Me repatea ver que el fracaso académico siempre recae sobre los maestros y que algunos siguen anclados en tópicos tan estúpidos como las vacaciones de los docentes. El pasado viernes el columnista don Ángel Ruiz Cediel nos ha traído una realidad firme, el sistema educativo en España sigue siendo deficiente, pero lamento decir al columnista que se quedó corto de miras y, que hay otros aspectos relevantes que no son propios de la actividad pedagógica.
No cabe duda que los maestros tenemos una gran responsabilidad sobre el futuro de nuestro país, de hecho, sobre nuestras manos recae la formación de los jóvenes que en un futuro coparán y lucharán en el mercado laboral. Vaya por delante, que es verdad que un maestro puedo arruinar a un alumno brillante y hacer sabio a un asno. Pero es necesario indicar que en la formación del niño entran tres ambientes clave: la escuela, la familia y el entorno social.
La prioridad para el buen desarrollo del último está en los dos primeros: la escuela y la familia. Cabe destacar, que en los últimos años, los padres dejan a la escuela no sólo la responsabilidad de educar académicamente, sino también la de educar en las normas cívicas, de respeto y de comportamiento social. Aspectos que antaño eran compromiso de los padres, ahora, en el mejor de los casos, son los abuelos los que asumen la educación cívica de los nietos.
Por otro lado, podría darle a don Ángel Ruiz cientos de nombres de alumnos cuyos progenitores no saben ni donde está el colegio en el que se educan sus hijos. Padres que no se han pasado ni una sola vez por el centro educativo, los citas y olvidan el día concertado o ignoran tus notas. Por otra parte, está la complicidad en que los papitos por ser colegas de sus hijos son capaces de encubrirles en la mentira y de justificar la falta de responsabilidad en su deber diario.
Vaya también por delante, que los maestros nos preparamos en la universidad como los arquitectos, economistas, médicos y veterinarios. Le recuerdo, que también caen edificios, mueren pacientes y se dan intoxicaciones, ahí la administración es cómplice y los inspectores miran a Australia. A caso ¿cuántos políticos pagan por su nefasta gestión?, ¿cuántos vecinos acaban pagando derramas por viviendas mal construidas?, ¿cuántos médicos actúan impunemente tras prácticas erróneas?. La idea es desempeñar el trabajo con responsabilidad, equidad y orden, y asumir los errores.
Lo importante, es que hoy en día, hay un porcentaje alto de centros y de docentes que por decisión personal, están inmersos en programas de formación continua, en programas de lenguas extranjeras, de actividades deportivas y de educación especial destinadas a mejorar la educación de sus hijos y, más concretamente a saber motivar a sus hijos en el aprendizaje y la exploración autónoma del saber, es decir, en hacerlos activos, curiosos y autónomos, que a veces es más difícil motivar que enseñar.
No voy a negar el corporativismo del gremio, pero también lo hay en otros colectivos de la Administración pública. En éste como en otros, hay quien hace buen uso de las ventajas que ofrece el funcionariado y, hay quien hace un mal uso. En el gremio de los padres hay de excelentes, de notables, de buenos, de malos y de nefastos.
Por último, le invito a no juzgar las vacaciones de los maestros sin antes pasar por una clase con 20 o 25 alumnos, posiblemente después considerará que las vacaciones son parte de esa calidad educativa y una compensación por un salario digno y no de ricos.
Por cierto, hoy doy gracias a mis alumnos porque cada día hacen que me incorpore a clase con las mismas ganas que ellos tienen de devorar el mundo. Y porque derrocho la misma energía en enseñar como ellos en preguntar.
Gracias a 5º y 6º de primaria del CEIP l’Ermita.