunque son consideradas también como prestaciones de supervivencia, algo perfectamente entendible, si pensamos en lo que suben los precios de los productos anualmente. En efecto, las subidas de las pensiones son simbólicas y se está causando a los beneficiarios de las mismas una bajada muy considerable del poder adquisitivo o de compra.

En consecuencia, no es justo ni coherente pretender reformar la pensión de viudedad. Está bien como está. Ya que propicia e impulsa, de un modo decisivo, la justicia social y aporta una asistencia económica y social imprescindible.

Aunque el sistema de pensiones se encuentre con un déficit de más de 18.000 millones de euros el año pasado, esto no supone que en el futuro haya que limitar o suprimir la prestación de viudedad. Existen soluciones viables como subir un poco los impuestos u otras medidas complementarias a través de tributos indirectos o con el Presupuesto del Estado.

Más del 90% de quienes reciben la pensión de viudedad son mujeres en nuestro país. Ya que tienen mayor esperanza de vida que los hombres desde un punto de vista estadístico. Además, la tasa de empleo femenino era menor hace unos años.

Ahora bien, pensar que la solución al enorme gasto de la Seguridad Social en pensiones pasa por la limitación del cobro de la prestación de viudedad durante un número reducido de años me parece mezquino y completamente injusto. A mi juicio, incumple los principios constitucionales y los derechos humanos entendidos e interpretados de modo correcto, desde un planteamiento jurídico profundo.

Y considerar que la pensión de viudedad se pudiera capitalizar en un pago único, al igual que se puede hacer con el seguro de desempleo, es otra propuesta política indefendible, si se quiere vivir en un estado social de derecho.

En el territorio español Galicia, Cataluña, Islas Baleares y Asturias son las Comunidades Autónomas en las que existe mayor proporción de pensionistas que perciben dos pensiones.

Por otra parte, el número de mujeres trabajadoras está aumentando, lo que está muy bien y es algo a celebrar. Esto significa que al incrementarse la longevidad y también el gasto en pensiones también habrá con el paso de los años más prestaciones de viudedad y de jubilación durante más tiempo.

Esto no supone que deba eliminarse el pago por viudedad, que es una prestación contributiva, en el futuro próximo, por una decisión política. Estoy convencido que, si algo funciona razonablemente bien, no hay razón para reformarlo o cambiarlo. La pensión de viudedad está perfectamente justificada y es esencial e insustituible para muchas personas y familias. Habría que pensar en aumentar el poder adquisitivo de todas las pensiones para que los ciudadanos puedan vivir con dignidad y con un cierto bienestar.

Y, si toda la sociedad civil tiene que realizar algo más de esfuerzo económico a través de impuestos, el beneficio será para todos, porque todos podemos llegar a mayores. Y la convivencia en un estado se fundamenta, al menos teóricamente, en la justicia y la solidaridad respecto a todos los ciudadanos. Por tanto, el Gobierno y los partidos políticos, en mi opinión, deben apoyar sin vacilación y sin ninguna duda el derecho a cobrar la pensión de viudedad hasta que la persona que la percibe fallece. Es lo mínimo que se debe hacer.

Noticias relacionadas

Alberga la voz protocolo acepciones varias. La cuarta de ellas, siguiendo al DRAE, define esta palabra como ”secuencia detallada de un proceso de actuación científica, técnica, médica, etc.”. Al parecer, todo protocolo supone una garantía para evitar decisiones improvisadas en los distintos ámbitos y tranquilizar, de paso, a los destinatarios de la actuación, que pueden ser los miembros de un colectivo concreto o, en algunos casos, toda la población.

Si algo nos va quedando claro, es la enorme complicación de la cual formamos parte activa. El cielo nos plantea retos de altura si queremos ser consecuentes y la materia resulta muy superficial, la mayor parte es indetectable en el Universo como materia oscura. Las energías y las condensaciones nos traen de cabeza, hasta el punto de que avanzamos sin avanzar, de ver sin ver, o muchas situaciones similares.

Hoy comienzan las elecciones en la India. Están habilitados para votar más de 960 millones de habitantes en comicios de formato singular que van a durar 44 días. El país encarna la mayor democracia del mundo y, a diferencia de lo que suele acontecer en occidente, se espera un incremento del número de ciudadanos que acudan a las urnas.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto