Conoce curva a curva el mítico trazado italiano, uno de los últimos circuitos donde Ferrari todavía quiere pensar en victoria.

Vuelta al circuito
Nuestra vuelta al circuito empieza a unos 320 km/h en la recta de meta. Aquí podremos activar el DRS en carrera e intentar el adelantamiento. La primera frenada que nos encontramos requiere de un tacto exquisito en los frenos pues estamos ante el punto de frenado más fuerte de todo el campeonato.

La chicane Rettifillo pondrá a prueba nuestras suspensiones y frenos y tendremos que tener cuidado para traccionar fuerte a la salida de la misma, ya que para arañar décimas debemos dejar correr el monoplaza en primera y acometer la salida con mucho tacto de gas, ya que salimos casi de parado. A partir de ahí engranamos marchas y trazamos la curva Biassono con el pie a fondo.

El segundo sector comienza nuevamente con una chicane, esta vez muchísimo más rápida y donde deberemos trazar lo más recto posible, haciendo un uso extremo de los pianos y preparándonos para las desafiantes “Lesmos”, dos codos que se cogen en tercera y cuarta velocidad y donde debido a la baja carga aerodinámica sufriremos para hallar un equilibrio en velocidad de paso por curva. En la recta del Serraglio podremos activar nuestro DRS.

Nuevamente el tercer sector comienza con otra chicane, más rápida que la anterior. La Variante Ascari se toma en tercera-cuarta velocidad y es fundamental tener un coche equilibrado para acometer la salida de la variante a la máxima velocidad posible. Después solo nos queda encarar la recta Ascari y tener especial cuidado con la curva Parabólica.

Curva redonda a derechas que se toma en tercera y donde vamos engranando marchas en medio de la curva trazando una línea lo más abierta posible y teniendo cuidado de no pasarnos de optimistas y acabar en la gravilla por culpa del subviraje excesivo que sufriremos en todo el circuito.

Velocidad pura y tracción
El Set up para Monza es único en todo el campeonato. Por primera vez no necesitaremos carga aerodinámica, sino que las prestaciones nos la darán un motor potente y unas suspensiones firmes pero de largo recorrido, para así acometer con seguridad los altos pianos del circuito.

En cuanto a la relación de cambio deberemos prestar especial atención a la inclusión del DRS, puesto que una séptima corta nos condenaría, haciendo inútil su función, mientras que una demasiado larga también penalizaría ya que no desarrollaríamos el potencial de velocidad de nuestro monoplaza. Especial cuidado deberemos tener con la refrigeración de la mecánica, ya que la pista castiga mucho los motores al ir estos a fondo más del sesenta por ciento de la vuelta.

Como siendo habitual en esta recta final de campeonato, Pirelli traerá el compuesto medio y blando que, según estimaciones de la propia marca deberían ser lo suficientemente consistente para permitirnos hacer únicamente dos paradas el domingo. No obstante la baja degradación de algunos equipos hace que la idea de una sola parada no sea descabellada.

Territorio Ferrari
Históricamente Monza ha sido territorio Ferrari. Los monoplaza del Cavallino siempre han cosechado buenos resultados en su pista talismán, incluso en sus temporadas más aciagas, Monza ha recompensado a los Tiffosi con victorias de las Scuderia.

Este año no obstante los favoritos para la victoria son los chicos de Mclaren. El MP426 es un monoplaza equilibrado. Con una buena estabilidad en frenada y una velocidad punta superior a sus rivales, Hamilton y Button podrán plantar cara a los nuevamente favoritos Red Bull, cuyo monoplaza se adaptará bien a las “Lesmos” pero sufrirá en recta debido a su velocidad punta inferior.

Ferrari si consigue evitar los problemas de temperatura o la pista supera los 50 grados podrá estar en la lucha ya que el motor Ferrari sigue siendo de los más potentes, lo que unido a la estabilidad del monoplaza en frenada nos deparará tres escudería candidatas a la victoria.