La primera fase grupal del Eurobasket 2011 en Lituania finalizó el lunes con unas secuelas que conviene analizar profundamente. Una derrota, en el flamante entramado de partidos, es un importante hándicap que puede complicar el pase a la siguiente ronda. El combinado nacional tiene calidad para superar la prueba con holgura, sin embargo, deberá mejorar su deslucida defensa.

Antes de insertarme en labores analíticas sobre la situación deportiva de nuestra selección de baloncesto, aclararé a todos mis lectores que unos problemas personales me han impedido transmitirles mi opinión acerca de este maravilloso deporte, pero que una vez que todo ha quedado solucionado vuelvo a la carga con energías renovadas. La ÑBA o la Roja, como Ettore Messina, ex técnico del Real Madrid, prefiere tildar a nuestra absoluta, comenzó de forma estrepitosa el campeonato europeo. Es cierto que lo importante en el mundo del juego, como regularmente afirman los sabios del deporte, “no es como se empieza sino como se acaba”.

A priori Polonia, nuestro primer rival en el camino hacia el oro, se antojaba relativamente factible, aunque en este tipo de torneos tan competitivos nunca se pueden realizar tales afirmaciones. La relajación ante un adversario menor puede llevarnos al descalabro.

Tras el primer cuarto, todas las aspiraciones sobre la selección y su “maravilloso juego” se desvanecieron.

Un marcador tan ajustado al final de la contienda (83-78) ilustra de forma clara el nefasto partido español frente a una selección carente de calidad. El problema se basó sobre dos pilares: en primer lugar la nefasta y rutinaria defensa española con el sello de Sergio Scariolo, y en segundo lugar, la inactividad de muchos jugadores de banquillo.

El periodista Daniel Barranquero, del portal acb.com, exponía de forma bárbara el sentir tras el encuentro: “con los destellos solo se ganan partidos pero no campeonatos”, para referirse a la continua falta de concentración de jugadores que no salieron a pista desde el inicio; y por otra parte para señalar que las estrellas del combinado son los que cargan con los duelos deportivos.

Un partido muy trabado para España, donde la victoria estuvo, incluso, al borde de la escapada. Demasiado cara la primera victoria en cuanto a las expectativas establecidas por los medios de comunicación.

La victoria es en gran medida resultado del valeroso juego de las estrellas Pau Gasol y Navarro y de la inestimable colaboración de Marc Gasol, jugador que siempre esta ahí para solucionar los momentos más agridulces de la ÑBA.

El conjunto nacional está muy lejos, según el comportamiento mostrado durante el campeonato, de alcanzar fiabilidad en defensa, pues los contrarios, por muy inferiores que se precien, entran y salen con la zona con desmesurada facilidad.

El ataque de un solo jugador hizo mucho daño. Thomas Kelati, conocido por el respetable por haberse infundado la elástica del Unicaja y del Valencia, donde consiguió una Eurocup 2010, se transformó en el guía artístico de Polonia, acercando el marcador rival hasta pretensiones nada alentadoras. Tras haber realizado una aciaga preparación con sus compañeros de selección, decidió que era la fecha exacta para reivindicarse como un jugador regular y valeroso. Pero una unidad no puede contra un ejército, inestable, pero mejor armado como el español.

Tras el partido se recogen dos conclusiones: Víctor Sada se reivindicó como una alternativa de garantías a Calderón o Ricky Rubio (desaparecido en combate) y la regularidad en el aspecto defensivo debe ser elemental en los planteamientos de un técnico que parece no estar capacitado para este tipo de eventos tras lo visto en los partidos.

Rodillo español frente a Lituania
Las jornadas posteriores, contra rivales asequibles como Portugal (73-87) o Gran Bretaña (86-79), transcurrieron sin sobresaltos, aunque con situaciones tácticas que podemos analizar y catalogar: La defensa sigue siendo una empresa preocupante. Los contrarios disponen de enormes facilidades para poder armar el brazo y tirar a canasta; la defensa zonal está muy lejos de la perfección que se le exige a un aspirante claro a reinar otra vez el deporte continental. La coyuntura que demuestra lo expresado se refleja en el marcador final. Equipos como Portugal, que no tienen gran fluidez anotadora llegaron hasta los -14 puntos de diferencia frente a una campeona del mundo. En términos ofensivos, la capacidad anotadora de los nuestros es muy elevada, con figuras que siempre destacan como Pau o Navarro, por lo que podemos afirmar eso que Scariolo nunca acepta y odia escuchar a los periodistas: España tiene Paudependecia. El dato negativo en ataque lo marca el perímetro. La línea de tres puntos se ha convertido en una pesadilla para los nuestros, que se convierten en uno de los equipos con el porcentaje más bajo en anotaciones de tres. Peligro en la faceta de los rebotes largos, pues España no llegaba alcanzar gran parte de los mismos.

Frente a los ingleses, la mala suerte tuvo demasiada presencia en el campo. Los tiros de dos no entraban en situaciones cómodas para encestar en repetidas ocasiones. Las pájaras mentales que parecen que asolan en ocasiones a la selección volvía de nuevo en un segundo cuarto en lo que los británicos se establecían por encima en el electrónico. La combinación en el campo entre hermanos Gasol, Mar como 5 y Pau como 4, permitía centrar el juego español en la zona y conseguir puntos que encauzaran el partido a favor español. Parecían apreciarse las mejoras en todos los aspectos. En bando contrario dieron mucha guerra: Luol Deng, jugador importante en los Chicago Bulls, y Joel Freeland.

La apoteosis de juego llegó frente a Lituania. Catalogado por muchos como el mejor partido del combinado nacional en decenios. España fue una apisonadora contra una Lituania que salió con mucho miedo y eso que jugaba en su casa.

Los lituanos salieron al campo con una sensación de inferioridad manifiesta que les hizo perder la concentración y eso España lo supo agradecer.

Un juego magnifico, tanto en ataque como en la cuestionada defensa, permitieron a España sacar una ventaja de +12 (79-91). No parece una cifra extremadamente grande, pero en el último cuarto el equipo se relajo, como consecuencia del cansancio que arrastraban los jugadores con más minutos en cancha durante lo que va de torneo. Pudimos vislumbrar durante el encuentro una buena circulación del balón por el perímetro. Ibaka estuvo soberbio, destacando especialmente en su faceta defensiva. En una entrevista concedida a un diario deportivo afirmó que su principal cometido en la absoluta se centraba en la tarea defensiva. Este partido pareció servir como elemento de atención hacia los próximos rivales.
Esperada derrota frente a Turquía
Era normal que se produjera este episodio. Scariolo no había dosificado el esfuerzo de los nuestros. Los jugadores más característicos de nuestra selección estaban cansados. Además el infortunio se cebo con España: Pau Gasol se resintió de unos dolores en el tobillo que le impidieron seguir en la cancha. Los leones de las especulaciones ya gritaron a los cuatro vientos: Sin Pau Gasol no somos nadie.

El partido en si era una prueba de fuego. Tras ganar con holgura a la selección anfitriona los ánimos estaban por las nubes, todos sabían que habían realizado un sensacional partido. Falto trabajo de Scariolo: los jugadores se confiaron demasiado y los síntomas de fata de concentración permitieron a Turquía, necesitada como fuere de una victoria para pasar de ronda, imponerse a España. No fue porque los otomanos tuvieran mayor calidad, ni mucho menos, sino porque España volvió a demostrarnos los síntomas que acarrea en ciertos partidos. Relajación, nefasta defensa y excesiva utilización de nuestras estrellas.
La derrota es muy importante. El nuevo sistema penaliza en gran medida los partidos perdidos. Antiguamente una derrota en la fase de grupos no importaba en demasía. Sin embargo ahora las derrotas se conservan para la segunda fase de grupos, donde nos enfrentaremos a Alemania, Francia y Serbia. Rivales duros a batir. Nowisky, Parker y Teodosic.

Confío en las posibilidades de España. A pesar de mis críticas, el juego de España sigue siendo superior al de la mayoría de las selecciones que tiene plaza en este Eurobasket. Pero que no se enfade nadie: si critico de forma tan voraz, es porque, se de las muchas capacidades que tiene nuestra selección que no se están plasmando.
¡Aupa España, a por el oro!
Hasta dentro de poco.