Por dificultades en su distribución llega a España con dos años de retraso y a muy pocas salas (es decir, tarde y mal) American Splendor, un film que pivota entre la ficción y el documental, entremezclando imágenes de personajes reales con sus respectivos intérpretes en la ficción, grabaciones de programas de TV de la época, entrevistas en decorados dramatizados para la ocasión o algunas páginas de cómic que ilustran las secuencias más difíciles de resolver en la puesta en escena cinematográfica.
American Splendor es un cómic de culto en Estados Unidos, y se basa en la autobiografía de un cascarrabias pesimista, de grito fácil y mente desgastada. Es un hombre extraño este Harvey Pekar, que cuenta en sus viñetas la historia de su vida como simples retazos de un aburrido día a día: la compra en el súper (y el altercado con la anciana judía), la venta de discos antiguos, las personas con su mismo nombre que encuentra en la guía telefónica, la relación con sus compañeros de trabajo en el hospital... En el film de Shari Springer Berman y Robert Pulcini todo esto tiene lugar sin demasiada continuidad, de la misma manera que en el cómic homónimo las historietas son independientes unas de las otras. Y aquí es donde los documentalistas citados intentan dar cierta coherencia al argumento, adaptando para ello los libros en los que el protagonista se casa, el año en que se rehabilita de un cáncer o ese pretendido happy ending, aunque la voz en off de Pekar diga lo contrario.
El film ni emociona ni lo pretende, no tiene demasiados momentos divertidos y funciona mejor sobre el papel. Lo interesante de esta propuesta es su exploración por un campo nuevo, en la dificultad de enderezar todo ese material documental e incrustarlo en la ficción sin caer en el ridículo.
Un film que busca nuevas vías de narración experimentando con múltiples elementos y diversas formas artísticas que nos deja una nueva mirada del sueño americano, más pesimista y menos ligera de lo habitual, merece la pena ser contemplado.